Capítulo 13

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Más tarde, después del banquete de celebración por mi aprobación, me dirige al cuarto de Adregon. Los soldados o Guardias Reales o lo que fuesen, no me abrieron la puerta pero no hubo necesidad; cuando estuve a punto de tumbar la puerta, esta se abrió y una chica salió agarrando sus ropas. Por su atuendo, su rapidez en salir y su apariencia, sólo había una cosa que podía haber estado haciendo.

            Pasando a su lado, los guardias no me detuvieron. Entré a la habitación y encontré a Adregon sentado en un sofá con su pantalón de pijama puesto. Cuando él me vio, su expresión mostró curiosidad.

            "Te voy a matar." Le dije en la más seria de mis voces.

            "¿Qué hice?"

            "Tú, maldito desgraciado, ¿sabías que había una prueba adicional?"

            La estancia de Adregon cambió y con ella, el ambiente. El clima se volvió tenso. Adregon se puso de pie y parecía más alto y menos accesible, más frío.

            "Repite lo que dijiste."

            "Lo escuchaste muy bien la primera vez." Rugí. "Pero por si a las dudas, ¿sabías de una prueba adicional?"

            "Por supuesto."

            Apreté mis dientes.

            "¿Sabías entonces que debía probar mis habilidades SUPUESTAMENTE YA PROBADAS en personas VIVAS?" Grité.

            Pestañeó.

            "¿Qué?"

            Plaff.

            Rugidos, siseos, chillidos de escucharon después de la cachetada que le pegué a Adregon. Me miró sorprendido y ultrajado. Lentamente, mientras nuestros acompañantes se amenazaban los unos con los otros, se puso tan cerca de mí como pudo. La posición no me favorecía. No era una cosa diminuta, pero Adregon medía alrededor de un metro ochenta y cinco. Por un momento, desvié la mirada y cuando encontré un banco para apoyar los pies, me separé de Adregon, lo puse frente a él, me subí en el banquito y lo miré a los ojos. Pese a que su mejilla se estaba poniendo roja por el golpe que le había pegado y que nuestros acompañantes seguían amenazándose, el humor apareció en los ojos de Adregon. La tensión se dispersó.

            "¿Un banco? ¿De verdad?"

            "Cállate y respóndeme."

            Eso no le gustó y el ambiente volvió a ponerse tenso.

            "Estás bastante altanera."

            "Confío en que nuestra amistad protegerá mi vida así como me permite terminar la tuya."

            "¿La amistad te permite hacer eso?"

            "En este caso sí." Suspiré y la tensión volvió a desaparecer.

            "Piper, no entiendo a qué te refieres a las personas vivas."

            "¿Ah no?" Coño. ¿Lo había golpeado sin razón? Enarcó una ceja. "¿No sabías que me pusieron a practicar al blanco con una persona viva?"

            "¿Una persona viva?"

            "¿Por qué va la gente presa acá en Arazem?"

            Su expresión de tornó confusa por el cambio de tema. "Evasión de impuestos cuando pueden pagar, robo dependiendo de cómo se realice el robo-"

Una General en JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora