Cartas al Amor Stony.

Cama.

💜 Dedicado a Niki Z Calderón 💜

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Steve agradeció que su casa no estuviera tan lejos. 

De lo contrario, quizás estarían detrás de un arbusto disfrutando de su tercera ronda de sexo.

En vez de tenerlo en su cama. 

Ofreciéndole tan exquisita vista de su cuerpo mientras lo cogía con frenesí. 

Como adoraba ver su piel, erizada, cubierta de sudor. Más que nada su espalda repleta de marcas de su propiedad.

El siempre había estado con chicas, le encantaban, pero desde que había conocido a Stark había quedado encantado de él.

Pensó que quizás era por su cercanía. Eran amigos, pero al ver que todas las parejas del castaño cambiaban constantemente comenzó a sentir celos de todos ellos.

Quería a Tony para el sólo.

Pero nunca había encontrado una oportunidad de confesarse hasta esa noche.

—Jo—der! ¡Steve!.

El castaño apenas se sujetaba de las sabanas para soportar las fuertes embestidas que le daba.

Sonrió mordiendo su labio. Como adoraba el sonido de su voz.

En especial como decía su nombre.

Necesitaba más de él.

Le hizo girar.

Dejándolo de lado, elevó y apoyó su pierna en su hombro llenándole de nuevo.

—¡S—teve!

Gruñó al ver como el menor se corría de golpe ante aquella invasión tan despiadada.

Deslizó sus dedos en la piel morena como si fuera el mayor tesoro para él.

Tony gimió y se arqueó.

Necesitado de su toque, luchado contra aquellos temblores que lo azotaban.

—Oh, Tony eso fue cruel. —Jadeo con una sonrisa maliciosa.

Dejó caer su pierna y se inclinó, robándole el poco oxígeno que recuperó con aquel posesivo beso.

—¿Por qué, nunca me dijiste?. —Dijo entre cortado el menor.

—Te quiero. —Le miró con hambre.  — Quise decírtelo antes, pero siempre estabas con alguien nuevo. Si esperaba más, dejarías de ser soltero.

Stark soltó una risa sin aliento y le miró con una gran sonrisa.

—Idiota. —Le abrazó con un suspiro. —Si cambiaba de pareja tantas veces, era porque a quién quería era hetero. O eso pensaba hasta hoy.

Él, rió. ¡Que par de tontos habían sido!

—No pienses que por esto, ignoraré lo egoísta que fuiste hace poco. —Dijo con malicia.

Sintió como las manos del menor le desgarraban, de la misma manera como el se abría paso en su interior.

Nunca se cansaría de ello.

Supo que no iba a durar mucho.

Esta vez, no se lo permitiría.

—¡Argh, Rogers! —Quiso apartar su mano. —¡Duele!

—No hasta que lo digas —Le impidió correrse —Di que eres mío, Tony.

—¿Qué?

—¡Di. Que. Eres. Mío!. —Acompañó cada palabra con una embestida.

El castaño gimoteo frustrado.

Tan cerca, pero tan lejos del éxtasis.

Era un bastardo desalmado, lo sabía pero Stark no se quejó sabía que le encantaba.

Giró su rostro moviéndose desesperado por recibirlo  aún mas adentro.

—¡Soy, Ah! ¡Tuyo, sólo tuyo, S—teve!

Repitió varias veces embriagado en aquella placentera danza.

—Buen niño.

No tuvo que esperar mucho.

Frotó su pene con fuerza, imitando el mismo ritmo de sus embestidas.

Aquella deliciosa estrechez le hizo acabar de nuevo en su interior.

Tony bañó sus cuerpos con el suyo alcanzándolo en aquel esperado clímax.

Rogers cayó exhausto encima de él.

Ambos gimieron ante el roce de sus pieles, quedando abrazados recuperando el aliento.

—Supongo que con esto... —Acarició su cabello. —No tendré que buscar otro novio.

—No. —Levantó su rostro y le besó.—  A menos que quieras que te amarré aquí toda una semana.

—Tentador. —Soltó una risita el castaño. —Eso podemos hacerlo sin terceros.