Cartas al Amor Stony.

Carrera.

💜 Dedicado a Susana Rodriguez 💜

6/?

***

Steve siempre había tenido obstáculos en su vida.

Los superaba, no con facilidad, sino con su propio esfuerzo y determinación.

Pero esta vez, los obstáculos fueron demasiados.

Estaba tan concentrado en el juego, que no pudo reaccionar cuando esa chica le besaba.

Agradeció el golpe de su hermano, el cual le ayudó a salir de ese trance.

Con ver su mirada lo supo.

Estaba perdido.

 Ese "supuesto beso de la buena suerte" sólo le condenó.

El campo se inundó con facilidad por la tormenta.

Él, se sintió peor al mirar a las gradas y ver como se marchaba.

Quiso correr por él. El entrenador le detuvo.

Alegó que debía irse. Luego sus compañero le detuvieron.

Sino fuera por Bucky, quizás no hubiera podido avanzar.

Dejó a Sam encargado. Atravesó el campo, saltó la barda pero, ya no estaba.

Asustado, dio un brinco al ver que una bebida se estrellaba contra la pared frente a su rostro.

Giró y reconoció al chico, era el mismo que acompañaba a Stark.

—¡Estacionamiento Norte idiota! —Le gritó molesto.

Tras asentir, corrió con renovadas fuerzas en su búsqueda.

Ignoró su cuerpo resentido. Encontrarle era su prioridad.

Sus piernas temblaban, jamás había tenido tanto miedo en su vida.

Era frustrante ver ese lugar desierto, sin ninguna señal suya.

Le llamó a gritos varias veces, incluso el rugido de la tormenta se puso en su contra para acallar su voz.

No hubo respuesta.

Frustrado se llevó ambas manos a la cabeza dando varias vueltas sin saber a donde ir, no podía ser cierto.

¿Por qué todo le salía mal?

Vio movimiento a su derecha. No dudó en retomar su carrera.

Más, al notar gracias al faro cercano ese color que tanto buscaba.

Incluso, de saltar sobre varios autos para recortar camino.

Vio como se abría la puerta de su coche.

El miedo subió por todo su cuerpo. Se estaba ahogando en él.

No le dejaría. 

Apresuró sus pasos.

Se estrelló contra la puerta cerrándola de golpe.

El menor saltó asustado.

—¡Te dije que me esperases! —Jadeo sin control apoyándose en sus rodillas. 

Intentando entre bocanadas de aire llenar su pulmones.

Stark giró a verle. El subió su mirada con una sonrisa de satisfacción por encontrarle.

Se borró de golpe de su rostro.

Él estaba empapado. Pero sus ojos rojos, sin vida y derrotados le partieron el alma.

No lo resistió. Le apresó entre sus brazos temblando.

El miedo, el alivio y el odio a sí mismo por ver tanto dolor en su mirada, hicieron estragos en su corazón.

¡Mierda, como quería golpearse así mismo!

—¿Qué haces?. —Su voz tembló. —El partido..

Negó con la cabeza sujetándole con fuerza.

—¿Qué es eso, comparado con la dicha de tenerte conmigo?.

Ahora, más que nada. No pensaba soltarle.