XLVII

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Se había olvidado de cerrar las cortinas.
Se revolvió un poco y entonces se dio cuenta de que había dormido toda la noche sin despertarse y sin ninguna pesadilla. Sonrió y cuando abrió los ojos se maldijo a sí mismo. Estaba abrazando por completo el torso de Jungkook que seguía profundamente dormido. Su cuerpo estaba en diagonal sobre la cama de dos plazas y estaba estirado boca arriba, con los brazos estirados y las piernas de igual forma. Él tenía sus brazos alrededor de su cintura y su pecho y había dormido con la cabeza apoyada en sus costillas, y lo genial es que había dormido fantásticamente. Se había olvidado de meter una almohada de sobra para abrazarla mientras dormía y había acabado abrazando al pobre Jungkook. Esperaba no haberle molestado, aunque él seguía completamente dormido a pesar de la luz del sol que entraba por la enorme ventana. Se incorporó un poco y uno de los brazos de Jungkook se quedó alrededor de sus hombros, lo dejo ahí pues todavía guardaba calor y era una mañana helada. Se frotó los ojos para despejarse y despertarse y después se despeinó más el pelo. Después empezó a agitar el cuerpo inerte del chico que estaba completamente frito. Empezó a agitarlo más y más y nada, no había forma de despertarle. Se dio por vencido y se quitó de encima su brazo. Se levantó y sintió el helado suelo en sus calientes pies y se sintió estúpido por haberse levantado. Miró su móvil y vio que eran las siete de la mañana. Se dio con la mano en la cara. ¡Su próximo tren saldría a las nueve! Tenía que despertar a Jungkook ya. De repente le gruñeron las tripas y decidió que primero debía satisfacer sus necesidades primarias y dejó para luego el despertarlo.
Buscó entre las cosas del chico inconsciente y encontró cereales y algún que otro bollo. Cogió un vaso de cristal que había en un pequeño armario en la pared y se echó ahí los cereales. Sabía que Jungkook había traído platos y vasos de plástico pero no los encontraba y cuando dio con su ropa interior decidió no buscar más entre sus pertenencias. Cogió la caja de cereales, la abrió y empezó a comérselos con la mano mientras sacaba de su bolsa de plástico el bollo que había encontrado. Se sentó en la cama junto a el cuerpo estirado de Jungkook para comer a gusto. Sonrió y antes de darle un bocado al bollo se lo acercó a la nariz a Jungkook. Lo pasó varias veces por ahí hasta que éste se movió ligeramente. Empezó a reír y de repente abrió los ojos y cogió el bollo con su boca, arrancándoselo de la mano. Se asustó y apartó la mano al momento. Jungkook sonrió con el bollo en sus labios y Tae no pudo evitar empezar a reír de la sorpresa.
-Buenos días. -le dijo Jungkook sonriente y con el bollo ahora en su mano.
-Buenos días. -le dijo entre risas. En serio le había dado un susto de muerte.
El chico se incorporó hasta quedar sentado a su lado. Miró a su alrededor perdido y le dio otro mordisco al bollo.
-¿Has conseguido dormir? -le preguntó después de unos minutos.
-Sí. -le dijo mientras se metía en la boca un puñado de cereales sonriente. -He dormido muy bien. No te habré molestado ¿no?
-No, para nada.
Una enorme sonrisa se formó en los labios de Tae.
-Es que tengo que dormir abrazado a algo y creo que ese algo esta noche has sido tú. -le explicó con una sonrisa culpable. -Lo siento.
-No importa. Ni te he notado. -le dijo contagiándose de su sonrisa. -¿Qué haces comiendo cereales así?
-No encontraba los platos. -se encogió de hombros y Jungkook se rió.
No tardaron en prepararse, recoger sus cosas y volver al tren. La verdad es que estaba tan descansado que no paró de hablar con Jungkook todo el viaje, cuando cambiaban de tren seguía hablando y llegó un momento que quiso hablar hasta con la señora que se había sentado a su lado. Jungkoon llegó un momento que se cansó de escucharle hablar y se puso sus cascos, y como Tae entendió la indirecta en vez de tomárselo mal le cogió uno de sus audífonos y se lo colocó. Tenía unas ganas y nervios de llegar a la playa que se puso a cantar la canción que estaba sonando en alto y las personas del tren volvieron sus cabezas hacia él. Sin darse cuenta Jungkook empezó a cantar con él y no pudo evitar sonreír. Las personas también sonrieron al escucharles y hasta que la canción no terminó ellos no pararon su dueto. Cuando terminaron algunas personas (las que les habían estado escuchando) aplaudieron y les brindaron sus mejores sonrisas. Tae se levantó e hizo algunas reverencias dando las gracias a los que le habían escuchado, después cogió del brazo a Jungkook y le dijo que hiciese lo mismo. Ambos hicieron reverencias y se volvieron a sentar.
-Eso ha sido genial...-le dijo con un susurro Jungkook.
-¿Verdad? La música es genial. -le respondió suspirando felizmente.
-No sabía que se podía disfrutar tanto haciendo música. -empezó a decir Jungkook tímidamente.
-¡La música debe hacerte disfrutar!-le dijo algo indignado. Después se le quedó unos segundos mirando fijamente. -No sé, creía que era algo que ya sabías. Como cantas y tal...suponía que lo hacías por placer.
Jungkook desvió su vista hacia el suelo y pareció que se le escapaba el aire del cuerpo.
-Supongo que al principio sí lo hacía por placer...-le respondió apesadumbrado.
-¿Y qué te ha hecho cambiar de idea? -notó como poco a poco Jungkook cogía aire para contarle lo que le ocurría, la razón de porqué estaban en aquel viaje tan precipitado, pero se deshinchó y no dijo nada más. Tae suspiró cansado y miró hacia otro lado. Le gustaría saber qué narices le ocurría con la música pues parecía tener un amor odio horrible.
Pasaron unos minutos y siguieron con la música puesta sin mirarse y sin dirigirse la palabra.
Entonces Tae sacó la fuerza de voluntad que no tenía y le preguntó abiertamente.
-Jungkook, sé que algo te ocurre y no voy a quedarme tranquilo hasta que me digas qué es lo que te pasa. -el chico le dirigió una mirada asustada y Tae no supo cómo interpretarla. ¿Quería decirle la verdad y no podía? ¿Había acaso algo que le impidiese decirle lo que le pasaba?
Volvió a coger aire y le miró cansado.
-Te lo contaré cuando lleguemos a la playa.
Tae sonrió y asintió ahora más calmado. Había conseguido darle la suficiente confianza como para que le dijese lo que le ocurría. Se sentía orgulloso, y no solo de sí mismo, sino también de Jungkook que iba a hacer une esfuerzo y contarle qué era lo que le ocurría.
-Ayer Namjoon me envió unos mensajes. -empezó a hablar el chico. -Me dijo que necesitaban a alguien que diese clases de canto para enseñar al resto.
Tae le regaló la sonrisa más brillante de todas.
-¡Eso es genial! ¿No? Te quieren meter en la banda. -un pequeña sonrisa se formó en los labios de Jungkook.
-No sé si tomármelo como una buena noticia, la verdad...
-Estoy seguro que contigo el grupo será bestial. Ya verás.

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