Tiempo.

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💜 Dedicado a Rosalinda Agatsuma 💜


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A Tony Stark le gustaba hacer las cosas a su velocidad.

Odiaba que le metieran prisas, y a quién no?.

Era un hombre atractivo, rebelde, carismático y no se preocupaba por el dinero.

Quería una pareja estable, pero nunca podía conservarla. Siempre por la misma razón.


—¿En serio estás terminando conmigo por hacerte esperar 15 minutos?. —Rodó los ojos irritado ante sus excusas —¡Pues vete al demonio Víctor Von Doom!.


Colgó irritado. ¿Qué nadie comprendía que su trabajo no poseía horarios fijos? Cuando una idea se le metía a la cabeza no había manera de sacársela, a menos que fuera recreándola.


No se volvería a molestar por complacer a sus parejas.

Eso había dicho.

Ahora, corría como alma que lo lleva el diablo para llegar a tiempo a su cita.

Casi resbala con el húmedo suelo. Se detuvo al verlo frente al local.

Acomodó sus ropas y fingió como si no hubiera corrido por las dos horas de retraso que tenía.


—El tráfico es la muerte en Nueva York. —Dijo casi sin aliento. —¿Esperaste demasiado?.


El rubio le miró en silencio.

Esa mirada, le puso incluso más nervioso.

Rogers avanzó hasta él y le abrigó entre sus brazos.


—La espera no se compara con la dicha de tenerte por fin entre mis brazos. —Le dijo al oído besando su mejilla.


Tony sintió a su corazón latir aún mas desbocado que con su carrera previa.

Correspondió su abrazo con fuerza.

El viento arrastró su largo suspiro de alivio. Con él, todos sus miedos e inseguridades.

Esos detalles cursis le habían enamorado por completo, aún cuando nunca lo admitiría abiertamente.

Cada día, despertaba con la ansiedad y el temor de que se repitiera la historia de su vida.

Pero Steve Rogers siempre le demostraba con sus gestos y acciones el gran amor que sentía por él.


—¿Ya comiste?. —Stark desvío la mirada con una mueca de culpa y un sonrojo. —Vamos, los genios como tú necesitan alimentarse bien.


Tony le detuvo del brazo. Se alzó un poco y capturó sus labios en un beso largo.

Steve lo correspondió gustoso.


—Ahora mismo. —Dijo contra su boca. —Tengo apetito de comer otra cosa en casa.


Sonrió con deleite ante la deliciosa risa de su novio.


—Supongo que puedo preparar algo rápido. —Le miró con una sonrisa sugerente.


—O abrir tu envoltorio de rollito favorito —Alzó varias veces sus cejas con picardía. El rubio volvió a reír encantado.


Steve le arrebató el oxígeno con otro beso lento pero apasionado.


—Todo lo que quieras Shellhead.


Oh, aquella noche prometía.

Cartas al Amor Stony.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora