Se ató las zapatillas lo más rápido que pudo. Ese día la clase de educación física había sido horrible. Algunos chicos habían mencionado de nuevo su actuación en Navidad y los recuerdos de su caída solo le hicieron sentirse mal consigo mismo, y de nuevo, inútil. Pero, algo cambió mientras escuchaba de pasada a esos idiotas, algo que jamás le había pasado. Por una milésima de segundo escuchó la voz de Tae en su cabeza, profunda y grave y además llena de ternura. Después, escuchó la voz de Yoongi, pidiéndole que cantase para él, que le encantaba su voz. Después se vio bailando al compás de la música con Hoseok y Namjoon, y Yoongi también estaba. Todos juntos, riendo en el vagón de un tren abandonado con la música a todo volumen. Sin quererlo una sonrisa se coló en sus labios, una sonrisa tan sincera y pura que cualquiera que la hubiese visto se habría dado cuenta de lo real que era. Los chicos que se estaban metiendo con él se callaron al verle sonreír de aquella manera y decidieron dirigir su atención a las chicas. Jimin no prestó más atención a esos idiotas pues tampoco merecían la pena y se hundió en esos recuerdos tan entrañables que le hacían sentirse aceptado y absolutamente valorado.
Cuando consiguió salir del instituto corrió hasta la Academia. Tenía unas enormes ganas de bailar, de que Hoseok le enseñase nuevos pasos y de que la música alejase sus problemas al menos un tiempo. Nada más cruzar las puertas dobles de la sala principal de baile se encontró a Hoseok con otro chico mucho más alto que él y más encorvado. Estaba de espaldas así que no pudo averiguar quien era hasta que se colocó en frente de ambos chicos. Nada más verle el rostro a Jungkook se lanzó a sus brazos, regañándole por haberle asustado de esa forma y dándole pequeños capones en la nuca mientras éste sonreía tímidamente. Después abrazó a Hoseok y éste con una sonrisa triste le dio lo que quedaba de su bocadillo, pues él no llevaba comida. Al principio la negó y finalmente se la acabó comiendo sin rechistar.
Una vez comidos los tres, Hoseok se puso en frente del enorme espejo y empezó a afinar algunos de sus movimientos más complicados. Realmente parecía destrozado. Se sintió mal por no poder hablar con él abiertamente sobre su hermana ya que teniendo a Jungkook allí les sería imposible que no se enterase de todo. Decidió dejarle solo y se dispuso a charlar con Jungkook mientras éste descansaba un poco y digerían la comida. Se sentaron uno al lado del otro, mirando directamente a Hoseok desde el otro lado de la habitación.
—¿Y ese moratón? —le preguntó sin dilaciones. Estaba de un color azul amarillento, realmente parecía doloroso. Jungkook quiso tocarse pero pareció recordar que si lo hacía le dolería mucho así que se quedó a medio camino y apartó la mano de su rostro.
—Un golpe que me di ayer mientras volvíamos. —le dijo encogiéndose de hombros quitándole toda la importancia que pudiera tener. Jimin entrecerró sus ojos algo escéptico y se encogió finalmente de hombros también. Tal vez sí había sido un golpe, no sabía nada de ellos desde el lunes y estaba ansioso por saber todos los detalles de su viaje.
—Bueno, cuéntame. ¿Qué tal tu escapada?
Jungkook se atragantó con el agua que estaba bebiendo y le miró unos segundos perdido. Parecía estar debatiendo en su cabeza si contarle algo importante o guardarlo para sí. Jimin esperó pacientemente su respuesta, como si fuese un gran honor que le contase lo que habían hecho.
—Jimin, ¿puedo contarte algo íntimo? Él asintió de repente serio. Jungkook iba a confiarle algo importante y debía prestar su mayor atención. Jungkook cogió aire y notó que estaba nervioso. Jimin no conseguía entender del todo aquel repentino nerviosismo pero suponía que tenía que ver con algo que había ocurrido en la escapada de sus dos amigos.
—¿A-alguna vez te ha besado alguien?
Jimin abrió sus ojos. Desde luego de entre todas las cosas que podía preguntarle Jungkook, aquella era la que menos se esperaba. Se puso colorado de repente y se tapó con uno de sus brazos y miró hacia otro lado.
—¿Jimin? —la voz de Jungkook preguntaba, bueno más bien insistía una respuesta. Jimin giró su cabeza de nuevo para mirarle fijamente, aún con su sonrojo y negó repetidas veces. —¿No te ha besado nunca nadie? —preguntó, ahora atónito el chico en frente suyo. Él volvió a asentir. Era algo de lo que se avergonzaba pues con la edad que tenía debía haberse enamorado ya y haber experimentado una relación, pero no era así. Era algo de lo que no se sentía cómodo hablando.
