Parque.

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💜Dedicado a Caro La 💜


13/?


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Steve sonrió orgulloso al ver la expresión del castaño llegar a ese parque de diversiones.


Tony era como un niño en Navidad. Curioso, animado y tan enérgico. De hecho, así era. Y estaba orgulloso de ser el primero en verlo como de otorgarle cada uno de esos hermosos momentos.


Dejó que le arrastrará por todos lados. 


El no era fan de la velocidad, pero por él se subieron a todos los juegos posibles. 

Comieron dulces, hamburguesas, de todo lo que se le antojó al menor.


Dieron un descanso de tantas atracciones y tomaron chocolate caliente mientras admiraban las decoraciones.


Tony le reprochaba que nunca le dejaba pagar, ¿cómo podía hacerlo? El valor monetario no era nada comparado con verlo tan feliz.

Si, estaba enamorado como idiota, pero eso le encantaba.

Su amigo quiso probar su suerte en uno de los juegos de azar.


El, ganó a la primera.


No pudo contener la risa cuando su amigo pagaba por un cuarto intento, Stark era demasiado competitivo.


—Deja que te ayude. —Le tomó de la cintura mientras separaba sus dedos. —Así, sólo apunta bien y respira.


Notó como sus mejillas enrojecían. Aunque fue consciente de la cercanía, no pudo alejarse.

Su corazón latió con fuerza al girar el rostro y ver a sus hermosos ojos brillar de emoción.

Sonrieron perdidos ante la mirada del otro.


La tentación de besarlo era demasiado para el, tanto. Que se inclinó un poco hasta él.

—¡Hey!. —Giraron a ver al mayor. —Si sólo vean a verse como dos maricas pued—¡Auch!


—¿Por golpear al monstruo pelirrojo que premio dan?. —Alzó una ceja divertido el moreno.


—¡Tony!. —Le reprochó al ver al hombre a dolorido.


—¡Largo de aquí!. —Dijo sin aliento sujetando su estómago.


—Oh no, pagué por tres tiros. —Lanzó y atrapó varias veces la pelota con su mano sonriendo con malicia. —Me quedan dos más.


—¡Para!. —Se agachó al lanzar la segunda pelota. Ésta impactó con una botella.


—Tony es—


—¿Es justo que el blanco se esconda?. —Negó con la cabeza. —Eso es trampa anciano. Quiero mi dinero devuelta.


Error. El hombre se levantó para reclamar, su amigo aprovechó eso.


Se puso pálido al ver como la pelota impactaba en el rostro del sujeto y este maldecía cubriéndose con las manos.


—¡Oh, no cayó!. —Elevó sus hombros. —Ni modo, no todas se ganan.


Pestañeo varias veces mirándolo marcharse.

No dudó en seguirlo.


—Tony, espera.

—¡Que imbécil!. —Murmuró enojado.—¡Con un demonio! ¡Debí de romperle los cojones para que—


—¡Tony!. —Le detuvo por el brazo entre divertido y apenado por sus palabras.—Ten.


¿Qué haces?.


—Es para ti. —Le tendió el pequeño oso de felpa que había ganado.


—Pero—


 —Vinimos a divertirnos. —Le recordó con suavidad. —Olvida a ese sujeto. Además.. —Sonrió encantado al  verlo enrojecer. —Lo gané para ti.


El castaño suspiró con culpa y asintió.


—Tienes razón, gracias Steve.


Su corazón latió con fuerzas al ver como lo abrazaba y le sonreía. 


Claro que dejó de funcionar cuando vio al menor elevarse un poco y besarle en la mejilla.

Aturdido y completamente rojo, sintió como apoyaba su mejilla en su hombro y le tomaba de la mano mientras avanzaban.


Que Dios lo perdonase. Pero ya no tenía fuerzas para resistirse más.

Cartas al Amor Stony.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora