Los Hijos de Las Highlands.

Capitulo 13: Una visita

Se paró en la entrada al huerto, observándola de rodillas sobre la tierra, trabajando.

-Te has levantado temprano -cuando habló, ella se giró y le miró.

-Estabas cansado -sonrió incorporándose y sacudiendo sus manos, caminando hacia él -Parecías un angelito dormido.

-¿Un angelito? -Connor frunció el ceño y entonces rápidamente se movió envolviendo un brazo alrededor de su cintura y girándola para apoyarla contra las cañas que rodeaban el huerto, separándolo del resto del jardín. -Creo que voy a tener que enseñarte lo poco angelito que soy -hablo en un susurro, empujando su cuerpo contra el de ella -No me gusta despertar sin tu cuerpo a mi lado -y la beso, un beso lento.

Lexia no pudo evitar que sus manos se movieran solas, apoyándose en su pecho y moviéndose por él, disfrutando de notar sus fuertes músculos, hasta llegar a sus hombros.

-Connor -jadeo mientras tomaba aire, volviendo a sentir los labios de él sobre los suyos de nuevo - Connor -apartó los labios pero el sigue besando su mandíbula, y bajo a su cuello mordisqueándolo suavemente, escuchando el leve gemido que escapo de los labios de ella -Juliet.

-Esta con Rhona -respondió, besando donde había mordido antes e inspirando aire profundamente, alzó el rostro apoyando la frente en la de ella con los ojos cerrados.

Cuando había despertado esa mañana, tumbado bocarriba con algo clavándose en su costado frunció el ceño para mirar a su lado y encontrar a la pequeña, que se había movido por la cama y tenía sus pies contra él. No pudo evitar sonreír a pesar de la decepción de no encontrar el suave cuerpo de Lexia acurrucada contra él, pero entendiendo que el que hubiera dejado a la pequeña con él, era una muestra de la confianza que se había ganado.

Despertó a la niña con una sonrisa y de nuevo con una flor ante ella, logrando que una leve sonrisa se dibujara en su rostro mientras agarraba su flor. Después dando gracias porque la pequeña estuviera acostada sobre la sabana, tiró de esta, envolviéndola sobre su cintura y saliendo de la cama. Y tras tomar su ropa se vistió tras el biombo que la noche anterior le había cubierto de la mirada de su esposa, a lo que tenía que dar gracias.

Regresó a la cama y cargo a la niña en sus brazos, bajaron a la sala y desayuno con la pequeña después de saber que Lexia estaba en el huerto. Y sin poder contenerse más a estar cerca de su esposa, había pedido a Rhona que terminara de dar de desayunar a su hija y que la vistiera.

Y ahí estaba ahora. Había ido a buscarla y no había podido mantener sus manos alejadas de ella y aun menos sus labios.

-He pensado en llevar a Juliet a ver a los caballos -habló aun con los ojos cerrados, con su frente sobre la de ella.

-¿Ver los caballos? -inconscientemente las manos de ella se movieron sobre sus hombros, acariciando sus brazos y él contuvo el aliento.

-Ayer nació un potro -abrió los ojos, viendo los de ella tan cerca que necesito todo su autocontrol para dar un paso atrás y no volver a besarla. -Me gustaría que lo conociera. Sera su caballo.

-Oh, Connor -y ella sonrió alzando las manos para colocarla en las mejillas de él -Nunca creí que fuera posible que Juliet se sintiera segura cerca de un hombre, pero me equivocaba. Te querrá, creo que ya te quiere.

-¿Y tu Lexia? -preguntó mirandola a los ojos.

-Ya esta lista esta princesita -Rhona entró al huerto con la niña tomada de la mano y una inmensa sonrisa -Con uno de sus nuevos vestidos.

-Oh, cielo -Lexia miró a la niña conmovida -Estas preciosa -y se agacho para besarla.

Connor las observó maravillado con la sensación de lo que ahora tenia, cuando ella se incorporó, se acercó y colocó la mano en su espalda para tender la otra hacia la niña, que la tomo sin dudar.