Capítulo 13

3 0 0
                                    

Esta vez, Adregon me esperaba pero no era paciente. Caminaba de un lado a otro con el ceño fruncido.

"¿Otra vez en mi sueño?" Pregunté notando nuevamente sus rasguños en el cuello y pecho. Al igual que en mi sueño anterior, no llevaba camisa, sólo sus pantalones y una túnica que no estaba cerrada lo que me permitía su cuerpo perfectamente.

Su cuerpo..., pensé. ¡Ese había sido el cuerpo con el que había soñado!

Adregon se detuvo, no se sorprendió al escucharme pero tampoco me miró.

"No es lo que parece, Piper." Dijo Adregon señalando a sus rasguños. Respiré profundo en espera de la excusa.

"¿Y cuál es el cuento?" Me crucé de brazos.

"¿Sabes Merealon?"

"¿Tu perro? ¿El que te regalé?" Pregunté con sarcasmo.

"Pues estaba persiguiendo un gato y el maldito gato me saltó encima. Me lo intenté quitar y el muy maldito me arañó."

Lo miré por un segundo. Su expresión no cambió y...

Me eché a reír.

"No voy a cometer el mismo error de la otra vez." Acotó.

Paré de reír y lo miré a los ojos. Parecían ser sinceros, y si bien estaba en duda si lo eran o no, no me quedó otra cosa que hacer que disculparme. "Ok, perdón. Fue mi error."

Suspiró mientras se pasaba una mano por los cabellos.

En ese momento, no pude evitar notar que Adregon estaba en mi sueño y ambos sabíamos que era un sueño. "¿Sabes que estamos en mi sueño?" Pregunté por si a las dudas.

"Por supuesto, lo supe desde el primer momento pero veo es que ahora es que te estás dando cuenta. Fui yo el que se introdujo en tu sueño." Replicó. "Piper, ¿no tienes ni idea de dónde estás?"

"No." Tuvo que haberse introducido con ayuda de—

"¿Qué puedes decirme de donde estás?"

"Nada porque no he podido salir del castillo. Sólo hoy. Tampoco escucho nada distinto en su manera de hablar que los identifique."

"¿Qué quieren contigo? Porque algo deben querer."

Miré al suelo. "Quieren que haga del ejército de este país mejor que el de Arazem."

"No lo harás." Lo comentó, no ordenó.

"Pero ellos no entienden eso."

Pareció pensar por un momento. "Piper, ¿cuánto tiempo tienes? No parece que te torturen."

"No es tortura porque a mí no me afecta. Los Asho-Rastra me entrenaron para esto y no se compara... con aquello."

"Aguanta, te vamos a sacar de allí." Se acercó a mí tomando mi rostro entre sus manos, juntó nuestras frentes y pude ver que sus hermosos ojos oscuros eran sinceros. "Y que no te quepa duda de que los haré sufrir por todo lo que han hecho." La furia reemplazó a la sinceridad.

Lo tomé de la túnica. "Adregon, no sé si este sujeto tenga un punto débil. No sé qué hace este reino para vivir, pero este sujeto me da mala espina en algunos sentidos."

"¿Sabes si tiene compañera?" Preguntó. Negué con la cabeza. "Ok, en peores situaciones hemos estado." Masculló.

Eso me suena a poliedro pero dejémoslo en sus ilusiones, pensé.

Una General en JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora