XXIV

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Aquel famoso Agust D era agradable.
Pensaba que iba a ser peor. La verdad es que desprendía un aura algo aterradora pero cuando se trataba de música él cambiaba completamente, y estaba genial ya que apreciaba que pudiese ser aterrador y completamente alegre a la vez.
Jin hacía un rato que había salido y la verdad era que ya se le echaba en falta. Su presencia derrochaba energía positiva y cuando había tensión entre ellos él conseguía unirles con una sonrisa.
Además lo que había ocurrido hacia unos minutos había sido fantástico. Nunca había visto a dos artistas crear música juntos y la emoción le había hecho bailar y hacer que su cuerpo siguiese las palabras de Agust D. No era nada malo. Desde luego Namjoon no se había equivocado con él. Se quedaron hablando un rato y cuando regresó Jin con un poco de comida basura y la colocó en la mesa de café, Namjoon y Yoongi se fueron a rapear un poco apartados de ellos. 
—¿Dónde has comprado esto? —le preguntó mientras abría una bolsa de patatas frías.
—Hay una cafetería de paso para los coches y camiones no muy lejos de aquí. —le respondió con la boca llena de patatas.
—Guay. —terminó. Después se quedaron callados escuchando mientras los dos raperos empezaban a crear su magia. 
Mientras los escuchaba intentó seguirles un poco el hilo del rap que estaban cantando y siguió y siguió. Cuando acabó pegó un pequeño grito, como si fuese un quejido que realmente en su opinión quedó bien y cuando abrió los ojos se encontró con que se había quedado solo rapeando. Yoongi y Namjoon le miraban con los ojos abiertos como platos y Jin sonreía.
—¿Sabes rapear? —le preguntaron al unísono.
—¿Qué? Saber, saber como vosotros no sé, pero me gusta. —les respondió encogiéndose de hombros.
—Vale, tenemos que trabajar tu rap, pero me gusta. —dijo Namjoon y con eso continuaron practicando ellos dos algo apartados.
Cuando volvió la vista hacia Jin éste le sonrió sinceramente.
—Sabes hacer de todo. —le dijo mientras comía patatas con ganas.
—No sé cocinar.
—¿En serio? —preguntó riendo. —¡A mí me encanta!
Ambos rieron por la conversación y siguieron comiendo.
De repente alguien tiró de la puerta del vagón para abrirlo y Jin y él se pegaron un susto enorme por el ruido que hicieron. Pegaron un salto que hizo que las patatas salieran volando de sus manos y de la bolsa, llenando el sillón donde estaban sentados de patatas.
Por un lado del vagón asomó la cabeza de Tae y detrás de éste la de Jungkook y finalmente la de Jimin.
Yoongi se dio la vuelta para ver a los que recién llegaban y pareció que sonrió al verles, pero tal vez fue un efecto visual.
—¡Hola! —saludó Tae.
—¿Podemos pasar así como así? —le preguntó Jungkook desde atrás.
—¡Hola chicos! —Jimin agitaba una mano mientras andaba hacia uno de los sofás. Parecía cansado. Dejó la mochila y después de saludar a todos se sentó y suspiró.
—¿Qué hacéis aquí? —les preguntó Jin sonriente.
—Pues como es sábado y no tenemos nada que hacer hemos dicho: vamos a molestar un rato a los mayores. —le respondió sonriente mientras se colocaba en el centro del vagón.
—Eso es mentira, tengo torneo de esgrima. —le objetó Jimin levantando una mano.
—¡Ah, cierto! Y veníamos a preguntaros si queríais venir a verlo. Jimin dice que está muy bien el espectáculo. —les ofreció mientras Jungkook se sentaba a su lado y señalaba las patatas fritas. Él le asintió y éste empezó a comer con ansia.
—Yo sí. —le dijo Jin. —Aunque no sé si los artistas podrán. Están ocupados creando arte. —miró con una sonrisa radiante a Namjoon, Yoongi y a él mismo.
Tae hizo una mueca exagerada y los miró a todos uno por uno.
—¡Venga! ¿Qué mejor que ver como Jimin vapulea a esos tíos? —les dijo para intentar convencerlos. No parecían muy por la labor de moverse, y más Yoongi que ya se había resistido a ir hasta allí por el simple hecho de que el tren era exageradamente caro.
—¿Un torneo de esgrima? —preguntó Namjoon. Tae asintió y le miró con ojos brillantes. —Claro, pero con una condición.
—¿Condición? —preguntó Tae algo desilusionado. —¿No podéis ir y ya está?
Namjoon ignoró las quejas de Tae y centró su atención en Jimin que parecía estar descansando sobre el sofá.
—Jimin cantará para nosotros. —la cara de Yoongi se iluminó al instante y al mismo tiempo la cara de Jimin se ensombreció. Miró la cara de el rapero y pareció darse cuenta que todo aquello era por obra suya.
—¿Todo esto es por lo de esa noche? —le preguntó a Yoongi mientras se levantaba algo agitado.
—La verdad es que solo quiero que cantes mi canción, tampoco es mucho pedir.
—¡Sí lo es! ¡Yo no sé cantar! Te lo dejé claro ese día. —le afirmó respirando con dificultad.
—Tu voz es bonita.
—¿Y qué? Jamás voy a poder hacerlo como queréis porque no sé cantar. —respondió ya un poco más inseguro.
—No importa. Lo único que buscamos es música. —intervino Namjoon. —Buscamos crear algo que nos haga sentir, no que sea de calidad, ni lo mejor del mundo. —esas palabras parecieron cambiar la actitud de Jimin completamente.
Todos se mantuvieron en silencio después de eso, esperando una respuesta por su parte.
—No voy a cantar. —terminó diciendo. A Tae y a Jin se les notó la desilusión en la cara y Hoseok tuvo que reírse por la ternura de la escena. Jungkook estaba hecho un pequeño ovillo al lado suyo, comiendo patatas como si no tuviera fin.
Después de eso Jimin salió del vagón casi corriendo. Tae y Jungkook se despidieron y salieron detrás de él.
—No podemos presionarle a hacer algo que no quiere. —les dijo Hoseok después de un rato en el que ya no se escuchaban sus voces fuera. —La música debe salirle del alma, de su interior.
Namjoon asintió y Yoongi finalmente tuvo que hacer lo mismo.
—Su voz es realmente especial, si la pudieras escuchar. —le dijo a Namjoon.
—Si tenemos suerte podré escucharle cantar un poco. Creo que si convencemos a Tae para que le diga que él puede y le acaramele un poco creo que podremos escucharle y a lo mejor incluso que colabore con nosotros en tu canción.
Fue la primera sonrisa completa que le vio a Min Yoongi y se dio cuenta que no sonreía lo suficientemente seguido.

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