L

0 1 0
                                    

Jin le había regalado un móvil.
¿Era en serio? Parecía mentira que fuese tan bueno con él, pero al día anterior al volver en el coche de su hermano le invitó a pasar la tarde en su casa. Después de comer un poco antes de marcharse Jin le dio su viejo móvil que aún funcionaba y que se trataba de uno de marca buenísima. Si vendía aquél móvil estaba seguro de que podría pagarse varias comidas al mes o incluso podría permitirse ir al cine. Se quitó esa idea de la cabeza y aceptó el viejo móvil. Metió su número y al momento Jin le dio todos los contactos de los demás. Le dio las gracias varias veces y le dijo que no tenía porqué. A pesar de todas sus quejas, Jin le dio comida que había preparado para la cena y el móvil, además de ofrecerse para llevarle a casa. Él les dijo que no podía pedirles más y se retiró por fin de aquella casa de ensueño donde hasta los padres le trataban bien. Volvió a casa y calentó la comida que le había dado en un tupper Jin. Se la comió maldiciéndole por cocinar tan bien y se fue a su habitación al acabar. No quería molestar a sus compañeros de piso los cuáles se habían traído unas cuantas amigas. Cerró la puerta con cerrojo por si les daba por emborracharse y fumar demasiado y querían molestarle. Miró su nuevo móvil, aunque viejo para Jin, y les mandó un mensaje a todos menos a los dos desparecidos dejando en claro quien era. Jimin fue el que le contestó al instante.
«Hoolaa Yoongi!!»
«cómo estás?»
Le preguntó mientras se cambiaba de ropa y se preparaba para dormir. Quería acostarse pronto para al día siguiente asistir a todas sus clases despierto. 
«Biien!! La verdad es que mejor!! Ya mis heridas están curando»
«genial. Mientras no te las vuelvas a hacer...
«ya...Oye!! Una cosa»
Se tumbó en la cama y se quedó mirando el móvil mientras Jimin escribía.
«mañana Hoseok y yo estábamos pensando en darle una fiesta sorpresa a Jin, te quieres venir??»
«no sé si tendré tiempo, pero vale»
«guayy!! Vamos a comprar tarta y vamos a ir todos»
«no creo que Jungkook y el otro vayan, no??»
«la verdad es que no sé nada de ellos»
«me he encontrado con sus padres, y no les he dicho nada»
Eso le extrañó, y le pareció bien que Jimin hubiese mentido ante ellos. No podía tampoco decirles donde estaban directamente, había hecho lo mejor que podía.
«bien, son ellos los que se tienen que encargar de sus problemas»
«supongo...»
«bueno, a que hora es la fiesta??»
«a las cinco en la casa de Jin»
«vale, intentaré estar allí»
«guay, nos vemos mañana Agust D!!»
«hasta mañana»
Dejó el móvil a un lado y se metió en la cama. De repente recordó a los idiotas que le habían amenazado con destruir todo lo que quería. No habían hecho ningún movimiento en días y parecía que no lo iban a hacer. Suspiró más nervioso, sabía que los chicos estaban en peligro. El acosador había sido una cosa menor en comparación con aquellos chavales. Estaba asustado, ahora sí tenía algo que quería y apreciaba y esperaba que no se lo arrebatasen.
Se quedó profundamente dormido dándole vueltas al tema. También era posible que aquellos chicos no fuesen más que lumbreras que le habían intentado engañar y asustar cuando en realidad no iban a hacer nada. Pero con esta gente nunca se sabía.

Se despertó y se dirigió a prepararse para su día atareado. Se alistó y una vez que estuvo listo para salir, cogió su pesada mochila y se fue.
Estuvo toda la mañana en la universidad, de una clase a otra, entregando trabajos, preguntando dudas y resolviendo algunas preguntas que sus profesores hacían de vez en cuando. La mayoría de sus compañeros notaron su cambio de ánimo y algunos se acercaron a almorzar con él. Él sorprendido ante su nueva compañía decidió ignorarles a pesar de que le hablasen de las clases y de formalidades como los deberes. No quería hacer amigos, y porque ahora su vida se estuviese organizando no tenía porqué saberlo todo el mundo. Las personas acudían a él como las abejas a la miel. Menuda panda de interesados. Había destacado un poco en algunas clases y ya se le acercaban toda cantidad de personas. Realmente no había descuidado sus estudios en ningún momento, pero normalmente en clase estaba tan agotado que no encontraba las fuerzas para tan siquiera levantar una mano para resolver algún problema que les planteaba el profesor. Pero las cosas estaban cambiando. Empezaría a ahorrar, y a partir de ahí pediría menos horas en su trabajo. Encontraría alguna forma de pagarse su comida, pero si Jin continuaba cocinando y dejando comida en el vagón no tendría que preocuparse más por eso.
Cuando por fin acabó su día de estudios ya era por la tarde y casi las cinco. Corrió a su casa a darse una ducha antes de ir hacia la casa de Jin. Le mandó un mensaje a Jimin de que tal vez se atrasaba un poco y él le contestó que no pasaba nada. Llegó al apartamento ahogado y se duchó lo más rápido que pudo. Justo cuando miró la hora en su móvil salió corriendo por la puerta dejando su pesada mochila en su habitación. No iba a necesitarla, o eso creía.

The Way We Became StarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora