XX

6 1 0
                                    

—Mamá ya estoy en casa. —dijo cuando entró por la puerta de su casa algo asustado. Llegaba muy tarde por el encuentro con Taehyung y Jimin y estaba algo nervioso por la reacción de su madre.
—Llegas muy tarde. —le respondió tranquilamente desde la cocina.
—Ya, es que me he encontrado con un amigo a la salida de clase y...
—¿Un amigo? ¿Quién? ¿Es de tu edad? ¿Conozco a sus padres?—Jungkook se sintió cohibido ante tantas preguntas y miró al suelo intentado huir de la autoridad de su madre. Ésta suspiró cansada y le dijo que dejase sus cosas y se sentase a comer. Él obedeció y cuando estuvieron sentados uno frente al otro la tensión creció.
—¿A ocurrido algo con el profesor de canto? —le preguntó entre el silencio de la habitación. 
—No. —le contestó tajante. Nunca le había gustado tanto comer, en serio. Su comida se veía realmente bonita aquélla noche.
—¿En serio?—dudó su madre. Él asintió insistentemente. —¿Entonces lo de cambiar de profesor lo dejamos?
Miró su mano y sus cubiertos y con cuidado empezó a asentir. Ella respiró hondo y continuó comiendo.
—Todo va bien mamá.
—¿En serio? —él asintió de nuevo. —¿Entonces porqué ayer no decías lo mismo? —dejó de comer por un segundo y al momento continuó masticando. Le había pillado.
—Bueno es que me he equivocado. Al final no es tan malo como pensaba.
—Eso lo decidiré yo, niño. —le respondió amenazante.
—Es que teníamos unos pensamientos diferentes, pero ya está todo aclarado. —le soltó con seguridad. No estaba para darle explicaciones y menos a su madre. Terminó de comer al momento de terminar la conversación y se levantó, cogió su mochila y cuando estaba dispuesto a ir a su cuarto su madre le agarró del brazo.
—Oye, si ocurre algo, por favor cuéntamelo. Sabes que puedes confiar en mí, no se lo diré a nadie. —Jungkook se deshizo de su agarre con un movimiento brusco. La miró de reojo y cogió aire. Llevaba demasiado tiempo guardando aquello y estaba escalando por su garganta, a punto de salir.
—No me importa que no se lo digas a nadie, si no que a ti te importe lo que me ocurra. —y con eso se metió en su cuarto y puso una silla llena de ropa para que no pudiese entrar. Sabía que le seguiría en busca de respuestas y no quería hablar con ella, no ahora, no después de aquél día.
Se tumbó en su cama y cogió su móvil, se puso los cascos y escuchó cualquier cosa que callase los gritos de su madre. Se sorprendió al descubrir que ya tenía mensajes de Jimin y Taehyung. Rápidamente fue a leerlos y sonrió al ver lo que decían. Jimin le decía una frases positivas y con cariño para que no le diese vueltas a sus problemas y después le daba las buenas noches. Los mensajes de Taehyung, aunque lo negase, eran mejores. Le había mandado unos mensajes llenos de emoticonos y dándole el horario de sus clases de música para que pudiesen verse allí. Al no ir al mismo instituto estaba bien que quisiese volver a verlo aunque fuese para una clase.
Estaba feliz.
Obviamente no dejaría que nadie se enterase de lo de su profesor pero si Taehyung le continuaba reconfortando se le haría más fácil aguantar aquella tortura y con el tiempo se libraría de él. Solo tenía que esperar hasta que fuese el momento preciso.
Se fue a dormir con una sonrisa y los cascos puestos.

A la mañana siguiente fue al instituto y pasó prácticamente toda la mañana pensando en la tarde que pasaría con ellos. Quiso olvidarse de su profesor, de cómo se había enterado su madre de que algo pasaba con él, y de todos los problemas que volverían a él al volver a casa.
Después de clases se dirigió corriendo al instituto que se encontraba en el centro. Una vez allí se quedó esperando a Taehyung en la puerta de la clase sin atreverse a saludar de nuevo a ese profesor.
De repente alguien apareció detrás de él y le sonrió ampliamente. No era otro que Taehyung.
—¿Cómo estás Jungkookie? —le saludó mientras entraban en la clase.
—Mejor, la verdad. ¿Y tú?
—Tengo ganas de escucharte cantar. —le contestó mientras cogían asiento y se acercaban al profesor que estaba sentado al lado de los instrumentos. Se acercó a ellos y miró un segundo a Taehyung, después volvió donde los instrumentos y sacó un saxofón. Se lo dio a Taehyung y otro lo cogió él. ¿La primera clase iba a ser práctica?
—¿Hiciste lo que te mandé? —le preguntó el superior. Taehyung asintió e imitó al profesor en cuanto a colocarse el instrumento. —Vaya, señor Jeon, ¿qué hace por aquí? Ayer por la noche su madre me dijo que ya no volvería a practicar conmigo que estaba a gusto donde estaba.
Tragó saliva.
—Sí, pero creo que es un buen profesor y me gustaría seguir practicando un poco con usted y después ir a tope a mis clases. —el profesor pareció convencerse y asintió.
Después de eso empezó la clase. Taehyung hizo lo que pudo y la verdad es que tampoco sonó tan mal. Un rato después de tocar con el saxofón el profesor centró su atención en él y su voz. Como había ocurrido anteriormente el profesor le aplaudió nada más acabar y Taehyung le hizo una reverencia algo exagerada. Incluso intentó imitar un poco lo que estaba cantando y después de unos minutos cantando pro debajo de él se atrevió a cantar junto a él. El profesor sonrió porque realmente tenía una voz bonita, había cosas que mejorar, por supuesto pero tenía buena base.
—No cantas mal. —le dijo mientras salían de la clase.
—Bueno, en mi cabeza no suena tan bien. —le respondió con una sonrisa. —Además me gusta la música pero no creo tener voz suficiente como para cantar. Y me cuesta mucho llegar a los agudos. —le dijo en un momento. Parecía que hubiese estado practicando para saber dónde fallaba y dónde lo hacía mejor. Jungkook sonrió con sinceridad.
Poco después llegó Jimin. Venía de alguna de sus clases extraescolares como ellos, o eso es lo que dijo.
Les saludó y les preguntó qué habían estado haciendo.
—Yo intentado cantar y él haciendo música.
—¡Vamos! No suena tan mal, te lo digo en serio.
—¿Has cantado Tae? —le preguntó Jimin con una sonrisa divertida en la cara.
—Lo he intentado. —Jimin le miró más fijamente. —¡Aquí el cantante es él! —le dijo señalándole. Sonrió y caminaron hasta la cafetería. 

The Way We Became StarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora