La semana comenzó.
Un perfecto lunes soleado daba grandes expectativas del día que iba a desarrollarse y él no podía sentirse más depresivo. Había estado todo el fin de semana trabajando, los dos días y también había estado mandándole mensajes a Jimin. El chico, desde el viernes, había desarrollado una curiosidad, casi insana para tratarse de un amigo, sobre Hoseok. Pero tampoco podía reprocharle nada pues Jimin parecía haber entendido que las relaciones eran muy delicadas y daba la sensación de que quería cuidarlas y mimarlas lo máximo que pudiera.
Así que estuvo explicándole la situación y cómo había llegado a esa conclusión. El chico pareció entenderle a la perfección a pesar de estar completamente impresionado. Yoongi no quería tomárselo tan a pecho los cumplidos que le hacía el otro, pero debía admitir que le gustaban y se sentía bien, además de que eran algo que normalmente no recibía.
Aquél lunes habían quedado todos para por fin poner fin a los problemas de Jungkook, o al menos el más notable de todos. Habían quedado en la cafetería de Jin, como siempre que se reunían y en aquél momento se encontraba de camino. Era cierto que su idea había resultado ser la ganadora, pero tenía miedo de que tal vez no fuese la mejor, que tal vez estaba cometiendo un error.
Desechó aquellos pensamientos y continuó caminando. La finalidad era ayudar a Jungkook, nada más. Si el plan no resultaba, ya encontrarían otra manera de arreglar la situación, o eso esperaba.
Llegó a la cafetería y entró más animado de lo que se esperaba para un lunes por la tarde. Saludó a Namjoon que estaba sentado en una mesa con un batido entre sus manos. Se ajustó las gafas y le devolvió el saludó indicándole que se sentase a su lado. Él, se sentó y se concentró en buscar a Jin. Antes siquiera de poder suspirar por haber llegado a tiempo escuchó un montón de papeles ser removidos y colocados en cima de la pequeña mesa. Su atención no tardó en centrarse en el contenido de aquellos papeles. Parecía que Namjoon no había estado vagueando. Todo ese fajo desordenado se trataban de canciones. Sonrió y le miró como pidiendo permiso para leerlos.
-Por favor. -le contestó, dándole total libertad para leer sus letras.
Sonrió sin quererlo y empezó a mirar las partituras, a las que les sonrió también después de imaginarse sus sonidos en su mente.
-Vaya...
-¿Te gustan? -Namjoon cogió aire, nervioso. Era normal, ya que él era mayor que el chico y daba la sensación de que se había granjeado su respeto y probablemente un poquito de su admiración. Pero Yoongi no quería creérselo, aunque lo estuviese literalmente delante, brillando con sus ojos esperanzados.
-Están muy bien. Tendríamos que encontrar alguna forma de repartirla entre todos, pero es genial. Me gusta. -afirmó rotundamente y con su tono de voz neutral nadie podía negarle lo contrario. Namjoon formó la sonrisa más bonita que jamás le había visto y a su pesar se le contagió.
-¡Genial! -respiró hondo, hinchando su pecho por el orgullo. -Después de todo lo que está pasando con los miembros necesitaba plasmar mis sentimientos acerca de todo...
Yoongi asintió, entendiendo a la perfección ese sentimiento. Le sonrió aún más abiertamente y dejó fluir sus sentimientos.
-¿Crees de verdad que lo que vamos a hacer va a funcionar? -le preguntó algo nervioso sin mirarle a los ojos.
-¿Lo de Jungkook? -Yoongi asintió. -Bueno, es un poco una ruleta. No sabemos cómo reaccionará ese tío, así que no lo pienses mucho. -respondió aún con su sonrisa radiante.
No tardaron en llegar Jimin y Jungkook quienes se sentaron a sus lados y esperaron a Hoseok.
-No creo que venga. -cuestionó Jimin después de un rato. Jungkook les había contado que los problemas que había tenido con Taehyung habían sido resueltos en ese mismo fin de semana, pero no por eso debían cancelar la fiesta, todos sabían que cuando regresase el chico estaría fatal, así que una fiesta tal vez no les vendría mal, aunque solo fuese para animarle.
Decidieron llamar a Hoseok ante su ausencia. El encargado de hacerlo fue, cómo no, Jin. Hacía unos minutos que les había traído unas pastas para comer y ya le habían encargado hacer otra cosa.
Él con una sonrisa esperó a que contestar el bailarín. No tardó en hacerlo, para sorpresa de Yoongi.
-¿Hola? ¿Hoseok?... sí. Hemos quedado para lo de Jungkook, ya sabes... en la cafetería. Sí. Ah...vale. ¿Y para qué hora llegarás?...vale. ¿Entonces te esperamos? ¿No? No, vale. Nos vemos.
Jin suspiró cuando colgó y los miró a todos apesadumbrado.
-Dice que no podrá venir, que no se encuentra nada bien.
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The Way We Became Stars
Novela JuvenilYoongi, un chico solitario y en problemas con idiotas de la calle. Namjoon, un artista pequeño intentando brillar a pesar de el mundo corrupto de la música. Hoseok, un bailarín fantástico que nunca es suficiente para las discográficas. Jin, un chi...