Juventud.

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💜Dedicado a Lucero Stephannia 💜



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Tony Stark conocía su sexualidad mejor que nadie.

Pero nunca se sintió atraído lo suficiente a otro chico para iniciar una relación.

Hasta que conoció a Steve Rogers.

Ese rubio enigmático despertaba un interés en él que jamás había conocido.

Todos le temían como a su compañero James Barnes, el cuál, nunca se despegaba de su lado.

Era callado, reservado y jamás sonreía.

Cumplía sus deberes y se marchaba sin más.

Todos le tenían el ojo puesto y, cómo no hacerlo?

Era alto, atractivo y con un cuerpo de infarto.

No había podido evitar enamorarse de él.

Muchas veces quiso acercarse.

Jamás había sido el tipo que se ocultaba, no era un cobarde.

Pero al ver que rechazaba a todos con tanta frialdad, retrocedía.

No creía soportar su rechazo.

Si, estaba enamorado con locura de ese sexy rubio.

Por más de 3 años se la pasó espiándolo en clases, y en sus prácticas de baloncesto.

Siempre, suspirando por él.

Ahora, el día de su graduación, ese pequeño placer lo perdería.

¿Si no lo vería más, qué demonios importaba?

Mejor llevarse algo que sólo las ganas, no?

Atravesó todo el camino hasta él y le miró con firmeza.

Ignoró la mirada de molestia de su amigo y confrontó la del rubio.

Sintió ganas de correr pero se mantuvo firme.

Cuando tomaba una decisión jamás retrocedía.

Sin mediar palabras le jaló de su corbata y le besó ante la atenta mirada de todos.

No se molestó en mirar su expresión sorprendida, sólo se dio la vuelta para irse.


No llegó a dar dos pasos.


Sintió como le detenían y esperó recibir el golpe.

Bueno, había valido la pena.

No se esperó jamás el lugar de impacto.

Gimió con sorpresa ante el asalto de su boca, Rogers le quitó el aliento de una manera mucho más placentera.

Rodeó su cuello apresándolo con fuerza para no caerse.

¿Quién diría que sus besos fueran tan adictivos?

Se separaron mirándose a los ojos en busca de aire.


—Joder Stark. —Gruñó contra su boca. —Si hubiera sabido que eras gay, me hubiera comido esta boca desde hace años.


—Entonces —Le sonrió sugerente —¿Vas a perder otros 3 años hablando, o vas a comerme de una buena vez Rogers?


—Creeme Anthony. —Le encantó ver ese brillo travieso en sus iris azules. —Que tu boca será el último lugar por el que rogarás que me coma.


Steve le arrastró fuera de aquel lugar a toda velocidad mientras él soltaba una carcajada.

¿Quién hubiera pensado que si no fuera por su osadía, nunca se hubieran conocido?


Jamás dejaría de jactarse de eso con su novio, ahora esposo.

El cual no dejaba de recordarle de la misma manera cada noche, como habían iniciado su relación.






Cartas al Amor Stony.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora