Profesora.

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💕 Dedicado a Andrea Perez 💕


***


Natasha Romanoff era la profesora más estricta de la Universidad. 

Quienes pensaban que sólo era un cuerpo bonito terminaban suspendidos, sino expulsados.

¿Quién se atrevería a meterse con la esposa del Director y querer vivir para contarlo?

Todos los que ingresaban le temían. Tanto, que muchos jóvenes se habían cambiado de carrera sólo para no estar en su clase.

Mejor para ella. No quería malgastar tiempo en imbéciles.

Ahora tenía un par de "malas uvas" que tratar.


—Ustedes dos, son los peores de mi clase. —Les señaló enfrente de todo el salón. —Estoy harta de liderar con idiotas que no saben apreciar la literatura.


—¿Cómo dice?. —El menor le miró divertido. —Creo que la edad le pasa factura profesora, YO soy el mejor de SU clase.


—En notas, sí Sr. Stark. —Sonrió con malicia. —Pero en asistencia estás fatal, no tienes convicción ni disciplina. Ni sacando una nota perfecta lograrás pasar el semestre.  —Miró al otro quién se tensó al momento. —Rogers, eres el más puntual de mi clase, pero tus notas son mediocres.


Todos les miraron con pena por ser las nuevas víctimas de la terrible rusa.

Bueno, ni tanta. Mejor que alguien más pagara su ira.


—Por ello, es que trabajaran juntos durante toda mi materia. Compartirán la nota del otro, así que será mejor que se esfuercen.


—¡¿Qué?!. —Gritaron ambos.


—¡A callar!. —Alzó la voz con autoridad. —Veamos si trabajando juntos pueden juntar sus medios cerebros y obtener una nota decente.


Desde aquel día, no había momento en le que no les tuviera el ojo puesto.

Los dos jóvenes, aterrados y rendidos, dejaron sus diferencias tras la primera semana y comenzaron a trabajar en equipo.

En cada hora libre se juntaban para repasar, planear sus trabajos. TODO lo necesario para no reprobar.

Tenían un enemigo en común después de todo.

Sin darse cuenta, se hicieron más cercanos.

Sin saberlo, en cada rato libre que tenían. Un par de ojos les seguían en cada momento.

Incluso, los momentos en los que creían que estaban sólos.


—¡Te lo dije Bucky!. —Se tapó la boca para no gritar. —¡Esos dos se traían ganas desde hace rato!


—Si, felicidades por convertir a dos estudiantes más en gays. —Rodó los ojos mirando como se besaban entre los estantes de la librería. —¿Ahora puedo irme ya?


Le hizo una seña para que se largara, eso SI. En silencio absoluto mientras les grababa con el celular.

¿Quién decía que el ser Docente no era una profesión de lujos?

¿Ahora a quién mas shippearia? Quizás al pequeño Ross con Strange.

Eran como el agua y el aceite. 

Y como todos, caerían rendidos ante los poderes del amor.

Por ahora, se concentraría en esta hermosa parejita.

¡Uff, eran tan sexys y perfectos!

Cartas al Amor Stony.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora