Vuelo travieso.

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💜 Dedicado a, Noemí Rodriguez 💜


#OneShot

***


Steve Rogers siempre había soñado con tener una familia. Pensó que ese sueño se había hundido cuando cayó en el hielo.

El mundo había cambiado, él había cambiado.

Nunca estuvo mas contento de haberse equivocado en su vida.

Agradecía más que nunca que lo hubieran sacado de allí. Había encontrado el amor de nuevo, esta vez se aseguró de no dejarle ir.

Cuando creyó que no podía ser más feliz, su esposo le dio con nervios y temor la segunda noticia que jamás olvidaría en su vida. ¿Cómo no amarlo aun más al saber que serían padres?.

No negaría que tuvo miedo, los meses de gestación fueron los más estresantes de su vida.

Más, cuando su pareja tenía un humor tan cambiante, pero todo ese esfuerzo valió cada segundo al tener a su hijo entre sus brazos.

Equilibrar el tiempo en el trabajo y el hogar no era fácil, menos con un niño. Pero ambos se esforzaban para lograrlo. 

El había dejado sus días de misiones largas y peligrosas. Le avisó a Fury que a partir de ese momento sólo se encargaría de entrenar a los agentes de S.H.I.E.LD. 

No fue el único que cambió su estilo de vida.

Tony colgó su armadura para encargarse de su compañía, pero como él, cuando era necesario; volvía a usarla, eso si; con conciencia y nunca descuidando a su pequeño.

El mundo podía necesitarlos, no eran egoístas, pero Peter era su Universo y como tal; era su mayor prioridad.

Ese día, Tony regresaría de un largo viaje de negocios, tras limpiar la casa y tener lista la cena ambos esperaban en la sala.

 Pero al tener algo de tiempo libre su hijo, como todo pillo tenía algo en mente. Se había negado varias veces, pero su hijo no cedía ante nada.

Digno hijo suyo, no?

—¡Aww por favor pops! —Puso cara de cahorrito, esa tan parecida a la suya junto a ese movimiento encantador de pestañas de su esposo. —Me porté bien, incluso limpié mi cuarto yo sólo, sólo una vez más sí?

No pudo evitar sonreír y negar con la cabeza. Pequeño chantajista. En serio que esa combinación era mortal.

—Vale, pero hasta que llegue tu padre.


—¡Yey!. —Su pequeño corrió emocionado hasta la habitación principal, el le siguió con una sonrisa.


Al llegar, no le costó mucho problema cargarlo y lanzarlo a la cama.

Su hijo gritó emocionado en el aire, y como lo planeado, aterrizó en el mullido colchón rebotando un poco entre carcajadas.

Peter era un niño demasiado enérgico, adicto a la adrenalina, tenía seis años no podía culparlo.

Todavía recuerda la expresión de horror que puso su esposo cuando los vio aquel día. Tony era toda una mama gallina.

Le dijo que era peligroso y que no lo volvieran a hacer. 

Claro que para Peter, eso era como decirle que no se comiera un sándwich de mermelada de maní.

¡Imposible de seguir!

Notó como la puerta se abría y un castaño les miraba con reproche.


—¡Pops, Dodger también quiere jugar!.


—¿Es así?. —El can movió la cola emocionado sentado en la entrada. —¿Qué dices amigo, te unes?

Ambos rieron ante el ladrido de afirmación. Steve golpeó con sus manos su pecho, el can no dudó en saltar hasta sus brazos.

Le cargó en sus brazos y como con Peter, le arrojó a la cama. 


Steve reía al ver como sus dos pequeños se alternaban y exigían su atención para que les lanzara, siempre atento del reloj como de su oído por si llegaba su esposo y les pillaba con las manos en la masa.

Sin saberlo. Todo lo que hacían era visto por un par de ojos castaños.

—¿Quien diría que serías más permisivo que yo Rogers?. —Alzó una de sus cejas mirando indignado como jugaban en su habitación.

¿Sr. Quiere que les avise que ya está aquí afuera?

—Dios, ¿como castigarlos si son odiosamente adorables?. —Suspiró enternecido mirando la pantalla dentro de su auto frente a la casa. —No Jarvis, dejame observarles un poco más.


Estaba agotado, no, molido y con ganas de tomar una ducha e ir dormir justamente en la cama que usaban como aterrizaje. Pero esos momentos valían oro, más si los podía ver en vivo, quizás no en directo.

El mejor que nadie conocía la emoción de hacer una travesura. 

Sencillamente no tenía el corazón para arruinarles la diversión. Por ahora, pero de seguro se las cobraría en el futuro.

Cartas al Amor Stony.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora