Sus ojos se abrieron lentamente mientras se estiraba sobre la gran cama suspirando, alzó el brazo dejándolo caer sobre su frente e hizo una mueca apartándolo rápidamente. Saltó de la cama caminando descalzo y totalmente desnudo. Se paró ante el espejo y se inclino para el ver el reflejo de su frente marcada y algo hinchada. Se giró y miró hacia la ventana, apenas estaba amaneciendo, era temprano, pero la hora justa para después de tomar un desayuno hablar con Rehid e informarse de cómo estaba todo y lo que había que hacer. Tomó su ropa y comenzó a vestirse, acordándose entonces de la mujer que también vivía ahora en ese castillo.
Aprovecharía el desayuno para conocerla y si tenía oportunidad preguntaría antes a Rhona por ella.
Salió de la habitación y recorrió los pasillos como tantas otras veces antes, sintiéndose como en casa. Y es que era su casa. Desde que había cumplido los trece años había comenzado a pasar algunas temporadas con los Ferguson. Su ceño se frunció. Aunque siempre había sido avisado con antelación y su estancia calculada, todos le estaban esperando cuando había llegado y esta vez, había algo diferente. La forma en la que su tío se había ido, la forma en que Rehid y Rhona le había hablado, mirando. ¿Quizás fuera porque esa mujer estaba aquí? ¿O es que había estado antes pero cuando él venía su tío la alejaba del castillo?
No se había dado cuenta de cuanto había estado desvariando hasta que terminó de bajar las escaleras. Lo cierto es que de unos años para acá, el castillo había cambiado. Sus ojos se entrecerraron mirando a su alrededor, pequeños detalles que en su momento no habían tenido importancia y que ahora le hacían dudar. Flores frescas junto a la entrada, en un jarrón que había estado allí desde hacía algunos años, pero nunca con flores, por lo menos no cuando él había estado en el castillo. Sus ojos viajaron por la alfombra, recordaba que la habían cambiado el año pasado, también se habían renovado cortinas en este tiempo y algunos tapices.
Ahora que lo pensaba, todo había ido cambiando. Cada vez que él venía, el castillo había cambiado, con el toque de una mujer.
Su rostro se giró hacia el pasillo que daba a la cocina, escuchando el leve tarareo de una canción. Una voz dulce que lo llamaba. La escuchó siguiéndola como si estuviera guiado en su camino, hasta llegar a la entrada a la cocina. La gran cocina del castillo.
Escuchó el sonido del movimiento de cuencos de madera y entonces un cuerpo se movió, haciéndolo inclinarse hacia atrás, escondiéndose en las sombras. Sus ojos se abrieron observando ese pelo, sin dudar en quien era la mujer que tenía delante, a pesar de estar de espaldas a él, y llevar el pelo recogido. Ella colocó la masa del pan sobre el centro de la mesa y su cuerpo se inclinó hacia delante sobre la mesa, mientras amasaba.
Contuvo la respiración observando la pequeña cintura y el movimiento de sus caderas, apretando la tela de la falda de su vestido contra la madera y ofreciéndole una perfecta vista para tener detalle del trasero que se escondía bajo las telas. Sus manos se tensaron, como si quisieran tocarla, agarrarla. Seguía tarareando, escuchaba su suave voz, suave como no había sido cuando habló con él.
-Buenos días Lexia -el hombre que venía del pueblo a traer algunas provisiones entró por la puerta de la cocina, mirandola con una gran sonrisa.
Lexia. ¿Así que ese era su nombre?
Lexia. Y trabajaba en el castillo Ferguson.
-Hola Jeremy -dejó su labor, limpio sus manos en un trapo y se apartó de la mesa acercándose a él. -Muchas gracias.
-Esta todo -el negó con la cabeza negando a dejarla tomar la caja y sin dejar de mirarla encantado -Te ayudo -y se acercó a dejar la caja de madera sobre la mesa.
-No te preocupes, no es necesario -ella volvió a la mesa -Rhona debe estar a punto de llegar.
-De acuerdo -algo decepcionado Jeremy se dirigió hacia la puerta que daba a la salida trasera del castillo y la miró una última vez -Nos vemos.
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Los Hijos de Las Highlands.
Roman d'amourSECUELA DE LA SAGA HIGHLANDS. PROXIMAMENTE Se recomienda leer antes la saga Highlands (La Guerrera, El Invencible, La esposa, El Conde, La Duquesa, El Laird y La Bruja) Este libro recoje las historias de sus hijos, de los descendientes de los clan...