Capitulo 17: La partida

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Dejó caer el vestido en su baúl y observó las telas coloridas en su interior.

-¿Estas bien? -Isobel la observó desde la puerta de la habitación.

-Perfectamente -inspiró aire no dejando mostrar ningún sentimiento, tomó el ultimo vestido que quedaba sobre la cama y lo dejó caer junto a los demás. Se giró para mirarla -¿Quería algo?

-Venia por si necesitabas ayuda -Isobel la observó unos segundos y suspiró, dio un paso hacia ella -Me gustaría poder decirte que estaré alli contigo, pero no puedo. Llevó demasiado tiempo alejada de mi pequeña Jannet. -la miró a los ojos -Angust y Thalia están cuidándola en mi casa, cuando paremos en las tierras Archivald, estarás acompañada por ella. No estarás sola.

-No temó a estar sola -respondió sin apartar la mirada.

-Temes quedarte a solas con él -e Isobel serió levemente -Si me necesitas, para lo que sea, solo házmelo saber.

-Si quisiera volver a casa ¿Que podrías hacer tu? -Clere contuvo las lagrimas en sus ojos.

-Traerte de vuelta -Isobel habló con decisión -No estas sola, Clere, no lo estarás nunca. Pero en cuanto te encuentres con ese amor que las personas de los clanes Bukchaman, MacClain, MacClairs, sienten por ti, no querrás regresar. Nunca olvides, que somos familia.

-Gracias -Clere asintió levemente -¿Crees que podrías viajar en mi carruaje con Nia?

-Claro -Isobel le sonrió -Sera divertido.

-¿Con permiso? -Diane entró a la habitación y observó a su nieta de arriba abajo, vestida solo con el corsé y las medias. -¿Aun estas así? -suspiró caminando hacia ella -Vamos, deja que te ayude.

-Te esperaré abajo -Isobel sondeó a Diane y salió de la habitación.

-Era una niña maravillosa y se ha convertido en una gran mujer -Diane habló tomando el vestido y ayudando a su nieta a ponérselo, la giró y comenzó a atarlo -Tienes muchas aliadas allí cielo.

-No quiero ir -Clere habló en apenas un susurro y su abuela dejo de anudar el vestido, girándola para ver las lagrimas caer de sus ojos. Alzó la vista, mirando a su nana -No quiero ir abuela.

-MI niña -y Diane la abrazó con fuerza contra su pecho -Tienes que hacerlo.

Por primera vez en mucho tiempo Clere MacClain volvía a sentirse perdida, fuera de lugar, sin saber a dónde pertenecía. Se había apartado de las Highlands de aquella vida, se había sumergido en la mujer que se esperaba que fuera y ahora iban a enviarla allí, para que encontrara su lugar. ¿Que lugar? ¿Junto al hombre que había estado obedeciendo a su padre y alejándola de Adrian? Eso es lo que había hecho Lucien, por ello había venido.

-Niña -Diane se apartó tomando su rostro y mirandola -¿Acaso vas a dejar que te vean así? ¿Abatida? No, saldrás de esta habitación orgullosa. No debes tener miedo por lo que vendrá, estarás a salvo. Eres Clere MacClain, eres La Amapola, La hija de la Duquesa.-dio un beso en su frente -Le quieres y te arrepentirás toda tu vida si pierdes la oportunidad de ser feliz junto al hombre que amas. Ve alli, ocupa tu lugar y haz que Lucien Bukchaman, se gane el suyo, a tu lado.



-Te estas comportando como un niño Ewan -Helen suspiró, observando a su marido ignorarla mientras se vestía -¿Piensas estar sin hablarme hasta cuándo? -sonrió negando con la cabeza -¿Te estas dando cuenta que haces lo mismo que tu hija está haciendo contigo? -y se encogió de hombros -Bien, pues si no vas a dirigirme palabra, tampoco es necesario que durmamos en la misma habitación.

Los Hijos de Las Highlands.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora