Despedida.

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Dedicado a Fany Danian Loren

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Tony suspiró.

 El verlo en aquel estado era tan doloroso.


—Se que no sirve de nada. —Sintió su voz temblar y tragó fuerte. —Pero, lo siento tanto.


Levantó su mano para tomar la suya. Pero se detuvo antes de tocarla.

Había notado la manera en la que Steve le veía. Esa intensidad que le abrumaba.

Ese era su mayor alegría y temor.

Pero no era digno ni de estar a su lado. 


—Todo este tiempo... —No quería guardarse nada. —Las riñas y peleas contigo, era porque estaba desesperado por tener aunque sea, un minuto de tu atención.


Hizo una pausa para intentar en vano, calmar su respiración.


—Te alejé. —Sonrió con dolor. —Porque no podía permitir que quisieras a una basura como yo.


Las palabras de Strange sonaron en su mente:

"Aún con sus heridas, puede que no despierte. La mente del Capitán esta bloqueada. Es como si hubiera perdido las ganas de vivir".

No lo culpaba. El rubio, como él había perdido todo.

Sus amigos, conocidos, el amor de su vida.

Era injusto, irónico quizás; que nunca más despertara por culpa suya.

Intentando salvar a un idiota que no merecía ser salvado.

Daría lo que fuera por poder estar en su lugar.

Por lo menos pudo haberse ido en paz de esa manera.


—No quiero perderte a ti también. —Sonrió con la vista nublada por las lágrimas.


Tomó con cuidado su mano. 

Aquello dolía tanto.


 —No lo soportaría, no puedo... —Negó con la cabeza aterrado. —Pero no es mi decisión. Nunca lo fue, ni lo será.


Si algo agradecía esta vez, era de poder al menos despedirse.

Como debía ser.

Sin secretos.

Sólo la verdad. Era lo menos que le debía.


—Yo...—Tragó con dificultad el enorme nudo en su garganta. —Te amo Steve. Siempre lo hice.


Soltó su mano y dejó que aquellas lágrimas corrieran libremente, desgarrando su corazón.

Si, amar eran su peor error.

Pues cuando lo hacía, una parte de su corazón moría con esas personas.

Y la última parte de su corazón, la más importante  que le quedaba, era sólo de Steve Rogers.

Siempre había sido suyo.


—Tony...


Era una fortuna que  alguien aún estaba dispuesto a pelear por el castaño.

Aún cuando él, había perdido todas las esperanzas.

Cartas al Amor Stony.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora