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1. Arazem:
Piper Sebrin, un nombre normal para una chica normal.
O eso era lo que ella pensaba.
Piper se fue a la cama con las preocupaciones normales de una chica de su edad, sin embargo al levantarse, su vida dio un giro inesperado. Ahora s...
Lo sabía, ¡lo sabía!, en ese momento detestaba tener razón. Miré las entradas de Arostra observando soldados de Captol. Esos colores no eran de Arazem.
Kalous, revisa la periferia y dime cuántos hay.
Entendido.
Menos mal que Wila había sido precavida y había colocado un arco y muchas flechas en Ira (además de agua y comida). Esperando a que Kalous volviese, observé mis alrededores. Rodeando a Arostra había un gran bosque que en este caso, jugó en contra de la defensa de la ciudad.
Me bajé de Ira y la acaricié mientras esperaba a Kalous.
"Piper," Kalous apareció frente a mí, "no vas a poder entrar con Ira."
"Me lo imaginé." La miré. "Hanolu," apareció y me concentré en él. "Por favor cuida a Ira. Iré con Kalous a Arostra. No deben haber matado a los soldados aún y deben tenerlos prisioneros." Acaricié a Ira y luego a Hanolu.
"¿Por qué piensas eso?" Preguntó Hanolu ronroneando mientras movía su cabeza para que lo acariciase.
"Porque tienes que darle miedo a la gente." Miré la cola de Hanolu, quité la mano de su cabeza y comencé a acariciar la cola. "Así te obedecen mucho más rápido que ganando respeto."
"Essssss verdad." Siseó.
"Piper, ¿por qué no te llevas algo de veneno?" Dijo la cabeza.
"¿Con qué?"
"Con uno de lossss frascosss que tienes allí." Siseó la cola.
Miré mi cinturón donde estaban los cuchillos y efectivamente había dos frasquitos vacíos. Toqué lo que los tapaba y me serviría para guardar el veneno.
"Hanolu, muerde acá." Por ser un frasquito sólo pudo entrar uno de sus colmillos por vez pero la cantidad de veneno que sacó fue suficiente. Elevé los dos frascos, uno tenía un color azul y el otro tenía un color púrpura que parecía resplandecer, ambos se veían muy bonitos pero el púrpura llamaba más la atención. "Gracias. ¿Cuál es peor?"
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"El púrpura." Dijo la cabeza. "Pero ten cuidado, Piper. Aún no has sido inmunizada para esos dos venenos. Sólo hace falta que metas la punta de la flecha o que con la punta de la flecha una gota caiga en el filo del cuchillo o espada y estará listo."
"Gracias. Tendré cuidado." Me monté en Kalous y salimos hacia Arostra.
Entrar fue más sencillo de lo que pensé pero eso fue gracias a Kalous —su velocidad y sigilo habían probado ser verdaderamente eficientes. Una vez dentro, le dije que desapareciera. No era de esas que decía que iba liberar la ciudad yo sola sin embargo tenía que encontrar a los soldados de Arazem.
Kalous, busca información sobre los soldados. Cuando sepas dónde están venme a buscar. Tienes tres horas, sentí que desapareció.
Miré discretamente por el callejón en donde estaba mirando que había soldados de Captol en las calles. Pero no luchaban, sólo estaban allí. Hubo uno que comenzó a venir en dirección en mi dirección y mi corazón se aceleró. ¿Lo mataba o no lo mataba? Miré su uniforme. Era un soldado bajo de Captol, no era alguien importante. ¿Sabría algo de dónde estaría con exactitud los soldados? Comencé a sudar y mis latidos se aceleraron. ¿De verdad lo haría? No estaba haciendo nada.
