¡Qué emoción!
Estaba presenciando el nacimiento de un grupo de música callejera. Realmente se sentía especial. Era una sensación tan buena y única.
Mientras dirigía a los chicos al lugar que tenía en mente recapacitó sobre las ansias que tenían de encontrar a ese artista. Podía considerarse hasta acoso lo que estaban haciendo, pero supuso que tampoco era tan malo y tan oscuro. Simplemente se había quedado prendado de el talento de aquél chico y quería trabajar con él, aunque fuese desesperadamente. Decidió no darle más vueltas y concentrarse en no perderse en el metro.
—Tenéis dinero, ¿no? —los dos asintieron y se sacaron unos billetes para poder subir al tren. Ambos parecían estar algo asustados sobre hacia dónde les estaba llevando y Namjoon se lo dijo claramente.
—¿Adónde nos llevas? —suspiró ante su tono entre asustado y algo agresivo.
—Los artistas necesitan un lugar tranquilo y calmado para trabajar sin ser desconcentrados. Así que hay un lugar en las afueras abandonado que sería perfecto.
—¿Abandonado?—le preguntó el bailarín algo temeroso.
—Sí, pero es un sitio demasiado a la vista como para que se esconda cualquier okupa o drogadicto o algo peor. He estado allí muchas veces con mi hermano y nunca nadie nos ha molestado. —eso pareció tranquilizarle un poco. Jin sonrió y se metieron en el tren uno detrás del otro.
—¿Y exactamente porqué iba a ser un buen lugar para ensayar si está abandonado? —preguntó el rapero dudando de su decisión.
Su sonrisa se mantuvo intacta.
—Ahí hay trenes abandonados y hace unos años mi hermano y yo llevamos allí unos sofás y sillones y un generador de energía. Así que realmente es un vagón que es prácticamente una habitación casi salón, ya que es enorme. —hizo una pausa para mirarles y ellos perecieron recobrar el brillo en los ojos. —¡Hay incluso una nevera pequeña!
Hoseok rió ante eso y Namjoon sonrió ligeramente. Eso le dio energía positiva.
Después Namjoon pareció dudar.
—¿Y habéis llevado tantas cosas y nunca os han robado?
Suspiró. Se parecía a su hermano.
—Mi hermano pensó en eso cuando empezamos a traer cosillas al vagón y por si las moscas compró un enorme candado y una cadena para cerrarlo cuando nos fuéramos. Solo tiene una entrada y está bien cerrada para que nadie pueda entrar. Así que es seguro. —le respondió. Namjoon pareció convencerse con eso último y de quedó callado el resto del viaje. Mientras Hoseok le fue haciendo preguntas.
—¿Cómo es que te encontraste con Taehyung?
—Iba a hacer de jurado para las pruebas de teatro a las que fui.
—¡Es verdad! ¿Eres actor? —le preguntó otra vez curioso.
Él se rió con timidez.
—Bueno, me gusta actuar pero creo que llamarme actor son palabras mayores.
—Bueno eres igual de guapo que un actor así que eso ya lo tienes. —si sonrisa se ensanchó ante lo que dijo. Ese Hoseok estaba como una cabra, pero le caía bien, era muy majo y una explosión de energía.
—Gracias. Pero no importa si eres guapo o feo, lo importante es tener talento y haber nacido para ello.
—Lo importante es no tener rasgos Asiáticos.
Los dos se volvieron a mirar a Namjoon. ¿A qué venía eso?
—¿Qué pasa? —le preguntó Hoseok con cuidado. Parecía que aquél tema le ponía de muy mal humor.
—He intentado colaborar con un artista Americano y sus representantes me han insultado y manipulado para dejar a mi discográfica en quiebra. —Jin miró a Hoseok de reojo. Eso era un tema muy serio y desde luego que el rapero se encontraba de mal humor por ese problema.
No sabía exactamente cómo funcionaban las cosas con empresarios y representantes pero imaginaba que (como en todos lados) lo único que importaba era el dinero y en este caso le habían timado para hacerse con el dinero de la discográfica a la que pertenecía. Jin se sintió fatal por él.
—Pensaba que los Americanos eran diferentes. —susurró Hoseok algo desilusionado.
—No. Son todos iguales. No les importa el arte ni el talento, sino que tengas una cara bonita y sepas posar para una maldita foto. —miró hacia otro lado. Se notaba que desprendía ira por todo su cuerpo.
—Yo creo que en eso no son sólo los Americanos. —dijo con voz queda Jin.
—Sí, es verdad que no son solo los Americanos. —pareció relajarse al escuchar eso y les volvió a mirar. —Una vez intenté firmar con una discográfica que estaba intentando expandirse en América. Era de aquí con lo cuál no hubo problema en vernos ni en comunicarnos. —hizo otra pausa y cogió aire. —Me aceptaron porque les gustaba mi música y yo firmé encantado. Después de un tiempo allí me dijeron que mi música había conseguido fama suficiente para que se expandiera a otros países, así que el día que fuimos a hacer la sesión de fotos para la publicidad del single, ocurrió algo que os juro sigo odiando hasta hoy en día. Me taparon la cara y me colocaron gafas de sol opacas para que no se me viesen los ojos. Prácticamente en las fotografías salía solo mi pelo. —Hoseok le miró largo rato.
—¿En serio?
—Sí. Yo me quedé algo descolocado porque si había alguien en América que me conociese, al estar tan tapado probablemente no me reconocería. Así que fui a hablar con mi mánager sobre lo qué me habían hecho y me puso la excusa de que lo Americanos eran muy racistas y debía verme como uno de ellos. —Jin abrió la boca de la sorpresa.
—Eso es una falta de respeto. No deberían hacer eso por ser un país distinto. Además hay gente racista aquí igual que en América, no tiene sentido. —se quejó Jin mientras bajaban del tren. Namjoon asintió ante sus palabras y para finalizar la historia dijo:
—Conseguí romper mi contrato y esas fotos nunca llegaron a la luz.
—Bueno, ahora las cosas han cambiado, ¿no? —le dijo Hoseok para animarle.
—Sí. De ahora en adelante me llamaré Rap Monster.
—¡Oh! Me gusta, me gusta. —le contestó Jin mientras los dirigía fuera del tumulto de gente del metro.
—Sí. Llama la atención. —le siguió Hoseok.
—Y pienso crear un grupo contigo y el rapero callejero. Y hacerlo oficial. —los ojos del bailarín brillaban de la emoción.
—¿En serio? Pero si me dijiste...
—Eres bueno y agradable. Te quiero en mi equipo. —le dijo sinceramente mientras le daba en el hombro con cariño. La sonrisa de Hoseok se hizo enorme y Jin se alegró por ambos.
—¡Yo puedo ser vuestro primer fan!—les sugirió Jin.
—¡Claro!
—¿Por qué no?
Después de eso se quedaron charlando sobre los institutos o universidades a las que iban.
Cuando por fin llegaron, sus dos acompañantes no pudieron sorprenderse más.
Dentro del vagón había dos sillones de tres plazas con cojines viejos y de diferentes colores. Había sillones en los que te podías sentar y el sillón te comía poco a poco. Esos eran sus favoritos. Después, detrás de los sillones en el otro extremo del vagón había una nevera mediana. Había también estanterías viejas, un enorme altavoz nuevo y el generador pegado a la nevera. Había cables que iban hasta el enorme altavoz y un montón de enchufes en una esquina amontonados. Había mesas de café a lado de los sillones más grandes y una enorme alfombra que cubría el espacio que había entre los sillones.
Jin se acercó al generador antes de dejarles entrar y lo encendió como había hecho su hermano unos meses atrás. De repente todas las luces de colores que había en el techo se iluminaron creando un ambiente dentro tranquilo y acogedor. El generador era algo ruidoso e imposible de mover por lo pesado que era, pero ese problema estaba resuelto con el enorme altavoz que estaba contra la pared del vagón colocado estratégicamente lo más cerca de la puerta, para que en verano si querían estar fuera del vagón escuchando música pudieran oírla sin problemas.
—¡Esto es increíble!
—¡Me encanta!
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The Way We Became Stars
TeenfikceYoongi, un chico solitario y en problemas con idiotas de la calle. Namjoon, un artista pequeño intentando brillar a pesar de el mundo corrupto de la música. Hoseok, un bailarín fantástico que nunca es suficiente para las discográficas. Jin, un chi...