Esa mañana se había despertado pesadamente.
Se había preparado para ir al instituto y su madre no le había negado sus acciones. Supuso que ella habría preferido que se quedase en casa todo el resto de la semana pero no podía seguir un momento más en aquél lugar sin arrancarse el pelo con sus puños. No habló mucho durante el desayuno y sus hermanos notaron lo decaído que estaba. No le preguntaron y cuando terminaron le dieron un beso en la mejilla y se fueron al salón.
—He hablado con tu padre. —eso hizo que su mirada se dirigiese a su madre. —Mañana volverá a casa para organizar algunas cosas durante la semana sobre el trabajo. —Taehyung esperó a lo que realmente le importaba. —No le hace mucha gracia que vayas ahí. Dice que las cosas están un poco mal, sobretodo con tu abuelo. —Tae frunció el ceño, mostrándose en desacuerdo con la decisión de su padre de inmediato. —Pero le insistí y me dijo que puedes irte esta semana, pero solo esta semana, ni un día más ni uno menos. ¿Queda claro? —su tono era nervioso y asustadizo. Él asintió, se levantó y la abrazó fuertemente después de darle un beso en su frente.
Después de aquello se había ido al instituto triste. No sabía si lo que estaba haciendo era lo correcto, pero era lo que su corazón le pedía, independientemente de que estuviese bien o mal.
Llegó al instituto y casi ni prestó atención a las clases, imaginando la situación que se podría encontrar allí, en donde siempre iba los veranos a divertirse. Incluso si su carrera como actor o su carrera en general en los medios audiovisuales no salía bien estaba pensando en irse a vivir al campo con su abuela, cultivar hortalizas con ella y disfrutar de lo que le quedaba de vida. Ahora temía de que no fuese a llegar hasta el siguiente verano.
Además se acercaba su cumpleaños...
De cualquier forma aquél infernal día llegó a su final y mientras esperaba a que todo el mundo se fuese de su clase para tener un momento a solas consigo mismo sintió como la habitación se hacía cada vez más pequeña, como lentamente se lo comía y le tragaba con cuidado. Decidió salir corriendo de la estancia y una vez que salió del edificio principal y andó hacia la puerta mirando al suelo sintió unas manos sobre sus hombros que le estaban frenando.
—¡Hola Tae! —y sintió como un cuerpo le abrazaba fuertemente.
Quiso llorar, tuvo unas enormes ganas de esconderse en aquellos brazos tan familiares y llorar, llorar hasta que se desahogase, hasta que en su cuerpo no hubiese nada más que vacío y soledad. Agarró la espalda del contrario con fuerza y quiso quedarse así por siempre, pero obviamente tuvieron que separarse. Delante de él se encontraba un Jungkook de lo más sonriente. Al menos él parecía estar feliz. Se fijó de inmediato en la marca de su mejilla morada.
—Hola. —le respondió secamente. —¿Qué te ha pasado?
—¿El moratón? Nada, un golpe, no es nada. —Taehyung no terminó de creérselo, pero tampoco tenía ganas de pensar en ello. —¿Cómo estás?
—Y-yo, bien...
—Debiste haber venido conmigo ayer, fue genial. Resulta que Yoongi se coló en mi academia...—Jungkook estaba tan feliz y eufórico sobre lo que había hecho la anterior noche que se sintió mal por no poder estar tan emocionado por lo mismo. Aquel día su ánimo estaba por debajo de los suelos. No podía encontrarse peor, además de que tenía todo el cuerpo en tensión y notaba que lo poco que había dormido hacía efecto en sus agotados músculos. Aún así, sí prestó atención a todo lo que el chico alegre le estaba contando sobre lo que había hecho la anterior noche y sonrió forzosamente mientras escuchaba el final de la historia.
—Fue genial la verdad. Habría sido mejor si hubieses estado.
—Ya, bueno...—respondió poco convencido.
—Oye, Tae ¿podemos hablar un momento? —él asintió y en vez de dirigirse hacia la cafetería donde les estarían esperando se dirigió hacia un banco y le indicó a Jungkook que se sentase a su lado. Él lo hizo y jugó un poco con sus manos.
—He estado pensando sobre mi profesor...sobre que lo mejor ahora es decir directamente lo que me hace. De-decírselo a mis padres de una vez. Así que, he estado pensando que vinieras a una de mis clases y vieses lo que ocurre. Quiero comprobar si me trata igual cuando hay otras personas delante, y si actúa como siempre, me grabaré algún día, cuando tenga clase con él solo para después enseñárselo a mis padres. —mientras le explicaba su poco elaborado plan Tae empezó a temblar. Debía decirle que se iba a ir toda la semana siguiente, o al menos unos días de la semana que estaba por llegar y que no iba a poder ayudarle con su problema, al menos no en aquél momento. Pero no se sintió con fuerzas para explicarle nada a el chico, estaba tan alegre y parecía tan convencido de que podría arreglar sus problemas que no quería fastidiarlo, así que guardó silencio y asintió.
—Creo que contigo todo será un poco más fácil. —la sonrisa que le regaló después de aquella frase era tan sincera como esperanzadora. Tae de verdad quería ayudarle, de verdad deseaba hacerlo y sentir la misma energía que él estaba sintiendo en aquel momento, pero no podía, simplemente no podía.
—¿Y si te pilla cuando le estés grabando? ¿O no le gusta que vaya? —preguntó algo asustado. Si el profesor no solo le daba por agredirle verbalmente sino físicamente a Jungkook, él no quería llevarse un golpe como el que se había llevado en el ojo. Por cierto, su moratón estaba prácticamente desaparecido, un dato del cuál se había casi olvidado.
—No dejaré que te haga nada.
—Sé defenderme. —respondió algo molesto porque Jungkook pensase que era un débil.
—Lo sé. Pero, ahora en serio, si le veo que se pone agresivo como algunas veces, corre. —los ojos de Tae le enfocaron muy abiertos y perplejos. —No creo que tenga fuerza para detener a ese hombre, y no quiero que te haga daño. Así que si las cosas se ponen feas, deberías salir pitando.
—¿Y tú? ¿Te comes todos los golpes?
Jungkook suspiró.
—Es lo que llevo haciendo prácticamente desde que entré en la academia. —él asintió entendiendo el infierno por el que debía de haber estado pasando (y por el que debía de seguir pasando).
—Vale...—suspiró algo cansado. Hizo una especie de debate mental sobre si contarle, sin muchos detalles, sobre su ausencia en unos días y decidió por decirle la verdad, puesto que, era mejor decírselo antes de que descubriera por él mismo que se había ido sin avisar.
—Jungkook...—le llamó antes de que éste se levantase del banco y se dispusiera a continuar su camino hacia la cafetería donde estarían esperando sus amigos. Éste se le quedó observando unos segundos esperando lo que tenía que decirle. Tae se quedó pensativo, buscando las palabras adecuadas. —V-voy a irme unos días. V-voy a visitar a un familiar y...
—¿Qué? —preguntó incrédulo. Tae se asustó por su reacción y le miró con los ojos muy abiertos, atento a todas sus expresiones. —¿T-te vas? ¿Ahora?
—Sí. Van a ser unos días, sólo van a ser unos días. —repitió inconscientemente mientras se miraba sus manos que temblaban ligeramente. Jungkook dejó de mirarle y de repente le parecieron extremadamente interesantes sus zapatillas pues no apartaba la vista de ellas.
—¿Estás huyendo? —preguntó con un tono débil pero claro.
—¿Qué?
—¿Estás huyendo de mí? —preguntó más alto y claro. Tae frunció el ceño, horrorizado por sus pensamientos.
—¿Qué? No, yo...
—Entonces, ¿por qué te vas así de repente?. ¿Y además justo ahora que te he contado que quería resolver lo de mi tutor? ¿Tienes miedo de mí? —preguntó con los ojos entrecerrados escrutando su rostro duramente.
—Te prometí que te ayudaría. —le contestó.
—Las promesas se rompen, justo como las personas.
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The Way We Became Stars
Teen FictionYoongi, un chico solitario y en problemas con idiotas de la calle. Namjoon, un artista pequeño intentando brillar a pesar de el mundo corrupto de la música. Hoseok, un bailarín fantástico que nunca es suficiente para las discográficas. Jin, un chi...