Cuando me desperté la mañana siguiente me salí de la cama con cuidado.
Puta madre, siseé mentalmente cuando sentí el ardor entre mis piernas.
Me vestí rápidamente y me largué a mi habitación donde me desvestí frente al espejo observando lo que Adregon había hecho.
Me vi la parte frontal y cuando me di la vuelta, no pude evitar reír suavemente.
Había marcas por todas partes, más de las que la batalla me había dejado. Moretones, chupetones y zonas enrojecidas era lo que abundaba en mi piel y, si hubiese sido otra persona, me hubiera sonrojado nada más al verme porque mi aspecto decía que había sido absoluta y completamente cogida.
Después de un baño, me coloqué el vestido negro de General en Jefe y me fui a mi oficina aunque en el camino un alboroto me distrajo.
"¿Qué pasa?" Les pregunté a tres criados que estaban hablando emocionados.
"¡Los gemelos pintores han llegado para pintar a Su Majestad!" Dijo uno de ellos emocionado.
"Vaya," comenté aunque no sabía de quién rayos hablaban y seguí mi camino.
Mi estómago comenzó a sonar y ¿quién era yo para interponerme entre la naturaleza y el hombre?
Cuando salí de la cocina, vi que Raran estaba hablando con dos personas y lo bueno era que estaban lo suficientemente cerca como para verlos. Uno era hombre y la otra mujer y era obvio que eran hermanos ya que se parecían mucho, sin embargo cada uno era atractivo a su propia manera ya que él (con su quijada cuadrada) mostraba una belleza masculina y ella (con rasgos mucho más suaves) era la belleza femenina. Aparte del parecido en el rostro, no vi otra cosa que tuviesen en común ya que él era rubio con el cabello largo en una cola de caballo y ella tenía el cabello oscuro y corto.
Supongo que Raran me sintió porque volteó en mi dirección y me llamó. Me acerqué e hizo las presentaciones. "General Sebrin, permítame presentarle a los gemelos pintores Sisha y Ghena Leisten." Mi mirada pasó a ellos y extendí mi mano.
De cerca, pude ver que el hombre tenía los ojos cafés y su hermana los tenía grises.
"Soy Sisha, un placer." Dijo el hombre tomando mi mano.
Estreché su mano y cuando la soltó, su hermana la tomó. "Soy Ghena, un gusto."
"El placer y el gusto son míos." Repliqué y por el rabillo de mi ojo vi que Raran enarcaba una ceja.
"Ellos van a pintar a Su Majestad." Explicó Raran.
"Ah, sí, me enteré por los criados." Miré a los pintores. Ambos me miraron al mismo tiempo y luego se miraron el uno al otro para después sonreírse mutuamente y darse los cinco.
Ok, eso fue raro. "Los dejo entonces."
Fui a mi oficina y comencé a revisar todo aquello que no había podido ver antes. No me sorprendió que la puerta se abriera de sopetón diez minutos después de que mis nalgas tocasen el asiento.
"Luces terrible." Me dijo Albeans después de abrir la puerta.
"Da gracias que no me viste después de la pelea." Bufé mientras firmaba unos documentos y destrozaba algunos.
"¿Por qué destruyes eso?" Preguntó tomando asiento en la silla del otro lado del escritorio.
"No vale la pena que alguien le eche otra mirada."
"Adregon me dijo que le robaste algo."
"Se lo devolví." No iba a decir que no porque lo que Galaos me mandó a buscar no era mío en primer lugar. "Así que en realidad es tomar prestado, no robar."
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Una General en Jefe
Romance[4/5] 1. Arazem: Piper Sebrin, un nombre normal para una chica normal. O eso era lo que ella pensaba. Piper se fue a la cama con las preocupaciones normales de una chica de su edad, sin embargo al levantarse, su vida dio un giro inesperado. Ahora s...