Tony no era fan de los aeropuertos.
Había tenido malas experiencias con ellos. Con su abuelo, sus tíos.
Odiaba tener que esperar.
Se levantó como un resorte al ver que por fin su vuelo había aterrizado.
Avanzó, como muchos hasta la pista para darle la bienvenida a sus seres queridos.
Observó como la puerta se abría y de ella descendían los soldados.
El tenía un problema con toda forma de disciplina en la vida. Pero siempre había una primera vez para todo, no?
Dejó de respirar al verlo bajar, ayudar a un compañero al descender y reunirse con sus familiares.
Siempre tan jodidamente correcto y humilde.
Steve Rogers había sido su primer novio en la preparatoria, era el amor de su vida.
Los días que pasaron juntos fueron los más felices de su vida.
Cuando su novio decidió enlistarse quiso tanto convencerlo de lo contrario. Siempre lo había logrado, esa vez no pudo hacerlo.
Nunca había llorado tanto en su vida como el día de su partida. Jamás dejó de escribirle, de llamarle.
El no era creyente de Dios. Pero desde que se marchó rezaba al alba y al anochecer, siempre por su regreso a salvo.
Fueron 6 largos años. Pero jamás desistió.
Su amor, en vez de disiparse crecía cada día por él.
Sonrió como idiota al ver su hermosa sonrisa. Esos zafiros le miraron con tanto amor que sintió que lloraría de la emoción.
No dudó en correr a su encuentro.
Todos se abrazaban, que diferencia hacía dos personas más? Steve se abrió paso primero y le envolvió con fuerza entre sus brazos.
—Si viniste. —Sintió el alivio en su voz.
—¿Cómo podría no hacerlo?. —Hundió su rostro en su cuello mientras le estrechaba entre sus brazos.—Te tardaste en regresar idiota.
El rubio rió y unió sus frentes. Cerró los ojos disfrutando tanto de esa íntima caricia.
¡Dios, como quería besarlo!
Pero no quería que sus compañeros pensarán menos de él.
Al abrirlos sintió tanto miedo al ver la duda en su mirada.
—¿Steve, cariño qué tienes?. —Tomó su rostro entre sus manos.
El rubio se separó.
Dejó de respirar al ver un anillo en su mano, más cuando se arrodilló tomando su mano.
—Tony, sé que no soy el novio perfecto. —Jamás pensó que le vería tan nervioso que el día en el que se le declaró.
—Steve...
—Todo este tiempo. Lo único que me mantuvo vivo fuiste tú. —Suspiró hondo. —Recé a Dios, a mi madre que si me me permitía regresar, jamás volvería a dejarte. Anthony Stark, te amo desde el día que te conocí, dime... Te casarías con este tonto?.
Asintió entre lágrimas.
Por primera vez en su vida. No confiaba en su voz.
Rogers le regaló una gran sonrisa y no dudó en colocárselo. Le ayudó a levantarse y lo besó.
Su corazón latió como loco cuando el rubio le correspondió.
Con anhelo, con amor.
Dicen que los aeropuertos son lugares mágicos. En dónde todo puede pasar.
Para Stark, siempre sería su lugar favorito.
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Cartas al Amor Stony.
Hayran KurguConjunto de pequeñas historias sobre la hermosa pareja Stony: MCU, AvAc, EHM.