Declaración.

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💜 Dedicado a, Patricia Montalván 💜

2/?

***


Tony Stark jamás retrocedía ante un reto.

Cuando Romanoff le retó a que se le declarase, dudó en hacerlo.Pero dos años suspirando en secreto por su rubio eran suficientes.

Encontrar su número fue fácil, ¿quién dice que no puedes hackear las líneas telefónicas cuando se trata de amor?

El era el dueño de su compañía, habían contratado los servicios de una agencia de Seguridad, tenía que admitirlo, eran buenos; y Steve Rogers le cautivó al instante.

Habían pasado tres días desde que le escribió, y no dejó de hacerlo.

Su rubio insistió muchas veces queriendo saber su identidad, el no cedía, le encantaba jugar a las adivinanzas y coqueteos. 

Pero sabía que eso no se mantendría por mucho.

Ese día al llegar a su oficina, Pepper le avisó que alguien le esperaba. La sonrisa en su rostro fue enorme al ver de quién se trataba.


—¿En qué puedo ayudarlo Sr. Rogers?.


—Siento incomodar. —Le dijo con una seriedad ejemplar. —Pero necesito que deje de hacerlo.


—Tendrá que ser más específico. —Le sonrió travieso. —He hecho tantas cosas.


El rubio suspiró y tomó su celular. No pudo contener la carcajada cuando el suyo comenzó a sonar.


—Sólo quiero saber la verdad, ¿por qué me sigue escribiendo?


—Pensé que lo había dejado claro. — Colgó su chaqueta y le vio divertido. —Me gustas Steve.


—¿En serio espera que crea que a alguien como usted le gusto de la nada? 


—Yo no espero nada. —Avanzó hasta quedar frente a él. —Te digo la verdad, me gustas desde el momento en que te vi. Depende de ti el creerme.



Como le encantó mirar a esos enormes zafiros. Por primera vez y tan de cerca. 


—¿Y si no le creo?


—Quizás pueda hacer algo para convencerte. —No pudo evitar sonreír inclinándose hasta el. —Algo satisfactorio para ambos.


Le tomó de la cintura y le besó. Sintió como el rubio luchaba por separarse de él, pero no se lo permitió.


—Pero soy...


—¿Adorable, sexy, y con un jodido imán para que mis ojos no se despeguen de ti?. —Disfrutó de ver como sus mejillas enrojecían.


—¿En dónde estás viendo?. —Le cuestionó sin aliento.


—¿En donde más que aquí?. —Le tomó del rostro mirándole con ternura. —Aunque, hay partes más interesantes de tu anatomia que quiero ver.


—¡¿Qué?!


—Ya, perdón no me pude resistir. —Mordió su labio en vano de contener su sonrisa nerviosa. —Pero hablo en serio, dame una oportunidad para demostrarte que no miento.




Cartas al Amor Stony.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora