Cartas al Amor Stony.

Paseo.

💜 Dedicado a Nadia Alba 💜

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***

Steve Rogers durante toda su vida fue repudiado por ser diferente. Sabía lo que era la soledad, a lo que te impulsaba cuando te ahogas en ella.

Por eso pudo ver lo mucho que él estaba lastimado. A veces, entregar el silencio puede ser de gran ayuda, si sólo escuchas de corazón.

 No importaba si el se dedicaba a cuidar flores, pasear perros o limpiar calles. O que Stark con el costo de uno de sus trajes pudiera comer durante dos meses.

Cuando estaban juntos, podían olvidarse de todo. Ser ellos mismos.

Ya fuera para hablar de temas tan banales o sólo para escuchar al otro. Se alegró de ver como sus sonrisas por fin lograban iluminar sus iris avellanas. Le costó trabajo ayudarlo a dejar los vicios.

Pero no se había rendido.

Sin darse cuenta, ambos comenzaron a añorar la compañía del otro.

—¿Qué le ves a ese pulgoso Rogers?. —Aunque claro, su carácter era otro tanto más difícil.

—No lo escuches Dodger.—Rodó los ojos divertido. —Solo está celoso de ti.

—¿De que ya no me veas sólo a mi? Por supuesto que sí. —Le regaló una sonrisa traviesa mientras acariciaba al can ¿Si recordaba que él se lo había regalado?. —Lo admito es pequeño y adorable, justo como su dueño.

—Ojalá. —Dijo fingiendo que eso no hizo estragos en su corazón —¿Ya le has dicho?

Tony le había comentado hace semanas que le gustaba alguien cercano. Estaba feliz por él, pero temía que saliese lastimado de nuevo.

En especial, por lo mucho que lo extrañaría.

—Lo he mencionado varias veces. —Hizo una mueca mientras se levantaba. —Pero su mente funciona como la de un anciano y no entiende las indirectas.

—Deberías insistir más. —Le aconsejó ignorando el punzar de dolor en su pecho. —Si te gusta tanto no deberías—

Sintió una presión suave y cálida contra sus labios que le robó el aliento.

—Supongo, que ésta es la única forma de que me entiendas —Le dijo nervioso al separarse. —Y sí, se que es grosero de mi parte pero, ya sabes que es mejor pedir perdón que permiso y si vas a golpearme; pues lo merezco y—

Le tomó del traje y le besó. Ignoró que la correa se deslizó de sus manos, sólo se concentró en lo bien que sabían sus labios.

 —¿Por qué no me dijiste que también te gusto?. —Dijo sin aliento.

—¿Espera, también te gusto?. —No pudo evitar reírse al ver su expresión de confusión.

—¿Qué es tan gracioso?. —Le soltó y tomó de nuevo la correa de Dodger mientras se alejaba sintiéndose tan ligero y contento. —¡Steve!

—¿Vienes o no Stark?. —Le tendió la mano con una gran sonrisa. 

Si tan sólo supiera que ya estaba enamorado de él. Pero, todo a su tiempo.