—Bueno, yo creo que ya di mi primer beso, la verdad es que no estoy muy seguro...—Jimin abrió ahora su boca. Estaba flipando, realmente estaba flipando.
—Espera, espera, ¿cómo que no estás seguro? —aquello no tenía mucho sentido.
—Nos emborrachamos, y me besó, pero no estoy muy seguro de que fuese un beso, por eso te estaba preguntado. Porque si tú ya habías besado a alguien sabrías cómo se siente eso...pero no es así...
Jimin había dejado de prestar atención a lo que había dicho sobre sus pocos conocimientos sobre relaciones sociales y ahora estaba centrado en esa persona la cuál había besado a Jungkook y no solo eso, con quién se había emborrachado.
Le miró fijamente y Jungkook intentó esconder su rostro mirando hacia otro lado.
—Jungkook. —le llamó, pero el chico decidió ignorarle. —Jungkook, ¿quién te besó?
Se empezó a acercar a él y empezó a notar lo nervioso que se ponía. Se acercó más y más hasta estar casi pegados.
—¡Vamos dímelo! O seré yo el que te bese. —aquello hizo que el chico pegase un salto de su sitio y se alejase de él asustado. Jimin empezó a reír sin control por la cara de miedo que tenía. Jungkook no tardó en reírse también después de unos segundos. Después volvió a sentarse a su lado.
—Bueno, ¿quién fue?
—T-tae. —susurró.
Jimin fue el que ahora se asustó y pegó un salto. Para darle más dramatismo hizo algunos pasos de baile y volteretas mientras Jungkook reía.
—¡No es verdad! —gritaba mientras daba saltos con su expresión de sorpresa constante en su cara. Jungkook asintió varias veces encogiéndose de hombros. Jimin jamás se habría esperado eso y menos de él.
Se acercó corriendo de nuevo y le abrazó fuertemente.
—¡Oh, Jungkook! ¡Déjame darte un besito! ¡Veenga! —gritó riendo. Aquello estaba siendo una broma de muy mal gusto. Pero en cambio si quería gastarle esa broma él contraatacaría con la misma.
—¿¡Qué dices loco!? ¡Quítate de encima! —le empujó y no se esperaba que ese chico tuviese tanta fuerza pues salió casi disparado de su agarre. Cuando pararon de reír, Jimin le echó un vistazo a Hoseok que seguía bailando con la música más o menos baja y concentrado en lo que hacía. Suspiró y se sentó más calmado al lado de Jungkook. Lo que le había contado había sido una broma, estaba seguro de ello. Era imposible que ellos dos se hubiesen...
—Vale. Me ha encantando la broma, ahora cuéntame qué tal fue vuestra aventura.
—No era una broma. —respondió Jungkook con sus ojos serios y un tono de voz tímido. —Creo que sí nos besamos pero al haber estado borrachos es probable que Tae no se acuerde.
Jimin suspiró. Eso realmente no era un problema. Había oído millones de veces que la gente hacía locuras estando borrachos y lo bueno de todo eso era que a la mañana siguiente no se acordaban de nada. Entonces ¿por qué Jungkook se estaba quebrando la cabeza con algo que fácilmente podría haber olvidado?
—Pues no le des más importancia. —le dijo colocando una mano sobre su hombro. —Si él lo olvidó, olvídalo tú también. De todas formas seguro que fue una locura provocada por el alcohol.
Jungkook de quedó mirando sus rodillas. Parecía que estuviese pensando en cómo destruir el mundo por su mirada perdida y sin rumbo, pero Jimin le dejó estar. Supuso que debía ser bastante confuso que tu primer beso hubiese sido con uno de tus amigos y además estando borrachos.
Se levantó y se acercó a Hoseok, el cuál al verle dejó de bailar. Jimin le abrazó sin decir nada y Hoseok sonrió ligeramente y asintió. Después ambos empezaron a bailar, con pasión, con furia y con ganas de soltar la cantidad de sentimientos que les abrumaban desde su interior.
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The Way We Became Stars
Teen FictionYoongi, un chico solitario y en problemas con idiotas de la calle. Namjoon, un artista pequeño intentando brillar a pesar de el mundo corrupto de la música. Hoseok, un bailarín fantástico que nunca es suficiente para las discográficas. Jin, un chi...