LXVIII

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¿Cómo explicarle a Jin todo sin contarle nada?
Tenía en su interior un dilema y no sabía cómo resolverlo. Estaba claro que iba a acabar contándole todo lo que había sucedido con Jimin y con Jungkook pero no quería, por que probablemente ellos no querían contar sus problemas al primero que preguntase. Ahora bien, Jin tampoco era cualquiera, era su amigo y tenía todo el derecho a preocuparse y preguntar qué era lo que había sucedido, qué había provocado esa escapada tan repentina.
Soltó todo el aire de su cuerpo, Jin parecía el hermano mayor que jamás tuvo.
—Vale. —respiró hondo. —No debería contarte esto porque no es mío. —el ceño de Jin se frunció ligeramente. —La semana pasada, cuando fuimos a ver a Jimin en su torneo de esgrima ocurrió algo horrible. —notó los ojos de Jin sobre él, mirándole, inspeccionando todo su rostro al detalle. Se sintió cohibido pues ese tema se había jurado no volver a recordarlo. Tragó saliva fuertemente.
—Jimin quedó segundo en el torneo y eso le afectó muchísimo pues él se había esforzado lo suficiente como para ser el primero. Pero perdió...—miró sus manos que habían empezado a temblar ligeramente, debía calmarse un poco. No debía recordar la sangre, ni a Jimin blanco como la cera y al borde de la muerte. Debía olvidar todo eso. ¡Debía hacerlo!
Notó como unas ligeras lágrimas caían por su rostro. Superar ese recuerdo le llevaría tiempo, mucho tiempo.
Jin se le acercó para quitarle las lágrimas de las mejillas pero él no se dejó. Le apartó las manos ligeramente y se las quitó él mismo. Sonrió ligeramente.
—Jungkookie y yo nos quedamos un rato después esperándole para hablar con él y darle ánimos, pero no salió de los vestuarios y se hizo muy tarde. Jungkookie se fue a casa y yo fui a buscar a Jimin pues era muy tarde y me lo encontré...en el suelo, lleno de sangre. —se tapó la cara mientras sus lágrimas caían sin control. No quería que Jin le viese llorar. —Se había cortado las venas y, y y-yo no sabía qué hacer. Le ayudé como pude, pero se me quedó la imagen en la cabeza y yo...—empezó a sollozar con más fuerza recordando a la perfección aquél momento tan traumático. —Jungkookie me dijo que nos fuésemos lejos de los problemas, que nos olvidásemos de todo y de todos, aunque fuese solo un tiempo y así lo hice. Creo que me vino bien. —murmuró mientras seguía con la cara tapada y quitándose las lágrimas a toda velocidad. Jin se acercó a él y le abrazó con muchísimo cariño. Tae se dejó abrazar y reconfortar hasta que sus pulsaciones se redujeron a un ritmo más o menos normal.  
—No puedo imaginar lo que debiste de pasar. Ayer estuvo en mi casa y la verdad es que estaba perfectamente, no podría haberme imaginado nunca que pudiera hacer algo así. —hizo una pausa mientras se volvía a sentar en la cama. —Si te vino bien esta especie de escapada entonces perfecto, la verdad. Nunca pensé que fuese por algo así. Hasta llegué a imaginarme que estabas enamorado.
Se quedó estático ante lo que dijo y se echó a reír de lo estúpido del tema. ¿Él enamorado? ¿De quién?
Su carcajada fue tan contagiosa que Jin empezó a reír también y así estuvieron unos segundos. Cuando se tranquilizaron Jin le miró de nuevo muy serio.
—¿Y estás mejor?
—Sí. —asintió. —La verdad es que Jungkookie tenía razón. Me ha servido de mucho la escapada. Espero que él esté bien. Ayer sus padres tardaron mucho en ir a recogerle a la comisaría.
Jin miró hacia otro lado como queriendo ocultar algo sobre Jungkookie y eso le hizo dudar.
—¿Sabes algo?
—Bueno, ayer le llamé muy tarde. Al parecer algo ha pasado con sus padres.
Se extrañó. ¿Los padres de Jungkook? Pensaba que el problema residía en su profesor de música, no sus padres. Se quedó unos segundos observando a la nada y pensando a toda velocidad si él había mencionado en algún momento a sus padres. No recordó nada relacionado y se deprimió.
—¿Algo malo?
—Aparte de que no les importa lo más mínimo su hijo, no...
Los ojos se le agrandaron por la enorme sorpresa. Ya había intuido algo así por su tardanza pero no esperaba que Jin se hubiese enterado con tanta facilidad.
—¿Cómo te has enterado de eso? —le preguntó mientras se quitaba los restos de lágrimas de su barbilla y cuello y le miraba fijamente, extrañado. Si Jungkook le había contado lo que le ocurría en su hogar entonces es que algo serio le había pasado aquella noche, ya que ese chico era de todo menos extrovertido sobre sus sentimientos y problemas.
—Bueno, es un poco evidente ya que sus padres no han ni denunciando a la policía su desaparición. —empezó a asentir ante las palabras de Jin. Estaba en lo cierto, les habían encontrado porque sus padres habían querido que el hecho se hiciese público y que todo el mundo le buscase. Pero en el caso de Jungkook, no había visto ninguna foto, y la policía se había sorprendido al haberlos encontrado a los dos. En un principio no le había dado mucha importancia, ya que en ese instante se estaban abrazando y a lo mejor se habían hecho ideas equivocadas, pero jamás se había planteado que a él ni siquiera le estuvieran buscando.
—Después, —continuó Jin sacándole de sus pensamientos. —cuando le llamé anoche, estaba muy agitado y agresivo. Cualquier cosa le afectaba fuertemente, así que algo ha ocurrido en su familia, algo serio.
Tae seguía con su cara de sorpresa, de incredulidad. ¿Porqué no le había contado aquello? ¿Acaso Jungkook no consideraba importante el poco cariño que le daba su familia? Cogió aire y miró a Jin.
—¿Qué más te contó?
—Nada más. Solo le dejé en claro que nosotros sí habíamos estado preocupados por vosotros dos, y creo que se sintió un poco querido. Tal vez le animé un poco, no sé.
Se encogió de hombros y su mirada se perdió en algún lugar de su habitación. Se sintió un poco decepcionado al no haberse enterado de ese pequeño problema que estaba afectando a su amigo. Miró a Jin de reojo y le consideró una buenísima persona por haber intentado animar a Jungkook cuando ellos no se habían casi ni dirigido la palabra.
Le sonrió abiertamente. Los ojos de Jin le enfocaron con extrañeza.
—Gracias.
—¿Por qué?
—Por todo.
Jin sonrió sin motivo alguno y Tae le devolvió la sonrisa, después le abrazó con cariño y le dio algunas palmadas en su ancha espalda.
Se sentó a su lado en la cama y comenzaron a hablar sobre la playa y sobre lo hermosa que era.
Tae intentó olvidarse de todo, justo como había hecho con Jungkook. Decidió olvidar lo que le había contado sobre su profesor, lo que había pasado con Jimin, y su ahora nuevo y, que supuestamente desconocía, problema con los padres de su amigo. Decidió reírse por idioteces y olvidar, porque olvidar en aquellos momentos era la mejor medicina de todas.
Bueno, eso, y la compañía de Jin.

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