Cartas al Amor Stony.

Uniforme.

💜Dedicado a, Jesii Baracco 💜

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***

Steve Rogers salía cada día con su uniforme a realizar su trabajo con determinación.

Llevaba dos años en la fuerza, aunque no todo era color de rosas con una profesión como ésa. Le gustaba poder servir a quienes más lo necesitaban.

Desde arrestar a ladrones. Ayudar en un incendio, hasta lidiar con los peores criminales. 

Hacía cumplir la ley siempre.

Esa noche, les llamaron para detener una pelea en una club. Pero su compañero no ayudaba.

—Tenemos que entrar. —Le insistió a Sam.

—¿Si sabes que es un club gay? Yo, ni loco entro a allí.

—Es nuestro deber. —Rodó los ojos al ver que no cedía. —Bien,  vigila que nadie salga.

No negaría que eso le puso nervioso, pero el deber, era el deber.

Al entrar, le cegó las luces. El aroma a licor, cigarro y otros más que quiso ignorar le invadieron.

—¡Uff pero miren nos llegó, la ley encuerada!. —Se sonrojó al sentir que le chiflaban mientras avanzaba, incluso le dijeron varias palabras obscenas.

Saltó al sentir que le daban una sonora nalgada. Irritado, volteó a ver al culpable.

—¿Qué, la ley me quiere arrestar?. —Le sonrió con picardía.

—Por faltar el respeto a un oficial, es una noche en prisión. —Le dijo con rudeza.

—Por mi querido. —Avanzó hasta él. —Puedes meterme todo lo que quieras.

Gimió al sentir como su boca era saqueada por esa lengua experta.

—¡Oye, que no le contraté para ti Stark!. —Esa voz le regresó el sentido común.

—¡No soy un Stripper!. —Le empujó irritado. —¡Soy policía, vine por la pelea de antes!

—¡Oh, eso!. —El castaño hizo una mueca incómodo. —Sigueme y te llevaré con ellos.

El sujeto le dijo que era el dueño. Incluso le dio su tarjeta.

Había encerrado a esos dos idiotas en espera de que llegarán las autoridades.

Le siguió por un largo pasillo, abrió una de las puertas y le invitó a pasar. 

Al entrar, la puerta se cerró.

Sus manos fueron atrapadas por sus propias esposas. 

Cayó contra el colchón atrapado bajo el cuerpo del menor.

Su boca, fue tomada de nuevo con rudeza.

—¡¿Qué crees que haces?!. —Le reclamó enojado. —¡Soy un oficial!

—Si, lo que sea. Verás, tus servicios no son requeridos ya. —El rubio se sonrojo al escuchar los gemidos al lado de la habitación.—Como puedes ver, ellos están arreglando lo suyo, que dices si yo me encargo de esto?.

Saltó al sentir como desabrochaba su pantalón.

—Basta. —Jadeo cuando su mano torturó su erección. ¿Cómo podía gustarle que otro hombre le tocara así?.—No soy..

—¿Gay?. —Amplió su sonrisa mientras le amarraba a la cabecera de la cama.—Descuida querido, no es nada que no tenga solución.

Esa noche, Rogers comprendió que jamás debía de entrar como carnada a una cueva de lobos.

Más, cuando había uno rabioso y hambriento como ese sujeto.

Cuando salió tres horas después, ignoró las preguntas de su amigo. Sólo quería ir a casa y olvidar esa noche.

No lo hizo.

Leyó de nuevo la tarjeta.

"Tony Stark"

Pronto, sería el quién le arrestara, pero no con sus funciones de policía.

Stark pagaría con su cuerpo lo que le había hecho al suyo.