Cartas al Amor Stony.

Ramo.

💜 Dedicado a, Aisha Rachel Padilla Carballo 💜

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***

Steve amaba a su amiga, pero ¿Quién le diría que ésta se volvería su cuñada?

Natasha Romanoff era hermosa, inteligente pero más que nada una grandiosa mujer.

Nunca supo qué fue lo que vio en Bucky. Claro que era su amigo, su hermano y lo quería.

Pero era todo un mujeriego. No podía mantener una relación estable.

Estaba agradecido de que ella le hubiera hecho sentar cabeza de golpe.

Literalmente.

El no sabía mucho de bodas, pero no dudó en ayudar a su amiga en lo que necesitaba. Era el padrino después de todo.

Agradeció contar con ayuda, ya que sin ella, no hubiera sobrevivido a esos cuatro meses de estrés.

¿Quién diría que una boda fuera tan problemática?

Pero no por eso cambiaría sus planes.

Miró de nuevo a su amiga. Lucía preciosa con su vestido blanco.

El mismo fue quién le entregó a su hermano, todo un honor para él.

Rió emocionado al verlos decir sus votos y besarse.

La boda de su sueños era íntima, pero hermosa. Stark se había encargado de correr con casi todos los gastos.

Su regalo por así decirlo. 

Tras las felicitaciones y bebidas, su amiga anunció que era la hora del ramo.

—Vamos Tony, todos las solteras son bienvenidas. —Le invitó Bucky divertido.

—¿Sabes que todavía puedo cancelar tu boleto de luna de miel mapache? —Sonrió con malicia.  —Quizás Nat encuentre a alguien más inteligente en Europa.

Todas las mujeres se reunieron ansiosas para recibir el ramo.

Muchas le miraban. Pero él sólo tenía ojos para una persona.

Stark lucía tan atractivo y elegante como siempre.

Eran novios desde hace tres años y no dejaba de sorprenderse de lo mucho que lo amaba cada día.

La pelirroja, gracias a uno de los espejos centrales apuntó.

El ramo salió volando.

Las manos de las mujeres se elevaron para atraparlo.

Ninguna lo obtuvo.

Stark saltó al recibir el ramo en el pecho. Por reflejo logró atraparlo con su mano libre.

Todas se quejaron mientras el hacía una mueca incómodo.

—Muy graciosa cariño. —Movió el ramo a los lados. —¿Y qué se supone que haga con esto?

—No lo sé Stark. —Dibujó una sonrisa en sus rojos labios lanzando una mirada hacia él.—Nunca se sabe cuando el compromiso puede tocar a tu puerta.

Se cubrió el rostro con una mano avergonzado.

Justo ese día le confesó que pensaba proponerle matrimonio a Tony.

Pero no había encontrado el momento oportuno. 

Hasta hoy.

¿Cuándo encontraría una mejor oportunidad?

Suspiró y avanzó decidido.

Stark giró a ver a los lados nervioso, mucho más cuando se arrodilló frente a él y sacó de su bolsillo la pequeña caja.

Tenía dos meses en su bolsillo.

¿Después de todo, en una boda no podría negarse o sí?