Pensaba en ir a dar un paseo a la luz de la luna, pero mi estómago (el cual a veces pensaba que tenía pensamientos propios) gruñó en ese momento así que cambié de dirección y me dirige hacia la cocina. Cuando llegué a ella, noté con satisfacción que todo tenía el fuego bajo y no tendría que encender nada.
Comencé a cocinar la comida que encontré mientras me preparaba un té.
"¿Qué haces despierta a esta hora?" Pegué un salto que casi me dejó pegada al techo.
"¡Me asustaste!" Adregon sólo enarcó su ceja y tomó asiento en la mesa central de la cocina.
Tras un minuto de silencio, dijo: "Hazme un té."
"Puedes decir 'por favor'." Me giré y comencé a hacer su té. Como lo que estaba preparando era sencillo, lo pude sacar al mismo tiempo que preparé los tés.
Coloqué mi comida en la mesa junto a las tazas, le bajé el fuego a la cocina con un poco de agua y me senté a comer frente a él. Debía admitir que, también a una de las tantas cosas en las que me inscribieron, no me costó adaptarme a cocinar en ese mundo como sin duda le costaría a otras personas.
Cuando iba a mitad de mi sándwich, me di cuenta de que Adregon estaba mirando su taza con expresión pensativa. Dejé mi comida de lado, puse mi quijada en mi mano y lo miré.
Bebió de su taza, me miró y preguntó: "¿Te sucede algo?"
"Dejando de lado que omitiste información y me entrenaste junto con Albeans lo suficiente para destrozar a alguien física y emocionalmente, creo que podríamos ser buenos amigos." ¿Acaso era eso en su rostro una muy ligera sonrisa? Lo que tomé como buena señal. "Dime, Adregon, ¿cuál es tu historia? Eres extremadamente joven para ser rey. Si bien me enteré hace poco que eras rey, eres obviamente amado por los comentarios de las personas, eso me dice que el rey anterior no era muy amado."
"No te vas por rodeos, Piper." Dijo. "Nunca te mentí, no considero la omisión una mentira." Se recostó del espaldar de la silla y cruzó sus piernas (supongo yo que cruzó sus piernas, ya que no las podía ver). No sabía lo iba a decir en ese momento, pero yo tampoco consideraba la omisión una mentira. Él algún día sería consciente de ello. Algún día. "Bien. ¿Qué quieres saber?" Tomé eso como carta blanca para preguntar.
"Puedes empezar por el principio."
Bufó. "El día de mi nacimiento fue el mejor y el peor día de mi padre. El mejor porque tenía sucesor y el peor, porque tenía que asumir que su reinado llegaría a su fin algún día. Como bien estás informada, está prohibido que un rey elimine a su sucesor pero nada prohíbe lo contrario."
"Está prohibido el asesinato de la Familia Real, eso lo supuse. ¿No es por eso que se ocultó el atentado de Reinola contra ti?"
"En efecto. Decir que tuvo un intento de asesinato contra mí era lo mismo que sentenciarla a muerte y necesitaba a mi General en Jefe, por mucho que nuestra relación fuese mala."
"Creo que otras personas hubiesen preferido salvar sus vidas."
"Prefiero salvar las de mi pueblo." Sonrió con ironía. "Como decía, está prohibido que un rey elimine a su sucesor pero no dice nada al contrario. Mi padre era un hombre estúpido y egoísta, mi madre no era mucho mejor que él: una mujer insulsa, egoísta, vanidosa pero desgraciadamente hermosa, es una de las peores combinaciones que hay."
Enarqué una ceja. "No voy a contradecirte en ello."
"Dime, Piper," apoyó sus codos en la mesa y su barbilla en sus manos. "¿Qué es una de las cosas que te enseñan con la multiplicación?"
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Una General en Jefe
Romance[4/5] 1. Arazem: Piper Sebrin, un nombre normal para una chica normal. O eso era lo que ella pensaba. Piper se fue a la cama con las preocupaciones normales de una chica de su edad, sin embargo al levantarse, su vida dio un giro inesperado. Ahora s...