LVII

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No sabía de qué iba Namjoon. Se le veía tensionado y estresado y no sabía la razón.
La tarde en casa de Jin estuvo genial, pero en cuanto llegó su madre tuvieron que irse todos ya que la mujer estaba agotada. Se despidieron y cada uno se fue por su lado.
Cuando estaban en la calle ya, Hoseok y Jimin se despidieron de ellos y Yoongi cogió del brazo a Namjoon para detener su avance. Él se volvió y le miró confuso, Yoongi sin decir nada le hizo una señal con la cabeza de que le siguiese y él, sin saber muy bien qué era lo que quería le siguió sin protestar.
Avanzaron un poco por la calle hasta que se juntaron con la gente del centro que seguía yendo y viniendo sin parar.
—¿Qué pasa Yoongi? —le preguntó directamente algo nervioso. Él lo notó y le se le quedó unos segundos mirándolo.
—¿Estás bien tío? —el ceño de Namjoon se frunció de repente y le miró aún más confundido.
—¿Yo? Pues claro. ¿Porqué no iba a estarlo?
Yoongi suspiró.
—Te estás estresando un poco con todo este problema de los chicos.
—Es normal. Me preocupo por ellos.
—¿Te preocupas por ellos o por las consecuencias que pueden afectarte directamente?
Namjoon cerró la boca rotundamente y pensó sus palabras algo receloso. Parecía que estaba maniatando en su cabeza algo realmente rebuscado.
—¿Qué quieres decir?—cuestionó con los ojos entrecerrados.
—Quiero decir que te estás preocupando más por ti mismo que por ellos.
—¡Me preocupo por todos vosotros! —hizo una pausa mientras se indignaba con las palabras que acababa de decir y respiraba hondo. —¡Y sobretodo por ti! ¿Sabes que podrías ir a la cárcel por tener una arma ilegal?
—Lo sé. —respondió tranquilamente, algo que hizo que Namjoon se pusiese aún más nervioso.
—¿¡Entonces si lo sabes porqué te importa tan poco!?
Yoongi no pudo evitar empezar a reír.
—¿Qué más da? —preguntó. —Si me preocupase por cada cosa que me ocurre, ya estaría muerto.
Namjoon se quedó alucinado y callado. No sabía qué decir a continuación y Yoongi continuó andando como si no pasase nada. Al momento le sintió que volvía a colocarse a su lado y volvían a estar andando a la par.
Escuchó como suspiraba Namjoon y cómo salía su aliento que con el frío se había convertido en una neblina.
—Puede que haya estado estresado por la presión que me está poniendo la discográfica. —hizo una pausa y Yoongi le miró de reojo pensando que ya lo había soltado todo. Cogió aire y de repente continuó hablando. —Además que tengo miedo de equivocarme. Nunca he trabajado con otras personas, y me cuesta ¿confiar?
Yoongi asintió varias veces.
—A mi también me cuesta. —paró para pensar bien sus palabras. Tenía que abrirse con él un poco para que se pudiese desahogar. Casi como había hecho con Jimin. —Bastante la verdad. Sobretodo cuando llevas tratando solo y exclusivamente con grupos callejeros macarras.
Una pequeña risa asomó los labios de Namjoon.
—He tardado en darme cuenta de que las personas con las que me junto ahora son tan diferentes y tan parecidas a mí en algunos aspectos...—se quedó pensativo Yoongi mientras recordaba a Hoseok, a quien le había dejado su único medio para escuchar música, y a Jimin, con el cuál había dormido y con quién había tratado sobre sus mayores defectos. Estaba poco a poco haciendo amistad y cogiendo cariño a esas pequeñas personas con monstruos en sus mentes. No sabía si sentirse cómodo entre cerebros tan activos y diferentes como el suyo o sentirse fuera de lugar por no llegar a la suficiente actividad. Decidió apartar sus pensamientos y se quedó mirando a Namjoon que llevaba observándole un largo rato.
—¿Qué pasa? —preguntó mientras metía las manos en los bolsillos de su chubasquero por el frío. Nada más meterlas allí sintió la helada pantalla de su móvil nuevo. Suspiró. Se había olvidado de que estaba ahí.
—Lo que pasa es que tienes razón. —replicó el rapero pensativo. —Tienes razón.
—Gracias.
—¿Puedo contarte algo? —Yoongi volvió a centrar su máxima atención en él, algo perplejo por el cambio de tono en su voz. Asintió confundido. —Creo que hay un problema con la discográfica. Parece que está al borde de la bancarrota. —Yoongi asintió de nuevo. Ya había oído ese problema y sabía que estaban en la cuerda floja, pero no se esperaba que fuese a mencionarlo de nuevo en aquel momento. —Y no sé si deberíamos seguir en ella. No creo que sea bueno comenzar en un lugar que ya casi está a punto de caer. Si queremos alzarnos y triunfar deberíamos intentar buscar opciones mejores, ¿no crees? —Yoongi se sorprendió que pidiese su opinión y contestó gustoso.
—No lo sé. Nunca había tenido que tratar con temas tan profesionales y empresariales. —respiró hondo y se encogió de hombros. —Pero si decides que debemos salir de ahí puede que no encontremos otra oportunidad mejor. Puede que sea nuestra única forma de llegar lejos. No te digo que no busques más opciones, te digo que no renuncies a ninguna.
Namjoon pensó durante unos segundos y asintió convencido.
—Ya sé. Esperaré a que vuelvan y les preguntaré a los demás qué creen que deberíamos hacer. Lo dejaré a votación. —Yoongi asintió sonriente.
—Eso sí es trabajar en equipo.
Una ligera y tímida sonrisa se coló en los labios de Namjoon y se quedó allí instalada el resto del camino. No hablaron más, tampoco hizo falta.
Cuando llegaron a la estación de tren y ambos entraron allí algo tiró de su brazo mientras bajaba las escaleras. Miró hacia qué le había agarrado y se dio cuenta que no era un qué si no un quién. El chico tenía la nariz morada pero al menos ya no estaba hinchada ni sangraba. Quiso gritarle a Namjoon que saliese corriendo pero al momento de girar su cabeza se lo encontró al igual que él, agarrado por un chaval de aquel grupo callejero. Juraría que se trataba del chico que le había amenazado con la pistola.
—Hola Agust D...—saludó el líder. —Hace mucho que no nos vemos.
—¿Si? —preguntó mientras se intentaba soltar de su agarre. —Pues no te he echado de menos.

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