XXXVII

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Despertó cansado y agotado de todo. El día anterior su mánager le había llamado en la peor de las situaciones posibles. Después de acompañar a Jin a la comisaría tuvo que salir disparado a la discográfica para arreglar algunos papeles. Debía poner el nombre completo de los integrantes y no solo eso, crear el nombre del grupo. Cuando llegó se quedó paralizado al cruzar las puertas pues su mánager se encontraba hablando con un grupo considerable de chicos que eran más o menos de su misma edad. Supo de inmediato que ellos serían sus rivales.
—¡Ah, Namjoon! —le recibió su mánager ante la mirada de aquellos chicos. —Ven, vamos a hablar de negocios. Vuelvo en un momento chicos. —le colocó una mano en la espalda y le empujó a un lugar apartado para hablar. Comprobó varias veces que no mirasen demasiados curiosos en su dirección y entonces comenzaron a hablar.
—He venido por...
—Lo sé, pero mira, ahora las cosas están un poco tensas por aquí y sobretodo contigo.
—Eres tú el que me ha dicho que viniese. —se quejó e intentó defenderse ante la acusación tan descarada y sin sentido.
—Lo sé. Pero solo para poner la información necesaria sobre tú grupo. Después debes marcharse al momento.
Namjoon suspiró resignado.
—De acuerdo. —miró de reojo a los chicos que se habían puesto a charlar los unos con los otros. Parecía que estaban en forma y debía admitir que eran realmente guapos, debían cuidarse mucho habitualmente. Decidió preguntar sin rodeos.
—¿Quiénes son ésos?
Su mánager pareció dudar por segundos. Los miró un poco de reojo y después le devolvió la mirada a él. —Vamos, no tengo todo el día. —le dijo intentado que soltase prenda. Parecía que no estaba muy por la labor.
—Son un nuevo grupo que estoy pensando en contratar. —declaró cabizbajo.
—¿Nuevo grupo?
—Sí. Al parecer la gente dice que dentro de nada los grupos de chicos volverán a ponerse de moda, y la discográfica peligra, así que mejor buscar planes B. —eso le hizo pensar a Namjoon na cosas para nada agradables. ¿No confiaba en él? ¿Pensaba que su grupo no valía para salvar a la discográfica?
Asintió repetidas veces y se fue a buscar los papeles que debía rellenar. Llevaba una temporada que las cosas no dejaban de ir de mal en peor y estaba empezando a frustrarse por no conseguir lo que planeaba y por lo que trabajaba tanto.
Entró en la habitación donde debía rellenar los papeles y saludó a unas cuantas personas que conocía. Después de registrarlos y anotar todo lo necesario se quedó en blanco. Eran cuatro miembros y todavía no sabía si Jimin iba a aceptar la oportunidad que le estaba dando Yoongi. Por si las moscas decidió apuntarle.
Después se fue sin hablar con nadie más y sin encontrarse de nuevo con su mánager. Sabía que nada era seguro de momento, pues todos los integrantes del grupo debían anotar más información personal de la que había puesto él, pero ya lo harían, no había prisa.
Salió por las puertas y se dirigió a casa. Decidió encerrarse en su cuarto con un poco de comida y no salir en toda la tarde.
Jimin había quedado con Yoongi y estaba seguro que estarían entretenidos, de los demás no sabía mucho. Hoseok había dicho que se iría a practicar su danza y Jin no saldría de casa en unos días, así que prefirió no molestarles. Se acostó pronto y cayó al instante dormido.
Y allí estaba, en su cama sentado, cansando y sintiéndose fatal por no estar consiguiendo sus objetivos.
Su madre llamó a la puerta y le dijo que el desayuno ya estaba listo. Él asintió y ella se fue sin decir nada más. Se frotó el pelo despeinado y se puso sus gafas. Cuando quiso levantarse sintió como que no tenía fuerzas, respiró hondo y las cogió de algún sitio de su corazón. Le había costado mucho llegar adonde había llegado, pero jamás se había dado cuenta de que todavía le quedaba mucho camino por recorrer, muchas caídas y muchísimas cosas que aprender. Cogió su móvil decidido y llamó a Hoseok, sabía que era muy pronto pero le daba igual. Le sorprendió bastante cuando le contestó con la voz más animada que nunca.
—¡Hola Namjoon! ¡Buenos días! —le dijo, estaba seguro, con una sonrisa.
—Buenos días. —hizo una ligera pausa. —¿Estás libre?
—Ahora mismo no. Tengo una batalla de baile callejero con mi grupo. Si quieres vente y luego podemos hacer lo que quieras.
—Vale. —le dijo, tampoco estaría mal ver otra clase de arte callejero. —Lo que quería era ir al vagón de Jin. Quiero practicar un poco mi baile y te necesito. —escuchó una ligera risa al otro lado de la línea.
—Claro. Podemos ir cuando termine. Te mando la dirección. Nos vemos en una hora.
Y colgó sin esperar a que le respondiera. Suspiró y se estiró. Después se levantó y se metió en el baño, tenía ganas de ver aquél tipo de baile y sobretodo ver a los diferentes bailarines que bailaban por placer. En serio tenía ganas, y así le ayudaría a despejarse un poco de lo que había pasado el anterior día. Desde luego, las cosas no se estaban poniendo más fáciles, en todo caso más difíciles. Pero decidió pensar positivo, como aquel chico que era amigo de Jin. Pensó en que si las cosas se ponían tan complicadas era por que la meta debía ser absolutamente genial. O a lo mejor era un mentira que sonaba demasiado bien.

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