XCIX

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Una vez que Jin recibió la ubicación fue más que sencillo llegar a su hogar. Cogieron el metro y en unos minutos llegaron al edificio de apartamentos donde el bailarín se alojaba. Yoongi mentiría si dijese que no estaba nervioso, ya que sabía lo que le ocurría a Hoseok, pero no sabía cómo ayudarle. Estaba empezando a provocarle ansiedad.
Miró a los demás que tampoco estaban en sus mejores momentos y no supo se sentirse comprendido o aún más asustado. ¿Realmente podrían ayudarle? ¿O le crearían más problemas?
Respiró hondo y una vez que llegaron a la puerta de su casa, habiendo llamado antes claro, entraron en tropel y se abalanzaron sobre Hoseok que no tenía muy buen aspecto. Además de lucir con más ojeras que el viernes su cuerpo se veía aún mas delgado de lo que recordaba.
—¡Hoseok! ¿Cómo te encuentras! —gritó Jimin asustado por el aspecto del chico.
Todos esperaron su respuesta y él solo se encogió de hombros y sonrió.
Después les invitó a sentarse y les comunicó que era la casa de sus padres, aunque solo se encontrase él en ella. Intentó sonreír mientras les contaba lo que le estaba ocurriendo a su hermana pero realmente fue una mueca. Todos se quedaron en silencio y escucharon sus palabras llenas de dolor y pena mientras les contaba que su hermana continuaba en coma y no sabían cuando iba a despertar. Algunos decían que en unas semanas, otros aseguraban meses o incluso años. Pero no podían hacer caso a ninguno de ellos ya que el coma era tan extraño e impredecible que no se podía saber nada a ciencia cierta.
Cogió aire y buscó por la casa cualquier señal de pastillas, bites vacíos o muebles tirados, pero todo estaba en orden.
—Hoseok, ¿podemos hablar de tu problema? —preguntó algo tímido. No sabía como arrollar aquél asunto, pero supuso que ir al grano sería lo más conveniente. Después de todo lo que habían pasado ya no estaban para andarse dando vueltas al mismo asunto, llegarían al problema de raíz y  acabarían con él, como habían hecho con los anteriores.
—Sí, claro. Para eso habéis venido, ¿no? —intentó sonreír de nuevo y salió mal como las anteriores veces.
—No sabíamos que habías sido un adicto. Quiero decir, sin ofender, es lo que nos has dicho.
Hoseok rió entre avergonzado y nervioso ante las palabras de Jungkook.
—Sí, lo fui. Me ponía muy nervioso a la hora de actuar y examinarme y mi madre me recomendó unas pastillas sin consultar al médico. Con el tiempo quise más y más y ya ni siquiera lo consultaba con mis padres, las tomaba a todas horas y en cualquier parte. —cogió aire y se enjuagó los ojos. Le estaba costando contarles aquello pero sabía que si no lo hacía no podrían ayudarle. —Llegó un momento en el que toqué fondo. No me aceptaron hace unos años en una escuela por estar más ido que cuerdo. Lo gracioso es que no me enteré hasta unos días después. —rió amargamente. —Me internaron en un centro y conseguí salir del vicio, pero me costó muchísimo...—empezó a sollozar fuertemente y se tapó la cara. —Lo que no me creo es que esté cayendo de nuevo en la misma piedra...
Hubo un silencio espantoso en el que solo se escuchaban los sollozos de Hoseok. La habitación se tornó el triple de fría y Jimin corrió a abrazarle, al igual que Jin. Hoseok echó todo lo que había estado guardando en sus hombros y una vez que se recompuso fue el turno de palabra de Namjoon.
—Vale, entonces está claro. —todos dirigieron su atención a él. —Danos a cada uno una caja de pastillas, te las guardaremos hasta que te veas capaz de poder estar sin ellas. Una vez que vuelvas a la normalidad te las devolveremos para que tú decidas qué hacer con ellas. —todos asintieron ante ese plan menos Hoseok.
—No sé si es una buena idea. Podría comprar más. —Namjoon asintió ante lo que dijo.
—Sí, pero las que compres no creo que lleguen al número de pastillas que tienes ahora. —el chico asintió entendiendo lo que quería decir.
Se levantó del sillón y les indicó que le acompañaran a la cocina para que les repartiera sus pastillas.
Cada uno se llevó al menos dos cajas de pastillas, algo que impresionó a Yoongi pues no había visto tal cantidad junta y menos para uso de sólo una persona. 
Después de eso se quedaron hablando sobre la discográfica, lo que finalmente había decidido hacer Namjoon. Resultaba que el chico no había tenido casi tiempo de poder hablar con su mánager, pero estaba prácticamente asegurado que debutarían en BigHit costase lo que costase. Aunque tuviesen competencia, aunque estuviese en bancarrota. Era lo mejor que tenían y probablemente si buscaban algo mejor, jamás lo encontrarían.
Se quedaron hablando, cantaron un poco y también rapearon haciendo sentirse acompañado al pobre Hoseok.
Después cada uno se organizó la semana para que uno de ellos fuese a verle cómo estaba y si necesitaba de algo. El bailarín intentó que no le tratasen como un niño pequeño, pero finalmente concretaron que cada uno iría a verle un día de la semana y en cuánto regresase Tae, harían esa maravillosa fiesta para reunirlos a todos.
Todo parecía ir sobre ruedas.

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