Con la mayoría de los problemas solucionados, pude volver al 'frente' de las batallas.
"¡Piper, Piper!" Dijo emocionado Jinoke cuando me vio.
"Tiempo sin verte," le sonreí alborotando sus cabellos. "¿Te trataron bien mientras estuve ausente?"
"Sí, me trataron bien."
Internamente, suspiré de alivio.
"Me alegro. Vamos a que me cuentes lo que has hecho."
Al día siguiente, un grupo y yo salimos a investigar un pueblo cercano el cual supuestamente había sido atacado por soldados de Arazem. Viendo de lejos que tenía personas y que todo estaba aparentemente normal, me pareció arriesgado seguir adelante y que ellos pensaran que los íbamos a atacar.
Hanolu, Kalous, Lanaedo, investiguen todo el lugar y cuando vuelvan, me avisan, les dije. Yo me iré de vuelta al campamento.
Volvimos al campamento y todo estaba bastante animado, pero yo me metí en mi tienda y comencé a estudiar planos.
Sentí que alguien me miraba y mirando sobre mi hombro, vi a un pálido Albeans.
"¿Qué pasó?" Me puse de pie de manera súbita. Albeans tragó pero no me respondió. Abrió la boca y la volvió a cerrar. "Capitán Albeans, le ordeno que me diga qué le sucede." Le dije en la más seria de las voces.
Miré las manos de Albeans —temblaban, mucho. ¿Qué demonios había pasado? ¿Acaso habría pasado algo en Arazem? ¿Con Adregon?
Sentí un escalofrío recorrer mi espalda.
Huelo sangre, dijo Kalous. Sentí también la presencia de Hanolu y Lanaedo.
Albeans abrió la boca y lo que dijo me heló. Sentí que el mundo se detuvo aunque no pasaron más que un par de segundos.
"Repite lo que dijiste." Dije en la más letal de las voces.
"Mataron a Jinoke." Repitió Albeans mirando el suelo.
"Sabes quién fue."
"Astoran." Esperé. "Dijo que ya que Lanaedo, Hanolu y Kalous no estaban protegiéndolo y tú lo dejabas solo, era obvio que ya no estaba bajo tu protección."
"¿Cómo lo mató?" Pregunté. Sentí que todo dentro de mí se había congelado. Que no sentía nada. Albeans hizo una mueca y eso fue suficiente. "Lanaedo, Kalous," aparecieron frente a mí. "Traigan a Astoran. Vivo. En media hora."
Ambos asintieron y desaparecieron.
"¿Qué vas a hacer?" Preguntó Albeans viendo que caminaba por la habitación sacando pinzas, cuchillos y otras cosas.
En ese momento Gieran entró corriendo a la tienda y, viendo mi expresión y la de Albeans, era claro qué era lo que me iba a decir. Seguí sacando armas y las coloqué en la mesa.
"Gieran, saca mi coraza." Dije ignorando a Albeans.
Albeans miró para otro lado pero Gieran se paralizó por un momento, asintió y fue a buscar la coraza. Cuando volvió, no sólo había vuelto con la coraza, sino también con un cambio de ropa.
"Lo voy a torturar." Dije mientras me cambiaba de ropa. "Y luego lo voy a matar." Vi un cuchillo cerca de mí y viendo que estaba mellado y oxidado, me agaché y lo tiré en la mesa. Una vez vestida, tomé todo lo que tenía filo y lo llevé hasta la muela donde lo afilé de tal manera que cortarían un cabello en dos.
ESTÁS LEYENDO
Una General en Jefe
Romansa[4/5] 1. Arazem: Piper Sebrin, un nombre normal para una chica normal. O eso era lo que ella pensaba. Piper se fue a la cama con las preocupaciones normales de una chica de su edad, sin embargo al levantarse, su vida dio un giro inesperado. Ahora s...