XXXVIII

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Le parecía divertido que Namjoon quisiese acompañarle.
El día anterior después de la práctica de baile con su nuevo grupo de música el rapero le había devuelto la llave del vagón de Jin para que se la quedase él. Al principio no quiso aceptarla por miedo a perderla pero él le explicó que iba a acompañar a Jin a la comisaría y para no dejarles fuera en el frío era mejor que fuese él quien cerrase cuando se fuesen. Y obviamente, él no pudo rebatirle nada porque estaba en lo cierto, así que la llave volvió a estar en su posesión.
Después cuando ya Jin y Namjoon se fueron, Yoongi y él se quedaron hablando un rato. El chico le avisó que Jimin había quedado con él y que no podía quedarse mucho tiempo, pero aún así lo hizo. Estuvieron hablando de cosas sin importancia y luego Yoongi le dio algunos consejos para rapear mejor, donde respirar y cómo, cómo coger más velocidad y no trabarse, esa clase de cosas que cualquier rapero debería saber. Desde luego le sirvieron. Después cuando Yoongi le dijo que se estaba haciendo tarde y debía encontrarse con el pequeño, él no puso objeciones. Se despidieron en la parada del rapero y él continuó su travesía hasta su academia de baile. Necesitaba desahogarse con un poco de movimiento. Era cierto que se había movido para enseñarles a los chicos unos cuantos pasos y algunos estiramientos, pero todo había sido muy simple y fácil, así que decidió que necesitaba algo más para olvidar todo lo que había ocurrido ese día.
Finalmente se pasó el resto de la tarde bailando hasta que su cuerpo no pudo más. Llegó a casa y se tiró en la cama mientras comía lo primero que pillaba. No tardó en quedarse dormido.
Y la razón principal por la cuál se había levantado temprano ese día era que no había dormido nada bien. La experiencia con ese hombre le había marcado de alguna forma y no paraba de recordar y revivir la misma escena una y otra vez. Lo peor es que en cada pesadilla la situación cambiaba. Había algunas pesadillas en las que disparaban a Jin, algunas en las que moría Namjoon, otras en las que lo hacía Yoongi. Incluso alguna en la que le descubría escondido en el vagón y le mataba el primero por haber intentado huir. Precisamente por esas visiones había salido a correr temprano, para ver si por fin su mente encontraba la paz que el sueño no le había dado.
Y entonces fue cuando lo llamó Namjoon, no pudo evitar sonreír.
Habían quedado en una hora en un parque del centro, así que ahora empezó a correr con muchísima más velocidad a su casa. Debía ducharse y prepararse. No tardó mucho en salir de la ducha y coger todo lo necesario, entre esas cosas, la llave del vagón de Jin.
Salió de casa casi corriendo hacia el metro y cogió el tren que le dejaba al lado del parque. No tardó en encontrar a su grupo y se preocupó un poco porque Namjoon tuviese problemas en encontrarlos. Cuando encendieron la música se olvidó de todo por momentos y solo se concentró en mover su cuerpo y que la música le poseyera, como siempre hacía.
No ganaron por desgracia, ya que uno de los integrantes de su grupo se cayó haciendo su baile y eso les dio la derrota absoluta. Pero no ocurrió nada, se saludaron y aunque algunos se enfadaron él le dio la enhorabuena a los ganadores. Rato después se dispersaron todos los curiosos y toda la gente que se había acercado a verles bailar y los grupos respectivos se fueron a seguir con sus quehaceres un lunes por la mañana. Cuando todo el mundo se fue pudo notar la presencia de Namjoon, que estaba sonriendo complacido. Se acercó a él caminando con una sonrisa deslumbrante.
—¡Hola!
—Hola. —le respondió con una sonrisa.
—¿Qué te a parecido? —le preguntó refiriéndose a la batalla.
—Creo que deberíais haber ganado.
Sonrió y asintió. Después le propuso que se pusieran en camino hacia el vagón, porque les quedaba un largo camino todavía.
Cuando cogieron el tren decidió preguntarle sobre Jin.
—¿Sabes algo de Jin?
—No. Y no creo que sepamos nada en un tiempo. Ayer tuvo que dejar su móvil para que investigasen los mensajes. —miró sus zapatos algo perdido. —Espero que lo encuentren rápido.
—Yo también. —notó cómo los dos se desanimaron un poco e intentó recuperar el buen rollo. —¿Y Yoongi? ¿Qué tal le fue con Jimin?
—Bien, supongo. Sabes que no tiene móvil así que no he podido hablar con él.
—¿Y al final crees que cantará con nosotros?
—Sinceramente, no creo. No parece ser una persona que se encuentre muy a gusto en un escenario.
—Bueno, ninguno de nosotros hemos estado nunca en uno, cantando, me refiero. Yo sí he estado bailando y tal...
—Pero por lo menos sabes cómo es, cómo controlar tus nervios. Eso ya es algo.
—Supongo que sí. —suspiró aliviado. Era cierto que se había subido a unos cuantos escenarios y había hecho algunas pruebas, pero la mayoría de las veces habían sido eventos, fiestas y cosillas pequeñas. Nada como un grupo de música profesional. Le daba cierto miedo la sensación de que Namjoon fuese tan en serio. —¿Has conseguido contactar con el chico ése que canta? ¿Jungkook?
—Le mandé un mensaje pero no me ha contestado, la verdad es que creo que no le caigo bien.
—No creo que sea eso. Probablemente le des miedo. —los ojos de Namjoon se abrieron desmesuradamente. Él no pudo evitar empezar a reír como un loco. —Eres más mayor que él y has llegado bastante lejos en tu carrera musical, lo suficiente como para hacerte un nombre, eso debe imponerle y darle cierto respeto. Estoy seguro que no te odia, es sólo que a lo mejor no sabe cómo hablar contigo.
Namjoon pareció entenderlo y dejó de hablar. Hoseok se sintió orgulloso de que intentase entender al pequeño, aunque sabía que en el fondo no lo había entendido muy bien.
Cuando llegaron al vagón, lo abrió y encendieron el generador, después cogieron un poco de comida que había sobrado el día anterior y se pusieron a practicar un poco su rap. Namjoon, aunque rapeaba al igual que Yoongi tenía sus métodos y sus trucos y al igual que el anterior también le sirvieron de mucha ayuda. Él luego elegiría cuál de los métodos le iba mejor. Se quedaron toda la mañana practicando su rap y después cogieron la comida que había llevado Jin hacía uno días y la calentaron en el microondas. Disfrutaron enormemente con lo rico que estaba todo aunque llevase unos días y después se fueron al vagón de al lado a practicar baile.
Poco después, por la tarde, llegaron Yoongi y Jimin contentos, con unas sonrisas de oreja a oreja.
Les recibieron de buena gana y se unieron a la práctica. No pudo evitar quedarse completamente impresionado ante los pasos de baile de Jimin, que eran delicados y muy bien ejecutados. Después de practicar un rato todos juntos, le dio descanso a Yoongi y a Namjoon y le pidió a Jimin que bailase con él. Fue increíble y genial ver lo bien que improvisaba ese chico y además con cualquier tipo de música. Le encantó su estilo y se sintió reconfortado al tener a alguien que amaba bailar tanto como él. Cuando terminaron las caras de sorpresa de Yoongi y Namjoon les hicieron reír.

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