LXXX

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Entró en la cafetería con la cabeza dándole vueltas.
Se había quedado la tarde anterior rondando su casa, dando vueltas por las habitaciones y buscando más pastillas por las que hacer que el mundo se fuese un poco a la mierda. Todo era culpa de su hermana, ella había causado toda aquella situación, ella era el problema de que él se encontrase en esa situación tan horrible y mareante.
Ese día cuando se había levantado había corrido prácticamente al baño para vomitar lo poco que había comido el día anterior. Después había perdido de nuevo el conocimiento y se había despertado realmente tarde. Al darse cuenta de que aquél día tenía práctica con Jungkook y Jimin le había mandado rápidamente un mensaje informando de que no iba a poder ir a la clase y por tanto que quedaba cancelada por ese día.
Jungkook no tardó en responderle y le dijo que no había problema, que ya buscaría algo que hacer, pues se encontraba en la sala de baile esperándole. Hoseok se sintió muy mal por haberle hecho eso al pobre chico, pero realmente no se sentía con fuerza para bailar y enseñarle nada a ninguno de los dos chicos.
Se dio una ducha fría y se preparó directamente para salir e ir a a la cafetería de Jin. Se tomó unas cuantas pastillas (realmente no llegó a ver cuantas eran) y salió de su hogar casi corriendo.
Cuando entró en la cafetería sintió como su cuerpo se iba a desplomar, así que intentó disimuladamente sentarse en una mesa vacía y esperar a los demás. Sus piernas temblaban y notaba como poco a poco iba quedándose dormido. ¿Se había tomado los relajantes en vez de las otras? Esperaba que no porque esas pastillas le ponían muy nervioso y luego se podía quedar dormido durante dos días seguidos. Apoyó su cabeza en su mano y miró al local intentando reconocer algún rostro conocido, pero sus ojos se caían de sueño.
Se apoyó en uno de sus brazos y se quedó dormido. Al momento sintió que alguien movía su hombro insistentemente para despertarle. Se levantó de golpe y miró al causante de que le movieran de esa forma. Miró los rostros preocupados que estaban sentados delante de él. Se trataba de Jin y Namjoon.
—Hola chicos...—dijo risueño intentando sonar alegre. —...¿Qué tal? ¿Todo bien?
—Podríamos preguntarte lo mismo. —dijo Namjoon levantando ambas cejas, sorprendido por la situación.
—¿Qué?...—respondió algo ido.
—Hoseok, ¿te encuentras bien? —le preguntó Jin con un tono tranquilo y dulce, pero preocupado.
—¿Yo? Sí. Solo estoy algo cansado, pero me he tomado una pastilla, no os preocupéis. —esa respuesta pareció desviar la atención de ambos chicos hacia otro tema. Además de que otro miembro del grupo acababa de entrar en la cafetería. Se trataba de Yoongi que en cuanto los vio se dirigió hacia ellos. Cogió una silla que estaba en otra mesa y la colocó a su lado, después se sentó y les saludó.
—Buenas. —dijo con voz ronca mientras cogía unas galletas. Parecía que no había desayunado.
—¡Hola Yoongi! —respondieron él y Jin casi a la vez. Namjoon le hizo un gesto con la cabeza y le miró de nuevo de reojo.
—Bueno, ¿por qué nos has reunido? —preguntó para crear un tema de conversación. Sabía que todavía faltaban los pequeños pero podían hablar un poco sobre el tema mientras llegaban o mientras pasaba el tiempo.
—Me gustaría hablarlo con los demás tranquilamente, —objetó Namjoon poco convencido. —pero supongo que puedo contaros un poco sobre esto...
Hoseok asintió y entonces se fijó en el esparadrapo que cubría las orejas de Yoongi. Sonrió y después volvió su atención al chico más alto.
—Mi mánager me ha hecho una propuesta. Podríamos viajar a América a hacer una prueba para una discográfica.
—¿¡Cómo!? —dijeron él y Yoongi a la vez. ¿Estaba hablando en serio? A ver, estaban hablando de América literalmente América. Eso no era un tema trivial para hablar entre amigos, eso era serio, tan serio como hacer un negocio.
—¿Estamos hablando de la misma América? —preguntó Yoongi.
—Sí. América, América. —contestó Namjoon. Yoongi se echó hacia atrás en la silla pues sabía que el chico no estaba de broma. La situación le había superado desde luego.
—Pero, ¿la discográfica nos pagará el viaje y la estancia?
—No, ahí es donde pienso que hay trampa. Tendríamos que pagarlo nosotros todo.
Yoongi gruñó un poco y se incorporó de nuevo.
—Sonaba demasiado bien para ser verdad...—suspiró cansando y encogiéndose de hombros.
—Bueno, no perdamos la esperanza. ¿Qué pasaría si nos cogieran? Sería genial...—intentó animar un poco a los chicos, pero no parecían ser muy receptivos.
No podía ser real todo aquello. Además de lo que había ocurrido con su hermana ahora su grupo nuevo de amigos estaban teniendo problemas con la discográfica y estaban de lo más desilusionados, algo que estaba empezando a odiar. Es cierto que respecto a aquellos temas no se podía ser demasiado positivo pero jamás pensó que podrían desilusionarse tanto los ánimos, además de tratarse de una oportunidad única y que debían aprovechar a toda costa.
Sintió de repente como su cuerpo sufría un bajón por los calmantes que se había tomado. El rostro de Jin, que era el que había retomado la conversación empezó a dar vueltas. Después miró a su alrededor y sintió como el sonido también pareciera que estuviese dando vueltas dentro de su cabeza y retumbando en sus sienes dolorosamente. Se pellizcó el puente de la nariz agotado y notó como alguien colocaba una mano sobre su hombro. Intentó girar su cabeza para observar el dueño de aquella mano pero sus ojos se cerraron, llevándole a sus oscuros sueños en los que sus peores pesadillas le devoraban. En su cabeza le ocurrían mil cosas, veía al acosador de Jin perseguirle a lo largo de un túnel negro y después cuando por fin salía a la luz y volvía a lo que debería ser la tranquilidad, era brutalmente atropellado por un coche que no iba conducido por nadie. Después se quedaba completamente solo en el hospital, o en una sala blanca y brillante y ahí encontraba unas pastillas y las tomaba sin cesar, intentando así frenar de golpe todos sus pensamientos, todas aquellas pesadillas, pero lo único que conseguía era volver a ese túnel negro y repetir de nuevo la misma historia.
¿Alguien podía salvarle del infierno que era su cabeza?
Probablemente no, porque había probado a gritar delante de la cara de sus nuevos amigos y estos no parecían notar su presencia. ¿Tan insignificante era? ¿Tan inútil era? ¿Acaso de lo que era capaz no era suficiente?

The Way We Became StarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora