Hechizo.

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💜 Dedicado a, Gis CR 💜


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***


Steve Rogers sabía mejor que nadie que Tony tenía una gran facilidad para enojar a todos.

El estaba incluido.


Jamás imaginó que eso le traería tantos problemas.


Miraba enojado al culpable, este sonreía como niño en navidad.


—Oh vamos Tony, que no es algo tan serio. —Le defendió Thor con una sonrisa —Incluso luces mejor, más adorable.


Esta vez, dirigió su furiosa mirada al Dios de Asgard por mirar tanto a su esposo.


Loki no dudó en darle un puñetazo.

—Yo siempre lo soy. —Bufo el menor. —Pero ese no es el caso, ¡Tu maldito consorte me hechizó! ¡Por esto te dije que NO quería a esa serpiente aquí!


—Pero no podemos regresar a Asgard todavía. — Dijo con una "sonrisa inocente". —El Bifrost sufrió una avería, y tú tienes espacio de sobra aquí.


—Exacto. Deberías de relajarte Stark, ve esto como encontrar la cura para tu malestar. —Dijo burlón el Jotumheim.

—¿Mi malestar? Ese serías tú. —Le acusó el genio.


—No, es el ser viejo. —Le miró malicioso.


—¡Yo lo mato!

—¡Tony, no!

No le costó problema levantarlo, y cubrirlo mejor con la sabana que traía puesto.


El jamás se había preocupado por la diferencia de edades que se llevaban.

Pero que luciera justo como a sus 17 años era, demasiado!


Por poco se muere del susto cuando despertó y vio a su esposo de esa manera.

Tony no dudó en sumar dos más dos y saber quién era el responsable.


Menos, en correr con sólo una sabana cubriendo su cuerpo para reclamarle.


Aunque no negaría que lo encontraba adorable y ardiente, ese no era el punto.


—Loki, no lo pediré dos veces. —Dijo con firmeza. —Regresa a mi esposo a su estado original.

—Es un hechizo simple pero duradero. —Admitió con una sonrisa maliciosa. —No se puede revertir, el mismo perderá efecto en una semana.

Ambos se miraron asustados.


—¿Y qué esperas que haga hasta entonces?. —Le miró furioso el castaño. —A diferencia tuya, otros si tenemos una vida.


—Lo primero sería buscar ropa a tu medida. —Le miró divertido. —Aunque eso puede que no sea necesario verdad, soldado?.


Carraspeo apartando su mirada de la curva de la morena espalda del menor.


—Tony, vuelve a nuestro cuarto. —Suspiró agotado. —Yo me encargaré de eso.

—¡Pero Steve! —Hizo un puchero. —¡Mira lo que me hizo, merece ser castigado por esto!

Ese era justo su problema. No podía dejar de verlo.

No sabía si darle las gracias o golpear a Loki como su saco de boxeo.


Siempre había fantaseado con saber como se vería Tony de joven.


Jamás pensó que le enloquecería tanto.


¿Cómo iba a poder mantener sus manos alejadas de su esposo al ser un menor de edad?

Esa semana iba a ser un calvario para él.

En especial para su cordura, la abstinencia sería una tortura.

Cartas al Amor Stony.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora