Ya era domingo y jamás había tenido tantas ganas de salir de casa como aquel día.
Normalmente los domingos se quedaba encerrado en su diminuto cuarto estudiando y haciendo todo lo que no había podido hacer en toda la semana por falta de tiempo pero ese domingo era distinto.
Había quedado con su nuevo grupo en el vagón de Jin para empezar a preparar ya algunos raps e ir a algunos barrios a hacerse notar por los demás. Primero empezarían allí, en las calles, y si a los demás les gustaba su estilo Namjoon lo haría oficial para su discográfica.
Se levantó, cogió una caja de cereales abierta y el cartón de leche de la nevera. Mientras comía la combinación de estos en un tazón, se puso a escuchar su discman y a memorizar los raps que tenían pensando recrear. Una vez que acabó se vistió, se preparó, cogió su mochila y salió como una bala de su casa. Su barrio era el peor que podía encontrarse en el centro y lo sabía, pero le daba igual.
Cogió el tren que el día anterior les había indicado Jin y espero entre el tumulto de gente dominguera su parada. Tenía esperanza y emoción por empezar a trabajar con ellos. Se complementaban bastante bien y tenía que admitir que les estaba cogiendo un ligero cariño. Le encanta el talento que desprendía Namjoon y el amor y pasión que me ponía a toda clase de música. También era impresionante observar a Hoseok bailar, era como si algo le poseyera y dejase de ser él para convertir su cuerpo en música. Y luego estaba Jin que con una sonrisa arreglaba las cosas y que era un amor de persona que no se preocupaba y no dudaba en poner a los demás delante de él. En verdad les apreciaba a todos de alguna manera. También apreciaba a Jimin, pero no le lograba comprender. ¿Porqué había actuado así? ¿Tan tímido era? Suspiró y cuando llegó a su parada tuvo que hacerse paso entre la gente aglomerada. No le resultó difícil salir al exterior y una vez fuera corrió hacia las afueras del pueblo, en busca de vagones abandonados. Una vez que hubo pasado la tienda y ya divisaba los vagones aumentó la velocidad. De repente frenó de golpe y plantó sus dos pies en el suelo. La tierra debía estar tragándose sus piernas pues éstas no tenían intención de moverse más. Pudo distinguir a Jin y a Namjoon, pero no podía ser. No podía creérselo. ¿Cómo le habían encontrado? ¿Le habrían seguido? ¿Habían resultado ser ciertas sus amenazas?
Cogió su mochila y metió una mano en ella. Rebuscó entre sus cosas mientras avanzaba con cuidado hasta donde se encontraban. Si esos estúpidos estaban allí los mataría, los mataría a todos. Cuando sus dedos dieron con el metal frío se tranquilizó. Agarró ma empuñadura de ma pistola con fuerza y la sacó de su mochila. Después se la escondió en la espalda y dejó su pesada mochila en el suelo. Siguió acercándose con cuidado hasta que Namjoon y Jin le miraron con los ojos abiertos y llenos de terror. Su atacante al notar que dirigían su atención hacia otra parte se dio la vuelta para mirarle. Yoongi le apuntó de inmediato con la pistola. Escuchó un pequeño grito salir de la boca de Hoseok que se encontraba en la puerta del vagón, casi dentro de éste.
Namjoon abrazó con más fuerza a Jin que estaba temblando de miedo.
—Cariño no me dijiste que tenías tantos amigos. —dijo el hombre que iba convenientemente encapuchado y tapado. Parecía que solo se dirigía a Jin.
—¿Quién eres tú? —le gritó y apretó más la empuñadora de la pistola. —¿De qué panda eres?
—¿Panda? —rió. —No soy de ninguna panda. Soy el admirador de Kim Seokjin. —respondió con seguridad y observándole fijamente. Yoongi se dio cuenta que llevaba dos navajas, una en cada mano y podía asegurar que eran grandes y estaban afiladas. Tragó saliva.
—Un admirador que decide atacarle con dos navajas en mano. —le dijo a pleno pulmón. No pretendía acercarse demasiado a él. Tampoco quería que le hiciesen daño con una navaja de nuevo.
—Bueno, en verdad son para marcar territorio. Una para cada uno de sus amiguitos. —le dijo mientras volvía la vista hacia Hoseok y Namjoon. —¡Él es sólo mío! ¿Lo entendéis? ¡SOLO MÍO!
Yoongi pareció asustarse ligeramente con el grito que pegó y llamó la atención del hombre en sobremanera. —Venga chico. Suelta la pistola. Ambos sabemos que es de mentira. —le dijo con una sonrisa de suficiencia.
—¿Quieres comprobarlo? —le preguntó agarrando ahora la pistola con ambas manos. El hombre pareció asustarse ante tal acción. Yoongi respiró profundamente y colocó uno de sus dedos en el gatillo, después quitó el seguro. Una vez que se escuchó el sonido del seguro quitado el hombre salió disparado hacia él. Yoongi siguió apuntándole finamente mientras corría en su dirección. Cuando ya estaba a escasos metros, saltó hacia un lado y el hombre continuó su camino sin mirar atrás. Le siguió apuntando hasta que se perdió ente los árboles.
Colocó de nuevo el seguro y metió la pistola en su mochila. La cerró y la cogió. Caminó hasta donde estaban sus amigos. Jin estaba en el suelo llorando descontroladamente en los brazos de Namjoon y Hoseok se había quedado paralizado.
Ayudó a Jin y a Namjoon a levantarse y después todos entraron en el vagón. Sentaron a Jin en un sillón cómodo y le dieron un vaso de agua que agarró con sus manos temblorosas.
—¿Quieres hablar de lo que ha pasado? —le preguntó Namjoon, que se había sentado a su lado y le había rodeado con un brazo para darle calor. Parecía que cada uno quisiese reconfortarse a sí mismo con los demás pues Hoseok abrazó a Jin de inmediato y le dio muchos pañuelos para que se limpiase la cara.
Jin asintió y le miró con sus ojos rojos e hinchados.
—Gracias Yoongi. —le dijo con su voz queda y casi inaudible. Él asintió y se alejó de ellos. Cogió su mochila y de colocó los cascos. Después se puso a escuchar música con su discman. No quería saber porqué ese hombre le había seguido ni porqué le quería, eran problemas de Jin y él tendría que resolverlos.
Un rato después Hoseok se acercó a la esquina donde él se había sentado y se sentó a su lado. Se quitó uno de los cascos y le miró unos segundos.
—Gracias. —escuchó que le decía con una voz muy queda.
—De nada. —respondió encogiéndose de hombros.
—Si no hubieses llegado no sé qué habríamos hecho. —le soltó suspirando y mirándole con cariño. —No sé qué nos habría hecho...
—Probablemente mataros. —le dijo con sinceridad. Hoseok comenzó a reír y Yoongi pensó que tenía una sonrisa deslumbrante.
Después se mantuvieron callados unos segundos.
—¿Qué va a hacer? —le preguntó refiriéndose a Jin. Hoseok hinchó sus mofletes y soltó el aire que tenía en la boca.
—Namjoon está hablando con él. Supongo que le convencerá de hacer lo mejor.
Yoongi asintió. Después le ofreció a Hoseok el casco que se había quitado y él con una sonrisa se lo puso.
Ambos se quedaron callados, mirando a la nada y concentrados en la música que inundaba sus corazones.
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The Way We Became Stars
Teen FictionYoongi, un chico solitario y en problemas con idiotas de la calle. Namjoon, un artista pequeño intentando brillar a pesar de el mundo corrupto de la música. Hoseok, un bailarín fantástico que nunca es suficiente para las discográficas. Jin, un chi...