Había quedado con Yoongi.
Solo tenía que aparentar que se lo pasaba bien con sus padres y todo acabaría antes. Los amaba, claro que los amaba, pero ese día no quería hablar con ellos, no quería contarles nada. Quería hablar con Yoongi, que estaba seguro que le entendería.
Una vez que había terminado la película se fueron a comer por algún restaurante cercano. Él le mandó un mensaje a Namjoon mientras sus padres pedían. Le dijo que si se encontraba con Yoongi que le preguntase si podía quedar con él esa tarde, que se verían en el bar de la otra noche. Namjoon le contestó casi de inmediato y le dijo que estaba justamente con él. Informó a Yoongi de todo y él aceptó.
Ya solo quedaba esperar.
Como se había imaginado los mayores se habían reunido en el vagón de Jin para practicar su música. Ahora que ya habían encontrado al rapero callejero debían estar trabajando como locos.
Después de aquella breve conversación la tarde se le hizo más amena y rápida. Mientras comía y sus padres intentaban meterle en alguna conversación aleatoria sin importancia pensó en el aspecto que tenía Taehyung. No estaba bien, se podía notar desde lejos que su cuerpo estaba agotado y agarrotado. Además que tenía unas enormes ojeras que escondían muy bien su ojo morado. Casi no pudo distinguir cuál fue el que recibió el golpe. Se culpó a sí mismo por el aspecto de su amigo, pues había sido su culpa que estuviese en esas condiciones. Bueno, en cierto modo había sido culpa del propio Taehyung, por que había sido él el que había vuelto a ayudarle. El que había vuelto para ver cómo se encontraba. El que se había preocupado por él. Sonrió, era un buen amigo y le había aceptado enteramente. Lo peor es que estaba sufriendo por aquello precisamente. Pero eso no era culpa de nadie, era el precio que Tae había elegido pagar.
Una vez que hubieron terminado de comer y de charlar sobre la familia le dieron un poco de dinero para que se comprase alguna bebida y pasase una buena tarde. Su familia le quería, pero el problema era que ese amor era temporal.
Salió corriendo del restaurante y se fue directamente a su bar preferido del centro. Entró corriendo también y buscó con la mirada a Yoongi. Afuera ya había anochecido y precisamente por eso y por el frío que hacía se esperaba que estuviese dentro esperándole. Y no falló.
Andó con rapidez hasta la mesa donde se encontraba Yoongi tomándose una cerveza. Aquel lugar le pegaba tanto y recordó que le dijo que jamás había estado en un bar.
—Hola. —le saludó mientras se sentaba a su lado. Yoongi al estar con la cerveza en la boca le saludó con la mano.
—Buenas. —le respondió después.
—¿Qué tal? —intentó empezar conversación.
—Bien. Por una vez puedo decir que las cosas van bien. —respiró hondo y le miró. Parecía que estaba esperando algo. Le devolvió la mirada.
—Siento lo de ayer. No debí haberme puesto como me puse y admito que exploté. Perdón.
Le miró de reojo y vio que asintió y le dejó de mirar.
—Vale. —le respondió y eso a Jimin le bastó. Sonrió y miró a su alrededor. —¿Entonces?
—Cantaré.
Los ojos de Yoongi se abrieron desmesuradamente y estuvo a punto de escupir la cerveza. Jimin solo puso reír ante su cara.
—¿Estás de coña?
—No. Si dices que tengo buena voz vamos a comprobarlo.
Yoongi se le quedó mirando patidifuso. Parecía que no se lo creía.
—Pues tendrás que convertirte en cantante. —le soltó mientras se recostaba en la silla, como si hubiese ganado una guerra.
—¿Qué? ¿Qué quieres decir?
—Namjoon lo ha hecho oficial. Tenemos la prueba con la discográfica en cuatro meses.
