Los Hijos de Las Highlands.

Capitulo 17: Un beso

-¿Has visto a Davinia? -Kendrick pregunto a Charles cuando le vio salir de la sala.

-Esta en el jardín -el príncipe le miró unos segundos -Tienes visita. Lady Abeja esta en el despacho -observó a su primo tensarse -Y no parece nada contenta.

-Mierda -Kendrick alzó la mano pasándola por su pelo.

-¿Quieres que me deshaga de ella? -Charles se encogió de hombros.

-No, este es mi deber -se giró mirando en dirección al despacho -Debo afrontar las consecuencias de mis actos.

-Vale -y él comenzó a caminar hacia la puerta de palacio -Pero avísame si necesitas que le tire otra colmena a la cabeza.

Kendrick se quedó alli unos segundos, inspirando aire y finalmente se dirigió al despacho.

Cuando abrió las puertas la vio de pie, junto a la ventana, mirando al exterior y se giró hacia él al escucharle.

-Lady Hemsley -entró al despacho, dejando las puertas abiertas en una clara señal de alejar la intimidad de ellos, algo que para ella no paso desapercibido. -Creo que ya hable lo que debía hablar con su padre.

-Pero yo no puedo comprenderlo -y ella caminó hacia el mirándole a los ojos -Tres temporadas, durante tres temporadas hemos pasado tiempo juntos, nos hemos conocido. Sé que ibas a pedir mi mano, se que ibas a casarte conmigo. ¿Que ha cambiado?

-Que me equivoque -y él suspiró -Que estoy enamorado de otra mujer y que quiero que ella sea mi esposa, mi condesa.

-¡Es por ella! -y gritó furiosa -¡Esa mocosa! ¡No es más que una niña!

-Suficiente -y Kendrick apretó la mandíbula -No tengo que darte ninguna explicación. Me casare con Davinia MacClain, porque ella es la mujer a la que amo.

-Ella nunca podrá darte lo que yo -y con altanería ella se acercó a él, quedando muy cerca, inclinándose hasta casi rozar sus labios, mirándole con decisión.

Y justo en ese instante Davinia cruzaba el pasillo, parándose ante las puertas abiertas y viéndoles, sintiendo como todo lo que había hecho, todo lo que había logrado para apartar el dolor y el sufrimiento, como la coraza que había interpuesto alrededor de su corazón se desmoronaba y ella volvía a caer en una abarragane de desolación. Conteniendo el aliento, se marchó corriendo justo un instante antes de poder oír, lo que habría hecho que ese dolor desapareciera.

-No tiene que rebajarse más Lady Hemsley -Kendrick se mantuvo impasible observándola intentando tentarlo -No siento ningún deseo de besar. Solo quiero a una mujer a mi lado y esa mujer no es usted.

-Te arrepentirás de esto Kendrick Algart -y ella salió de la sala llorando pero con la rabia reflejada en sus ojos.

Mientras Davinia recorría los pasillos huyendo de las voces del servició, entrando en la primera sala que encontraba para esquivar a los mayordomos que se dirigían hacia ella y cerrando la puerta, apoyándose en ella y llorando. Sintiendo como todo su dolor salía, apartándola de todo, rodeándola y devorándola. Y resbalando por la madera de la puerta, se deslizo hasta quedar en el suelo, llorando su dolor.