Domingo.

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💜 Dedicado a, Dulce Bautista 💜

2/?


Stony + Omegaverse

***


—¿Podrías dejar de reírte? Esto es serio.


—¿Cómo no puedes ver lo divertido en que una de tus alumnas te consiga una cita?. —Le dijo sujetándose el estómago. —¡Esa niña es una genio, en cuatro meses logró hacer lo que yo no he logrado en cuatro años!


El rubio rodó los ojos incómodo mientras su amiga se deshacía entre risas y carcajadas. No había dormido la noche anterior pensando en lo sucedido con la pequeña Stark.

Más que nada en su padre.

A su pesar, apenas habían conversado, el castaño se había excusado de que tenía otro compromiso y se marchó con su hija.

Pero esos minutos se repitieron una y otra vez en su mente.

Preocupado, y al tratarse de un asunto tan delicado solo confiaba en una persona para contárselo.

Aunque sabía que no era la mejor idea, ni loco se lo contaría a Bucky primero. Pero ahora, se reprochaba de no haber usado su segunda opción.


—Eres la directora Natasha, ¿podrías por lo menos actuar como tal?. —Le reprochó de malhumor. 


—Y, ¿que esperas que te diga Steve?. —La pelirroja le miró con una ceja alzada. —¿Que no puedes salir en tus días libres y coincidir con alguno de tus alumnos? Eso sería inadecuado de mi parte. No puedo mandar en tus acciones ni relaciones fuera de las instalaciones.


—¿Y el decirte que saldré con el padre de una de mis alumnas no te parece que es poco ético?. 


—¿Qué tiene de malo? . —La miró incrédulo. —Y, corrección, si lo piensas bien, la pequeña fue quién te invitó al cine, irás sólo y ella con su representante. 


—Pero—


—O, el verdadero motivo de no querer ir es porque te atrae justamente su "representante?". —Su amiga soltó una risa al verlo girar el rostro. —Steve, no necesitas mi permiso, además ya le dijiste que sí, no pensaras echarte para atrás ahora, o sí?


El rubio soltó un largo suspiro.

Ese era justo el verdadero motivo, pero no lo diría en voz alta. 

Era cierto, le había dado su palabra a Morgan, y su padre aunque pareció incómodo con el "malentendido" no se había negado.

¡Por Dios! Era un Alfa de 29 años, no era un adolescente hormonal. Debía controlarse.

Al llegar el domingo, se cambió más de ocho veces, incluso llegó una hora antes de la función al cine.

Se convenció una y otra vez que eso era algo casual.

Solo coincidirían en la sala de la función, eso no era malo. Capaz, que ni se verían.

No podía hacerse ilusiones ni nada. No era correcto el pensar de esa manera del padre de uno de sus alumnos.

Además, era imposible que ese Omega tan hermoso no tuviera pareja, lo mejor sería olvidarse de ese asunto y disfrutar de su día libre.

Pero todo pensamiento coherente se le escapó como el oxigeno al ver a su alumna saludarle con una gran sonrisa al venir hasta él de la mano de su padre.

No podía apartar la vista de él.

Si antes le pareció hermoso con el ocaso, ahora el verlo sonreír con su hija fue lo más hermoso y perfecto que había visto en su vida.


—Profesor Rogers, se adelantó por mucho. —Esa sonrisa le contagió y aceleró su corazón.


—Me gusta ser puntual Sr. Stark. —Contuvo la respiración cuando se saludaron de la mano. Ese aroma de granos de café le abrumaba.


Se odio a sí mismo por mirar con discreción su mano ahora libre de su guante, pero más que nada, por la alegría y alivio que invadió todo su cuerpo al notar que no usaba ninguna sortija.

¿Por qué ese Omega enloquecía sus sentidos de esa manera?

Temía pero a la vez se moría de ganas por averiguarlo.

Cartas al Amor Stony.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora