IX

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Perfecto.
Había quedado con dos chicos, aparentemente artistas o al menos uno de ellos, y los estaba en aquél momento esperando en la puerta de la universidad. No sabía si aparecerían, ya que, bueno, eran desconocidos, no se habían visto en la vida y no es que fuese una reunión formal o ni que fuese una reunión propiamente dicha. Lo peor y gracioso de aquella situación era que no se trataba de aquél rapero que le había llamado tanto la atención si no de dos chicos aleatorios que supuestamente se hacían llamar artistas.
Esperó y esperó.
Nada, no aparecían.
Justo cuando ya lo iba a dar todo por perdido apareció de la nada un taxi. Dentro de éste se encontraba un chico con una enorme sonrisa en su rostro y que traía una bolsa de deporte pesada y una mano vendada. Juraría que le habían mencionado a dos chicos y no solo a uno.
Cuando ya estuvo delante de él, parado, sonriente y nervioso le preguntó:
—¿Hoseok?
—¡El mismo! —le gritó. Namjoon no pudo evitar cerrar sus ojos ante aquel grito. No había tenido un buen día y no estaba de humor para tratar con idiotas.
Resultaba que su gran colaboración era un patán y se había olvidado por completo que tenía que venir a su país a grabar y concretar exactamente lo que iban a hacer. Con lo cuál aquél día había gastado su mañana visitando a profesores de canto de el centro. Realmente él no cantaba, es más no tenía mala voz para cantar pero no era su estilo, tal vez lo probaría más adelante. En cualquier caso, lo que estaba buscando en aquellos lugares era a aquel rapero tan raro que había captado su atención y podía llegar a decir obsesión. Casi no había dormido pensando en como continuaba aquél rap, lo había leído entero, pero entre tanta gente y la poca luz no había podido quedarse exactamente con todas las letras y todas las rimas. Se frustraba cada vez que intentaba recordar algunas partes y a la vez olvidada otras. Le enfadaba muchísimo aquella situación.
Pero la mañana finalmente no había sido tan desaprovechada como había pensado que iba a ser, porque había escuchado una voz muy dulce y delicada de un chico menor que él. La verdad era que aquella voz le sonaba, aunque no sabía de donde. Además, tampoco tenía muchas expectativas de tratar con él porque tampoco se le veía muy agradable, y el no iba mucho con cantantes, así que no le interesaba. Por eso no le hizo mucho caso al chaval y continuó buscando entre las clases, pero a parte de aquél niño no encontró nada que le llamara la atención.
Podría asegurarle que convencer a cualquier famoso rapero era más fácil que encontrar a ese muchacho y autor.
—¿Quiere que le haga una representación? —le preguntó el mismo chico el cuál hacia unos segundos le había gritado y ahora se había transformado en una persona seria y, ¿profesional?
Asintió ante su propuesta y el chico de inmediato puso uno de sus canciones. No le sorprendió que hubiese investigado sobre él y su vida de rapero, pero tuvo que admitir que lo que vio delante suyo fue absolutamente impresionante. Parecía que su voz se hubiese introducido en el cuerpo de aquél chico y eso le estuviese haciendo moverse de esa forma. Fue asombrosamente genial. Cuando su canción terminó y los movimiento del muchacho cesaron de repente Namjoon sintió un vacío en el espacio. Es como si lo hubiese ocupado al completo con su música y su ritmo, pero ahora que se había acabado parecía que se hubiese desvanecido algo que no quería que se fuese. Le ocurrió algo parecido a como había pasado con el rapero callejero, necesitaba a aquel chaval en su música en su creación. Ahora que lo pensaba, necesitaba a muchísimas personas últimamente, jamás imaginó que fuese a pasarle algo así.
Empezó a aplaudir y el chico sonrió mientras recuperaba el aliento.
—No he podido hacer muchas piruetas por mi mano, pero no se preocupe, puedo hacerlo mejor y aún así seguiré mejorando, yo...—levantó una mano para callarle.
—Ha sido alucinante. —le soltó sin dilación. No pensaba cortarse un pelo con él. Estaba más que impresionado y satisfecho.
Tenía ese algo.
—Genial...—suspiró mientras cogía su mochila de deporte. —¿Y ahora qué?
Hubo una pausa en la que Namjoon empezó a reírse y le miró fijamente antes de decir:
—¿Cómo narices has conseguido contactar conmigo?
—Eh...
—¿Y quién fue con el que hablé por teléfono? ¿Porqué no ha venido?
—Yo...
—¿Sabes que no podemos concretar una colaboración si no me eres sincero desde el principio? Esto se tiene que basar en la confianza...
—¡Un momento! —Namjoon se calló de inmediato para escuchar lo que tenía que decir. —El chico de la canción me lo encontré en el hospital, se le cayó esa hoja y yo la cogí y me la guardé.
—¿Se la robaste?
—¡No! Yo solo estaba buscando un trabajo. Y me pareció una buena oportunidad contactar contigo.
—Y se la robaste.
—Sí. Lo admito, pero a ese chico le ingresaron así que no sé que habrá pasado con él. —dijo sinceramente. Después le miró de reojo y miró de nuevo al suelo. —Supongo que ya no querrá colaborar conmigo.
—No. Sí quiero colaborar contigo. —hizo una pausa cuando vio la sonrisa de oreja a oreja de Hoseok. —Pero tendrás que ayudarme a encontrarlo.
—¡Claro! —se enderezó ante lo que le propuso. Nomjoon sonrió, no era un idiota después de todo. Luchaba por lo que amaba y eso le gustaba. Además de que tenía talento.
—Bueno, si me dieras la hoja con la letra podría intentar preguntar a algunos contactos que tengo y así...
—Por supuesto. —le respondió mientras miraba en su mochila de deporte. Namjoon se sorprendió al pensar que tuviese en la bolsa de deporte el folio, afortunadamente no fue así, ya que no lo encontró.
—¡Ah! ¡Soy idiota!—dijo dándose en la cara, lamentándose.
—¿Qué pasa?
—Hoy he ido a una cafetería y he debido de dejarlo allí. —Namjoon suspiró apesadumbrado.
—¿Conoces a alguien que pueda habérselo quedado para dártelo cuando te vea? ¿Alguien...?
—Sí, el chico con el que hablaste ayer. Seokjin se llamaba. Estoy seguro de que me lo habrá guardado.
—De acuerdo. Mañana iremos a verle a esa cafetería. Dame tu número y ya nos mantenemos en contacto.
Hoseok con una sonrisa le dio su número y se agregaron en el chat. Después de eso los dos se fueron en la misma dirección y se quedaron hablando todo el trayecto en el tren. Namjoon le comentó como era la industria de las colaboraciones y sobre las personas que tendrían que buscar si querían hacerlo bien. Hoseok asentía y preguntaba cuando era necesario, algo que apreció.
Empezó a pensar en hacer un grupo. Un grupo de música estaría bien. Realmente tendría que pensarlo bien, pero tal vez podría hacerlo. Ya tenían rapero, bailarín y si encontraban a ese chico otro rapero más o cantante, ya que no sabía su estilo. Buscaría entre sus contactos y pensaría quién sería una buena opción. Pero no lo haría oficial, eso podría crear problemas con ese cantante americano con el cuál iba a colaborar. Era mejor mantenerlo en el anonimato hasta que tuviese a todos los integrantes en la cabeza y bueno, a lo mejor solo eran ellos tres.
Tampoco hacía falta nadie más, ¿verdad?

The Way We Became StarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora