XCV

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El primero en entrar en la estancia fue Jimin, pero rápidamente le siguió Namjoon después Yoongi y finalmente él. De entre los cuatro él era el que menos estaba convencido de todo aquello. No sabía qué pretendían hacerle al hombre, pero estaba seguro que nada bueno.
Respiró hondo mientras miró al pobre Jungkook tirado en el suelo temblando de pies a cabeza. Estaba claro que no era la primera vez pero parecía como si lo fuese por esa expresión en sus ojos. Estaba completamente aterrado. Él fue el primero en agacharse para ayudarle a levantarse del suelo. Una vez hecho esto, le rodearon y enfrentaron al hombre.
—¿Quiénes sois? ¿No sabéis que esto es una clase privada? —les preguntó amenazante el hombre. Namjoon se adelantó antes de que Jimin abriese la boca para soltar cualquier barbaridad. Él se encargó de tranquilizar a Jungkook y comprobar que no tenía ninguna herida.
—¿Se puede saber qué le estabas haciendo a nuestro hermano? —aquello (si se hubiesen encontrado en otras circunstancias se habría reído, porque Namjoon y Jungkook no se parecían ni en el color de la piel) le hizo sorprenderse en sobremanera. Asintió agarrando fuertemente al chico que estaba en sus brazos temblando y observó la escena. El hombre estaba perplejo, pero no más tranquilo. Parecía que quisiese tirarse encima de ellos y aplastarlos a todos.
—¿Vuestro hermano? Venga, ¿me ves la cara de idiota?
—No te vería cara de nada si no le hubieses hecho daño. —le amenazó Namjoon. —Lo hemos visto todo y además lo hemos grabado. Podríamos denunciarle por estar abusando de un menor. Además de ganarse una paliza por nuestra parte.
—Venga. Gran actuación. —empezó a aplaudir lentamente y su tono se volvió sarcástico. —Llevo dando clases a este chico desde hace unos cuantos años y le conozco lo suficiente como para saber que ni de coña tiene hermanos. No pueden haberle aparecido cuatro de la nada.
Yoongi se hizo espacio entre los demás hasta que se quedó en frente del tío.
Suspiró y le dirigió una mirada calmada.
—Mire, —empezó hablando de usted, algo que sorprendió a Jin. —solo queremos que deje en paz al chico. Nada más. No tienes porqué darle esos golpes, ¿sabes?
—¿¡A vosotros qué os importa cómo de clase!? Es mi forma de enseñar y hasta ahora sólo ha hecho que mejore.
—Pero él sufre. —dijo Jimin desde atrás. —¿La música no debía hacer feliz y contentos a los músicos? 
El hombre se cruzó de brazos y rió socarronamente.
—Eso dicen, como muchas otras cosas. Pero obviamente son todas mentira. —espetó hacia Jimin que se escondió detrás de Yoongi.
Ese comentario pareció enfadarle.
—Oiga, esta tontería no es necesaria. —el hombre asintió estando de acuerdo con él. —Déjele de hacer esas cosas y ya está. De lo contrario le denunciaremos a la policía y entonces deseará habernos hecho caso ahora. —Namjoon intentó volver a hacerle entrar en razón, pero el tipo negó repetidas veces.
—No lo entendéis. Yo hago música así, así es cómo debería hacerlo todo el mundo.
—¿A base de golpes? —preguntó Jimin.
—Sí. A base de disciplina. La música es una disciplina muy estricta y si no llegas a las expectativas debes ser castigado. —Yoongi se quedó pensativo ante esas palabras y después le devolvió la mirada.
El hombre parecía orgulloso con lo que había soltado sin filtros, lo cuál era una justificación estúpida sobre su comportamiento hacia Jungkook.
—Además, ¿realmente me habéis grabado? ¿O es otra mentira como la de que sois todos hermanos de repente?
Jimin tragó saliva y el profesor rió descontroladamente.
—Me lo esperaba de todas formas. —caminó de nuevo hacia el piano y se sentó. —Hace unos días ya intentó cambiarme por otro. Me esperaba que el niñato intentase otra cosa más creativa. Desde luego, el cuento de los hermanos falsos me ha gustado, pero no ha colado. —rió divertido y tal vez regocijándose en su inteligencia.
Jin ya no pudo más con la situación, dejó de lado a Jungkook y se acercó al piano. El hombre estaba a punto de ponerse a tocar cuando él cerró la cobertura que solía tapar las teclas para pillarle los dedos. El hombre gritó mientras sacaba sus dedos y después de eso se levantó para intentar hacerle algún tipo de daño. Jin ya se lo esperaba así que le pegó un puñetazo en toda la mandíbula que le tiró al suelo. Después él sintió un agudo dolor en los nudillos pero al menos estaba satisfecho.
Entonces lo vio.
¿Qué había hecho?
Corrió hacia sus amigos que le estaban observando atolondrados por aquella insensatez.
—¿Jin? —preguntó Namjoon sin poder creérselo.
Él se acercó a Jungkook y le dijo que avanzase hasta donde estaba su profesor, que le debía una disculpa y que no se irían hasta que ese hombre hablara.
El chico asintió se acercó y frunció su ceño cuando le miró.
—Te advirtieron. —le dijo secamente y aún encogido. El hombre no se quitaba la mano de la mandíbula. —Y ahora no me iré hasta que te disculpes por hacerme pasar por todas esas cosas.
El hombre se agitó lleno de cólera pero no dijo nada, debía de estar muy dolorido como para siquiera intentar gritar. 
Jungkook se acercó a su boca y después se apartó asqueado, finalmente le dio una patada y se acercó a ellos.
—No se disculpará. —les anunció. —Pero da igual porque ya no voy a volver más.
Los chicos decidieron salir de allí con calma para que nadie sospechara nada.
Una vez fuera le preguntaron a qué se refería con que no iba a volver.
—Al final se lo conté a mis padres y ellos van a denunciarle y a exigirle un perdón. —todos se quedaron boquiabiertos. —Sé que a lo mejor esto ha sido inútil pero me siento bien. Y creo que le he perdido algo del miedo que le tenía antes.
Todos sonrieron un poco perdidos. No estaban muy seguros de que lo que habían hecho había valido realmente la pena, sobretodo él.
—Entonces...—empezó Jin. —¿He dado mi primer puñetazo para nada?
Todos empezaron a reír por su comentario, incluso Yoongi a quién no se le veía sonreír mucho.

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