Los Hijos de Las Highlands.

Capitulo 11: Una gran familia

-No estés nerviosa -Rhona sonrió pasando las manos por el vestido de Juliet, acomodándolo -Mail y Ayla Bukchaman son unas personas maravillosas.

-Lo sé -Lexia miró su abrigo abotonando el ultimo botón y suspiró -Alastair me hablaba de ellos constantemente, me contó su historia, la de su matrimonio, me hablo de todos sus hijos, me contó sobre Eder, el Diablo, Ewan. Es como si los conociera a todos.

-¿Entonces? -Rhona se incorporó y la miró con una sonrisa.

-Me he casado con su hijo Rhona, sin ellos presentes -caminó por la sala sin poder parar -No me conocen y voy a llegar -miró a Juliet - Vamos a llegar allí casados y con una hija.

-Solo necesitaran veros para saber que todo está bien -Rhona la agarró del brazo -Ahora venga -y tiró de ella y de la niña hacia la puerta del castillo.

Cuando salieron al exterior, varias miradas se volvieron hacia ella, los hombres asintieron saludándola y las mujeres le sonrieron. Tomó la mano de Juliet, intentando inspirar tranquilidad a la niña, cuando lo cierto era que tenerla a su lado la tranquilizaba a ella.

Entonces Connor y Rehid aparecieron sobre sus caballos, acercándose al castillo y ella miró al que era su esposo y gimió.

-Verle tan guapo no ayuda -observó cómo se había arreglado, claramente para presentarse ante su familia con su esposa y su hija. Rhona rió y ella la miró frunciendo el ceño -¿Cuando le has visto peinado y afeitado? Y mira la ropa que lleva -negó con la cabeza -Quizás deberíamos esperar a que Alastair vuelva.

-No -y Rhona la miró con decisión -Ve a las tierras Bukchaman con la cabeza bien alta, con tu marido y tu hija.

-¿Ocurre algo?-Connor paró su caballo ante las escaleras del castillo mirandola con el ceño fruncido.

-No, nada -ella intento sonreír, sosteniendo la mano de la niña bajó las ensaleras.

-Deja que Juliet vaya conmigo -Connor habló y ella le miró, se miraron a los ojos y finalmente ella se acercó y tomo a la niña en sus brazos alzándola para que él la tomara y la sentara entre sus piernas, sujetándola. Entonces agarró la mano de ella y se inclinó sobre el caballo, hacia ella -Todo va a ir bien -y alzó la mano y beso su muñeca, haciendo que el color inundara las mejillas de ella.

Connor se acomodó en el caballo, sosteniendo a Juliet ante él sonriendo al ver a la niña tranquila entre sus brazos. Miró entonces a su lado, viendo a su mujer situarse a su lado, montada en su caballo. Cuando juntos abandonaron el castillo, todos les despidieron con sonrisas y cuándos se alejaron de la aldea Juliet pudo observar a un grupo de guerreros seguirles en la distancia, claramente cuidándoles.