Cartas al Amor Stony.

Restaurante.

💜 Dedicado a Thanavia Saphiro 💜

#OneShot

***

Steve Rogers conocía a todo tipo de gente en su trabajo.

Era mesero en un restaurante bastante reconocido, no era el mejor trabajo del mundo. Pero era uno honrado y que le ayudaba a pagar sus cuentas.

Muchos clientes le dejaban propinas por sus recomendaciones, por su estilo y su cordialidad para expresarse y hacer sentir cómodos, casi en casa.

Sólo tenia un problema. Un cliente en realidad. No era como si fuese conflictivo.

Al contrario era callado y no hablaba con nadie. Siempre venia tres veces por semana y pedia el mismo platillo.

Le daba algo de pena en verlo siempre sin compañía. Era un hombre adulto bastante atractivo, pero sus ojos siempre parecían devastados por la soledad.

Sentía que debía de hacer algo pero no sabía qué.

Muchas veces trató de sacarle conversación pero siempre respondía lo necesario. No quiso ser imprudente, le comento que le gustaba el lugar. Que preferia estar solo que con una mala compañia.

Ese día, fue a felicitar a uno de sus compañeros que cumplía año. Se sorprendió al verlo en esa mesa, ese día no le correspondía.

—Creí que solo venías los martes, miércoles y viernes . —Le saludó con una sonrisa.

—Tuve que cambiar de planes. —Notó que miraba sus ropas. —¿Hoy no trabajas?.

—De hecho no, es mi día libre. —Dijo avergonzado a notar que usaba una sencilla camisa con un pantalón de mezquina. —Pero puedo recomendarte que te atienda Ross, tiene un excelente gusto con los vinos.

No pasó por desapercibido su mueca de decepción.

—Sabes yo. —Dijo inseguro mirando a los lados. —Tengo el día libre, si no te importa puedo acompañarte. 

Para su sorpresa, le invitó a tomar asiento.

Sin saber que decir en realidad optó por hacer lo mejor que sabía.

Le recomendó su platillo favorito.

Fue su mejor comida en muchos días.

Pasaron horas platicando. El le contó que manejaba una pequeña empresa familiar. Que su trabajo era tan envolvente que no tenia tiempo para ninguna relación. Se sintió tan feliz al conocer por fin su nombre.

Tony. Tan sofisticado y corto, pero que le fue imposible de olvidar.

Se sorprendió al ver que tenía una mente prodigiosa, un sentido del humor excelente.

El le dijo que era huérfano. Que había dejado su carrera de artes para ayudar a su amigo a pagar las cuentas.

Apenas se dieron cuenta que había oscurecido cuando su amigo les avisó que era hora de cerrar.

El no permitió que el mayor pagará, aunque eso significase que tuviera que trabajar otro par de días horas extras. Su compañía había valido mucho más que esos billetes.

Ambos se levantaron y caminaron hasta la salida. 

—Gracias por hoy. —Le dijo al salir el castaño. —Aunque no fue el día que planifiqué, me divertí bastante.

—Yo tambien, fue la mejor tarde de mi vida. —Dijo sincero y se sonrojó al darse cuenta de sus palabras. —Es decir yo—

Abrió sus ojos sorprendido al verlo reir. Esa risa le dejó tan abrumado.

—Gracias a ti. —Tomó su mano y beso sus nudillos. —Espero volverte a verte Steven.

Le observó con el corazón desbocado ingresar en su auto y partir. ¿Era demasiado pronto para nombrar eso como amor?