En el transcurso de los próximos días volvimos a Arazem, me reuní con los generales, detuve un intento de asesinato hacia Adregon con los Asho-Rastra (si era ingenuamente sincera, no esperaba que fuesen tantos al ser un buen rey y por supuesto ocultándoselo al que iba dirigido el asesinato), me probé los vestidos que usaría en la ceremonia de matrimonio (en ese momento enterándome que sería estando descalza) y Adregon comenzó a cambiar de manera más notable —no sólo el hecho de que me buscase más, sino que se tornó abiertamente posesivo conmigo pero no en el sentido violento, sino que dejaba bastante en claro que él estaba conmigo.
Adregon tuvo que salir del reino para negociar algunas cosas dejándome a mí cargo de todo (para molestia de la mayoría de los consejeros). Ya me había acostumbrado a la cama de Adregon, así que seguí durmiendo en ella.
Mientras dormía escuché que tocaban la puerta. Abriendo un ojo, le indiqué a Lanaedo que abriera la endemoniada puerta. Una criada hizo una reverencia al verme sentada en la cama y me extendió una carta.
"Discúlpeme, General Sebrin, pero Su Majestad me manda a entregarle esto." Se me acercó, me entregó la carta y se fue.
Lanaedo encendió las velas de la habitación.
Piper
Espero no haber interrumpido tu sueño, pero necesito que te vistas de manera sencilla y me veas en el jardín.
Adregon.
Vaya, ya llegó, pensé. Si por algún momento se me pasó por la cabeza que la carta era falsa, Mekina apareció diciéndome que me vistiese. Mientras me vestía, tocaron la puerta nuevamente pero esta vez se abrió sin permiso y entró Reira.
"Desvístete." Me dijo cuando me estaba poniendo la camisa. No me iba a poner a pelear. Me quité la ropa y ella entrecerró los ojos. "Me refería a todo." No era que me emocionase pero ya había perdido la pena así que me desvestí por completo y Reira me miró de arriba hacia abajo. "Tendrá que ser de esta manera pero tenemos que hacerte un tratamiento pronto."
No quise preguntar de qué tipo.
Reira me entregó otra ropa y salió de la habitación y cuando me terminé de vestir con su ayuda, asintió y se fue como si nunca hubiese estado adentro. Miré mi ropa interior que era más... delicada y femenina de lo usual, es decir, con esa era seguro que no me iba a poner a pelear con alguien porque la parte de arriba no amortiguaría el movimiento —tenía una especie de corset entre los senos con un lazo muy bonito y al desintegrar el brazo, perdía la parte de arriba—, la parte de abajo era igual de femenina aunque era agarrada a los lados con lazos, la ropa 'normal' consistía en un short blanco con una camisa manga larga de un color pastel.
Confundida, fui en busca de Adregon me sorprendí en llegar al jardín. En el suelo, había una especie de flor de loto pero parecía estar hecha de fuego. Lo que más me sorprendió no fue encontrar una, sino encontrar varias como si me guiasen.
"¿De dónde rayos salió eso?" Pregunté asombrada acercándome a la flor y cuando me acerqué para tocarla, no me quemó.
Parece que te están guiando y con una de las tres flores más raras en todos los reinos, dijo Hanolu.
Seguí las flores hasta que llegué a una parte escondida del jardín. Todo estaba iluminado de manera tenue con velas y flores y allí en medio de todo, estaba Adregon mirando el suelo. Levantó la vista y sus ojos se encontraron con los míos.
Por primera vez en mucho tiempo, no supe qué decir. Adregon al ver mi boca abrir y cerrar, sonrió ligeramente y se acercó a mí.
"No sabía que habías llegado." Fue lo más brillante que se me ocurrió.
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Una General en Jefe
Romance[4/5] 1. Arazem: Piper Sebrin, un nombre normal para una chica normal. O eso era lo que ella pensaba. Piper se fue a la cama con las preocupaciones normales de una chica de su edad, sin embargo al levantarse, su vida dio un giro inesperado. Ahora s...