LXXII

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Desde luego lo que había pasado la anterior noche no pasaba todos los días. Cuando había llegado a casa su madre le había echado la regañina del siglo y le había obligado a comerse la cena helada. Realmente eso no le había importado mucho, pues su cabeza no estaba realmente con su madre y su helada cena. Su cabeza se encontraba todavía en la comisaría, en la astucia de Yoongi con la situación y en cómo habían conseguido salir como si nada hubiese pasado. Es más, ni siquiera su madre se había enterado del incidente, simplemente le había regañado por haber tardado tanto en volver, pero nada más lejos que eso.
Se levantó sintiéndose pesado con su cuerpo. Estaba cansado, su mente no le había dejado descansar ni un momento aquella noche y se notaba en sus músculos agotados y sus ojeras. Se levantó de su cama y se vistió y preparó para el instituto. Tampoco había podido dormir mucho ya que tenía clases al día siguiente. Se dirigió al pequeño salón para desayunar y su madre se fijó en el mal aspecto que presentaba su hijo aquél día.
—Buenos días amor.
—Buenos días mamá. —bostezó sin taparse la boca y se colocó bien las gafas que hasta ese momento habían estado de lado.
—¿Estás cansado?
—Un poco...
Su madre suspiró y le colocó los cereales de siempre delante suyo. Namjoon miró la comida desganado y cogió su móvil. Si su madre pretendía hacerle un interrogatorio no la iba a dejar. Tampoco pretendía contarle lo que había ocurrido la anterior noche y la razón de su tardanza. Ya era mayorcito como para regresar a casa cuando quisiese.
Miró sus mensajes y no vio ninguno de Yoongi, así que supuso que estaría durmiendo todavía. Después miró los mensajes que tenía de su mánager. Al parecer se los había mandado sobre la hora en la que se encontraba en la comisaría. Eso explicaba que no le hubiesen llegado los mensajes hasta esa mañana, ya que le habían dicho que apagase el móvil mientras estuviese allí. Leyó los mensajes con atención y su ceño se frunció ligeramente.
¿Viaje? ¿América? ¿En unas semanas?
¿Qué estaba ocurriendo?
Cuando terminó de desayunar, cogió sus cosas y se fue directamente hacia la estación de tren. Mientras esperaba llamó de inmediato a su mánager en busca de respuestas coherentes.
—¡Hola Kim! —le saludó alegremente. Parecía que su día estaba yendo bien, al contrario que el suyo. Acababa de despertarse y estaba seguro de que ya estaba metido en algún otro lío.
—¿Qué pasa? —le preguntó a bocajarro. No estaba de humor para andarse con rodeos de educación y buenas maneras.
—Vale...nos hemos levantado hoy de mal humor.
—No estoy de mal humor. Es sólo que estás intentando reemplazarme y ahora me quieres llevar a América. ¿De qué vas?
—A ver, déjame explicarte.
—Te escucho.
—He encontrado una discográfica en América que está interesada en ti. Sería perfecto que en unas semanas fueses y hablases con ellos.
—¿No pueden mandarme un mensaje? ¿O hablar conmigo por teléfono?
—Al parecer no. He intentado contactar con ellos y mandarles un poco de tu material, pero se niegan a aceptar nada hasta que no estés allí presente. —hizo una ligera pausa y murmuró. —Supongo que ellos son más listos y hasta que no estés allí no te darán información ni contrato.
Namjoon suspiró, recordando su metedura de pata con el rapero. Se miró los zapatos un segundo y después volvió su mirada a las frías y oscuras vías.
—¿Cómo sabemos que no es una trampa? ¿Qué no es otra estafa?
—Tendremos que arriesgarnos y apechugar. Ahora mismo sabes que me están metiendo presión porque lo único que estamos haciendo es sacar dinero y no meter. Los superiores están que trinan con nosotros.
—¿Y por eso me quieren lejos?
—No, Kim. Escucha. Esta discográfica está medio muerta. Nos queda muy poco para caer en banca rota. A este paso Big Hit no será más que un recuerdo absurdo en tu carrera. Por eso te estoy buscando más opciones, más discográficas. Y de momento la mejor que he encontrado ha sido esa.
Namjoon sopesa la situación unos segundos. Es exactamente lo que él había supuesto, el problema era elegir. ¿Qué debía hacer? ¿Debía confiar en su mánager y dejar esa discográfica de una vez? ¿O marcharse de allí y empezar de cero, en otro país y con otra cultura?
—Necesito pensar esto con calma.
—Claro. Te doy hasta el sábado. Si para entonces ya has tomado una decisión de lo que quieres hacer, llámame. Si no, confirma que seguirás en Big Hit por email.
—Claro.
Hubo una pausa en la que ninguno de los dos se despidió y entonces Namjoon se acordó de algo muy importante.
—Oye...
—Dime.
—¿Le has dicho a esa discográfica americana que ahora soy un grupo?
Hubo un silencio incómodo. Más que incómodo, tenso. Namjoon pudo percibir que su respiración cambiaba notablemente.
—Kim. Yo solo apuesto por ti.
—Entonces piensas que todavía voy en solitario.
El otro se trabó al intentar contestarle. Namjoon entró en el tren enfadado y dando fuertes pisadas. Una vez que se apretujó entre la gente siguió esperando una respuesta.
—No podemos pagar el billete de... ¿cuántos sois? ¿Cinco?
—Somos siete. —sabía que Jungkook todavía no había aceptado su invitación al grupo que estaban haciendo, y mucho menos esperaba que su amigo, Taehyung, quisiese unirse también. De todas formas, intuía de alguna manera que iban los dos juntos, como en un pack. Justo como Yoongi y Jimin, si entraba uno, el otro también.
Su mánager se mantuvo en silencio unos segundos más.
—La discográfica no piensa pagarte esa cantidad de dinero Kim. Tendrás que ahorrar para viajar con tu grupo.
—¿Entonces esa discográfica aceptará a mi grupo si me presento con todos ellos?
—Si consigues el dinero suficiente dentro de unas semanas y puedes llevarte a tus amigos a América, claro, es una empresa cualquiera. Aceptará trabajadores cualificados. Aunque si no dan la talla, caerás con ellos y perderás la oportunidad de entrar allí, lo sabes ¿no?.
Namjoon asintió, recordando de repente la voz melodiosa de Jin, el rap característico de Yoongi y el impresionante baile de Jimin y Hoseok. Estaban más que cualificados y preparados. Sentía orgullo por su grupo, la cuestión era conseguir ahora el dinero suficiente para viajar a América y volver.
Y también tenía que tener en cuenta a los menores de edad...
¿Por qué siempre se metía en esos líos?

The Way We Became StarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora