El pago.

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💜 Dedicado a Caro La 💜

5/?


***

Tony tenía vagos recuerdos de su familia. Cálidos, pero efimeros.


Algunas veces, fantaseaba en como sería si sus padres seguirían con vida.


Sabía ahora, más que nunca, que no había mejor ejemplo que la familia Rogers.


Acostumbrarse a su rutina hogareña fue difícil. desde compartir la mesa, ver la televisión juntos y estar en el el mismo espacio.


Siempre se asustaba de encontrarse con ellos. Temía que le regañarán.Pero siempre le invitaban a unirseles.


Con sus "tíos" estaba recluido en su cuarto, le reñían o pegaban a puertas cerradas si se aparecía con visita o mientras ellos comían.


Se colaba de madrugada en la cocina para comer las sobras. Si tenía suerte, algunos dulces, frutas mal puestos y a punto de dañarse.


En los días malos. Sobrevivía de la comida escolar.


Joseph era un hombre de porte, infundía respeto y miedo con su mirada. ¿Cómo no hacerlo si pertenecía a la fuerza? Pero en casa era una persona diferente.


Era gentil, permisivo. Su esposa era quién tenía el mando y no le importaba. Se le notaba por los poros que amaba a su familia.


Por más cansado que estuviese, nunca se perdía del desayuno y la cena con ellos.


Siempre les preguntaba por su día, incluso a él.


Se ofrecía a ayudarlos con los deberes escolares. 


Asustado, buscaba en su mirada que le viesen con lástima, molestia.


Adoraba sus ojos azules. Siempre le miraban con sencillez. Con amor, como si fuera uno de ellos. 

Sabía que era un idiota, se desesperaba muchas veces y respondía mal a su amigo. Pero Steve jamás dejó de enseñarle, con paciencia y dedicación. 

 Le costó aprender, pero todo ese tiempo valió la pena al ver la sonrisa de orgullo de Sarah cuando por fin pudo hacerlo bien.

Ella, era una mujer maravillosa. Atenta, dulce. En dos semanas, gracias a su cocina logró recuperar su peso. 


Ni mencionar que le reñía por lavar su ropa. ¡Dios hasta su ropa interior, eso era vergonzoso!


Siempre le consentía con dulces. Amaba los momentos en la tarde cuando luego de regresar de clases, preparaba café y galletas de canela.


Ambos se sentaban en el porche mirando el jardín, comiendo, hablando y riendo sobre su día.


Cuando se les unió ese día. Se apenó al ver que el motivo era comprarle ropa. Se negó, no era que no fuese agradecido. Pero no quería deberles aun más.


Apenas iniciaba en pagarles, sentía que ni en todos sus años de vida lograría saldar su deuda.

Steve le tomó de los hombros y le metió al vestidor. 


—Se los pagaré en serio. —Suspiró mirando con culpa el helado y las bolsas en la mesa. En ellas, todo un nuevo guardarropa.


Joseph le revolvió el cabello con cariño y se sentó con Steve mientras hablaban en el centro comercial.


—Sólo aceptaré un pago. —Dijo firme la mayor.


—¿Cual?


—Que comas saludable y tus notas sean las mejores. —Bajó la mirada para ocultar sus lágrimas. Sintió como rodeaba sus hombros con un brazo y le pegaba a su pecho.—Adoro que quieras ayudar. Pero no nos debes nada tesoro.


 Atesoró con dicha la palabra familia en su corazón. 

Cartas al Amor Stony.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora