Cartas al Amor Stony.

Doctor.

 💜 Dedicado a, Ysha Bautista 💜

#SkinnySteve

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Desde que era niño, Steve Rogers siempre había tenido problemas de salud.

Por ello su madre siempre le sobre protegió, mucho más al saber que era un doncel.

Al cumplir 18 años, le llevó a su primera revisión medica.

Él comprendía que eso era necesario.

Pero, ¿por qué en nombre del todopoderoso Dios, su madre le pidió una consulta justo con él?!.

Anthony Stark era un hombre atractivo.

Era el mejor amigo de su hermana. Le visitaba constantemente a casa.

No pudo evitar enamorarse de él.

¡Dios, quiso que la tierra se lo tragase cuando le preguntó si era sexualmente activo!.

Miró a su madre y negó avergonzado con la vista baja.

Jadeo aterrado cuando el castaño le pidió a su madre dejarlos sólos.

—Steve. —Volteó a verle al oír su nombre. —Jamás he violando la confidencialidad médico-paciente. Todo lo que digamos aquí, queda entre nosotros.

—Yo —Negó sonrojado —Nunca he...

—Eso no es malo. —Esa sonrisa le quitó el aliento. —En estos tiempos es mejor ser sincero. A veces, esperar a la persona correcta es la mejor decisión. Aún eres joven, no tienes de qué avergonzarte.

Suspiró y asintió más tranquilo.

Aunque no pudo evitar sentirse nervioso durante la revisión.

Si había alguien en el que confiaba con todo su corazón, ese era Tony.

Al finalizar se vistió y esperó a que terminara de escribir.

—Gracias. Por todo Tony. —Se sonrojó de golpe. —¡Per—perdón, Doctor Stark!.

El castaño rió y se levantó.

—No hay nada que perdonar Steve, estamos en confianza, por eso quiero que sepas. —Avanzó hasta él con una sonrisa. —Que si algún día decides intentarlo, puedes llamarme.

—¿Eh?. —Su rostro enrojeció de golpe. No podía estar insinuando "eso", o sí?.

—Que puedo ayudarte a ser activo todo lo quieras Steve. —Su cuerpo tembló al oír su voz contra su oído. —Nos vemos el mes que viene Steven.

El rubio salió de allí con el corazón a mil.

Sarah le miró preocupada mientras él, le abrazaba.

¿Quién entra a una consulta médica y sale con una cita de su amor secreto?.

Sin falta, acudió a ellas mes tras mes.

Luego cada vez que su horario se lo permitía.

Con diferentes locaciones cada vez. Algunas, más intimadas que otras.

Rogers aún sigue sonrojándose bajo la mirada de Stark.

Más al estar desnudos y abrazados luego de una larga sesión de sexo.

No puede esperar a contarle a toda su familia.

Le debía un enorme regalo a su madre por llevarlo a su consultorio.