La respiración de Jimin empezó a acelerarse, pensaba que iba a ser una banda callejera, como otra cualquiera. Sin fama, ni cámaras, ni considerar aquello como un trabajo de verdad. Pues ahí sí que se había equivocado.
—¿O-oficial? —preguntó empezando a temblar. Estaría expuesto a millones de personas y a millones de sus críticas. No podría con aquello, no podía ni con sus propias críticas. ¿Cómo iba a poder con las de los demás?
—Sí. Todos juntos, pero oficialmente. Incluso Jin se ha animado a cantar. —suspiró. No estaría solo y no sería a capella, se recordó.
No estaba solo.
—Espero que lo hagamos bien. —suspiró rascando un poco su cabeza. No había quedado con él para hablar del grupo si no...
—¿Cuándo te hiciste eso? —le dijo mientras continuaba sin mirarle. Debía haberle visto la gasa al haberse arrascado el pelo. Respiró hondo.
—Ayer...
Yoongi dejó la cerveza y se incorporó un poco para mirarle fijamente.
—Eso te puede matar. —declaró tocando sus muñecas. —Eso es peor que te disparen en el corazón.
Jimin asintió ante sus palabras y se remangó para enseñarle sus cicatrices. No quería taparse, quería que las viese.
—¿No es la primera vez? —él negó. —Me sorprende que un chico que puede destruir a cualquiera se destruya a sí mismo. —le dijo Yoongi mientras recorría las cicatrices de su brazo y muñeca que no estaban tapadas por la gasa.
—Lo dices como si fuese un monstruo.
—No, un monstruo no. Una persona increíble a los ojos del mundo pero no a los suyos propios. —declaró con seguridad.
—Nunca he llegado a ser suficiente, ni siquiera para mí mismo. —le murmuró mientras sus dedos pasaban por su piel rugosa y cicatrizada.
—Totalmente al contrario que yo. Lo que pasa es que no tengo tantas. —le declaró. Se remangó su chubasquero viejo y le enseñó unas cuatro cicatrices no muy visibles, ya que no habrían sido muy profundas.
—Yo me lo hacía para huir de este mundo, no de mí mismo. —Jimin se acercó ligeramente y las tocó con cuidado, como si en cualquier momento fuesen a volver a sangrar. —Lo único que he aprendido todos estos años es que el mundo cambiará, te engañará y te aplastará y la única persona que seguirá contigo hasta el final serás tú mismo. Si no te eres fiel, es complicado llegar a ser nada o ganar nada. —murmuró mientras cogía de nuevo su cerveza y reía descontrolado.
—Yoongi eres más filosófico cuando estás borracho. —le soltó mientras reía tímidamente y le tapaba el brazo de sus cicatrices. El otro soltó una enorme carcajada.
—Hacía mucho tiempo que no tomaba alcohol y parece que me está haciendo efecto. —respondió agarrándolo y dándole un enorme abrazo. Jimin le devolvió el abrazo sin quejarse del olor a alcohol que desprendía Yoongi. Era posible que no hubiese bebido en mucho tiempo, pero esa no era su primera cerveza.
—Gracias. —le declaró mientras el otro le apretaba contra su pecho.
Le tenía mucho cariño a Yoongi, realmente era como un hermano mayor. No le había mirado como lo habían hecho Tae y Jungkook. Sabía que no había sido su intención mirarle de aquella forma, pero lo habían hecho. Le habían observado como si fuese de cristal y fuese a romperse a la mínima, como le habían mirado sus padres cuando se habían enterado la primera vez. Pero Yoongi era distinto, y eso era genial.
Estaba seguro que él y los demás podrían darle la suficiente fuerza para seguir adelante.
ESTÁS LEYENDO
The Way We Became Stars
Teen FictionYoongi, un chico solitario y en problemas con idiotas de la calle. Namjoon, un artista pequeño intentando brillar a pesar de el mundo corrupto de la música. Hoseok, un bailarín fantástico que nunca es suficiente para las discográficas. Jin, un chi...