Obsesión Juvenil.

2.8K 239 23
                                    


💜 Dedicado a Lovaco Elizabeth 💜

1/6

******


Sharon Carter era una joven brillante, hermosa, de buena familia y con excelentes amigos.

Todos los chicos querían salir con ella. Incluso los más populares y atractivos.

El sueño de toda chica hecho realidad, no?

Pero ella no era feliz. No cuando el hombre de su vida estaba al lado opuesto suyo.

Steve Rogers era su ideal.

Alto, atractivo, gentil, amable y con una sonrisa que le quitaba el aliento.

No le importaba que fuese mayor que ella por más de 11 años.


—¿De nuevo andas de acosadora?. —Gruñó y le apartó con la mano. —Eres joven cariño, busca a alguien más.


—Lo quiero a él tía Peggy. —Suspiró viéndolo cortar leña en su patio.


—Está casado. —Le dijo con reproche. —Y es feliz, sólo te harás daño.


Hizo una mueca de asco al ver el causante de su mal humor.

Miró como saltó sobre la espalda del rubio y rodeaba su cuello divertido.

Steve sólo rió y giró el rostro para besarlo.

Ese Stark era un idiota.

No se merecía a Steve, le había engatusado con su dinero. 

Era una persona que sabía manipular a los demás. Y siendo Rogers tan inocente había caído por él.

Además que siempre se la pasaba coqueteando con todos.

Rogers merecía alguien mejor.

A ella.

Tenía que hacer algo y pronto. Suspiró y miró por la ventana.

La idea le vino de golpe.


Ella se encargaría de mostrarle que no era para él.

El día siguiente. Se puso su mejor vestido, tacones altos y se maquilló. 

Sin dejar de ser decente pero provocadora a la vez.

Esperó a que fuera la hora y cruzó la calle.

Tocó la puerta y sonrió con algo de pena.

Sabía que no se negaría a esa petición.


—¿No será molestia?. —Dijo inocente mientras ingresaba. —Es que no tengo con quién practicar para el baile.


—No lo es. —Le sonrió con ternura. —Para mi es un honor el poder ayudarte. El primer baile es siempre algo memorable.


Sabía que el rubio le miraba como una niña. Ese día le enseñaría que era toda una mujer.

El mayor colocó algo de música y comenzaron a bailar.

Fingió tropezar en varias ocasiones, incluso le pisó y se sonrojó apenada.

Se lamentó que no servía para nada.

Como lo esperaba. Su rubio tan caballeroso le insistió que no era nada, que practicar le ayudaría y continuaron.


Sonrió con deleite. 

Con cuidado de no ser aparente frotó su rostro en su hombro. 

Había nacido para estar con ese hombre.

Escuchó como la puerta se abría y aprovechó la cercanía.


—¡¿Qué cojones significa esto Rogers?!


La primera parte estaba hecha.

Stark estaba perdido.

Cartas al Amor Stony.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora